Corín Tellado: una escribidora de ámbito universal

Desde 1946, fecha en la que publicó su primera novela, hasta su muerte acaecida el once de abril de 2009, Corín Tellado publicó más de 4000 novelas. Acaso se llevó esa satisfacción allí donde nada material puede llevarse, pero acaso también se fue con la desazón de no haberse visto incluida entre los literatos del siglo XX. La UNESCO la consideró en 1962, la escritora más leída en español después de Cervantes, y en 1994, el Guinness de los records la proclamó la escritora más vendida en lengua castellana con más de 400 millones de ejemplares vendidos. Estos fueron sus galardones amén de algunos de tipo localista. Así, en 1995 fue nombrada Hija Predilecta del municipio de El Franco; en1998, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (bien merecido según se verá), en 1999 le fue entregada la Medalla de plata de Asturias y en 2001, el Premio El Comercio a la proyección de Asturias en el exterior. Una calle en Gijón y otra en su municipio natal son todos los méritos y reconocimientos a esta escribidora incansable que, durante seis horas de trabajo al día, producía para editoriales y revistas más de 40 folios diarios. Ningún reconocimiento literario excepto la perplejidad de Mario Vargas Llosa que catalogó a Corín Tellado como «un fenómeno sociológico y cultural cuyas obras hicieron soñar a millones de mujeres en España y América Latina».

Se daba el caso de que la revista cubana Vanidades contrató a Corín Tellado por dos relatos mensuales. La tirada subió de 16 000 a 68 000 ejemplares al mes. El corrector de la revista era Guillermo Cabrera Infante que confesó a la autora haber tenido que leer sus obras por obligación pero también con gusto.

#CorinTellado hizo soñar a millones de mujeres sumidas en la más gris cotidianidad @CarrascalMara Clic para tuitear

Guillermo Cabrera Infante, ganador en 1997 del Premio Cervantes de Literatura, se expresaba así con respecto a la escritura de Tellado: «La pornografía es un arte inocente, nada consciente, y Corín Tellado, ya en las clasificaciones, es una naïve, una primitiva por sofisticar. Sus lectores o tienen esa inocencia o fracasan en su lectura» (Libro de ensayos, de título O, publicado por Seix Barral en 1975).

Esta prolífica escritora, que publicó su primera novela a los 19 años, aquella jovencita nacida en Viavélez, municipio de El Franco (Asturias), el 25 de abril 1927 y afincada en su juventud en Cádiz, siguió publicando durante sesenta años más, a razón de una novela por semana.

Hoy, hace 90 años, nacía #CorínTellado, artífice de todo un fenómeno sociológico. @CarrascalMara Clic para tuitear

Sin especial mérito estilístico (a decir de expertos), esta mujer incansable encontró la manera de conectar con el lector popular hasta el punto de extender sus historias a todos los lugares de habla hispana; pero que, habiendo sido traducida a 27 idiomas, encontró lectores tanto en el mundo árabe como el anglosajón y en cualquier lugar del mundo a donde las traducciones de sus novelas la llevaban.

Pero, ¿cómo explicar el fenómeno sociológico que acompañó a aquellas novelitas cortas de portada rosa en su aparición inicial y que darían título al género? Situémonos en la época: María del Socorro (Corín) Tellado publicó su primera novela Atrevida propuesta a raíz de que el dueño del quiosco donde cambiaba las novelas que ella leía, la pusiera en contacto con la editorial Bruguera. Eran aquellos años en que las novelas que se compraban en quioscos, una vez leídas, se podían cambiar por otra al módico precio de unos céntimos de peseta. (Si las cuentas no me engañan, una peseta sería el equivalente a 0,006 céntimos de euro). Corría el año 1946.

La España de la posguerra aún se debatía en la miseria y eran abundantes las penurias. Exiladas las cabezas pensantes, quedaba un pueblo que, en su mayoría, tenía como único objetivo recomponer en sus vidas lo que las bombas y la represión habían dejado. Aquellas gentes del pueblo que encontraban tiempo para la lectura buscaban la evasión. Fue así como nacieron las novelas del oeste y las novelas rosas que editaba la editorial Bruguera para la cual Corín Tellado seguiría escribiendo hasta 1985, fecha en la que quebró la empresa; fue así como nacieron Marcial Lafuente Estefanía y Corín Tellado.

La novela romántica (mal llamada rosa) tenía todos los aditamentos: un protagonista fuerte, apuesto y rico que sucumbe a los encantos de la muchachita cuya única fortuna eran el candor, la honradez y la decencia; un conflicto creado por el «malo» o la «mala», escenas salpicadas de roces y besos sugeridos (no olvidemos la voraz censura imperante en esos años), y un final feliz donde el amor todo lo puede.

Durante la guerra, el escritor y dramaturgo Enrique Jardiel Poncela aconsejaba al también prolífico escritor de novelas de western Marcial Lafuente: «Escribe para que la gente se divierta: es la única manera de ganar dinero con esto». Si el consejo hubiera sido para Corín Tellado, habría sido el mismo, pero tal vez habría cambiado la forma verbal «se divierta» por la de «se ilusione» y eso fue lo que hizo esa mujer durante tantos años de creación de historias: enriquecer las ilusiones de aquellas otras mujeres siempre al varón supeditadas, sembrar esperanzas en su tedio e iluminar sus sueños.

Así transcurrió el tiempo de muchas mujeres de la posguerra: consultaban sus problemas con Elena Francis y los ¿olvidaban? entre las ilusorias páginas de Corín Tellado.

 

 Antonia María Carrascal