Dentro del laberinto es sin duda, una de las películas de culto del cine fantástico de los ochenta.

David Bowie desarrolló una interesante carrera como actor en cintas como Feliz Navidad Mr. Lawrence; El ansia o El prestigio. Pero los amantes del cine fantástico, siempre le recordaremos por su papel como Jareth, el perverso rey de los goblins, en Dentro del laberinto.

Se trata también de la película que supuso el salto a la popularidad (fue descubierta dos años antes por Sergio Leone en Érase una vez en América) de uno de los rostros más bellos y angelicales de los ochenta: Jennifer Connelly.

Los amantes del cine fantástico siempre recordaremos a #DavidBowie como #Jareth. Clic para tuitear

Dentro del laberinto es un cuento, pero no para todos los públicos. Sarah (Jennifer Connelly) es una adolescente cuyos planes de salir por la noche se ven frustrados al ser obligada por su padre y su madrastra a hacer de canguro de su hermano pequeño, Toby (Toby Froud). Incapaz de controlar al niño, invoca a los goblin para que se lo lleven al laberinto. La joven está lejos de imaginar que su deseo se hará realidad cuando el malvado rey de los goblin, Jareth (David Bowie), secuestre al niño, obligando a la protagonista a rescatarlo en un determinado lapso de tiempo. La aventura comienza.

Dentro del laberinto. El cuento que creó Henson para Bowie. Artículo de Santiago Ruiz Mesa. Reseña de la película.

Sarah y Jareth.

Dentro del laberinto, la fantasía de Jim Henson

Dentro del laberinto es una cinta mítica del cine de los 80, una época dorada en la que se realizaron producciones fantásticas de corte familiar como  Los Goonies,  ET, Cristal Oscuro —también de Jim Henson— o Los Gremlins, por citar algunos de los casos más recordados y conocidos. Pero Dentro del laberinto aporta algo más que el resto de pasatiempos visuales, además de su perfecta combinación de personajes reales y marionetas, la película vehicula un mensaje más allá de la anécdota, más allá de la aventura. Entre ambos protagonistas existe un tira y afloja sexual, en el que Sarah se debate entre la búsqueda del príncipe azul personificado en Jareth y la decepción que la obligará a abrir los ojos ante la realidad; un tránsito a través del cual, Sarah abandona sus fantasías infantiles en aras de una incipiente transformación.

Dentro del laberinto marcó a generaciones de cinéfilos. Jim Henson, el padre de la rana Gustavo y compañía —The Muppets— era todo un experto a la hora de diseñar marionetas, y en esta ocasión, volvió a dar en el clavo con la creación de las diversas criaturas que pululan por el laberinto, tanto en el bando de los buenos como en el de los villanos.

Jim Henson y Brian Found colaboraron en la creación de las marionetas de #DentroDelLaberinto. Clic para tuitear

Pero Henson no estuvo  solo a la hora de dar vida a sus creaciones, contó con la ayuda de Brian Froud, que también colaboró con él en Cristal Oscuro. Estos dos genios trabajaron en ambas producciones, si bien su labor en Cristal Oscuro es más laboriosa, puesto que todos los protagonistas son marionetas,  en Laberinto, estas interactúan con seres humanos, lo cual es un valor añadido al resultado final de la película.

Dentro del laberinto. El cuento que creó Henson para Bowie. Artículo de Santiago Ruiz Mesa. Reseña de la película.

Los goblin. ¡Qué monos!

Tres son los personajes más recordados y queridos en este film. El primero de ellos es el enano gruñón Hoggle, y mis dos favoritos sin duda, el monstruo lanudo Ludo, que tiene la capacidad de comunicarse con las piedras  —todo lo que tiene de grande lo tiene de bueno— y por supuesto, el caballero andante Sir Dydymus y su fiel corcel/perro Ambrosius. Este caballero aporta las dosis de humor absurdo y resulta un alivio cómico. Algo en lo que tuvo mucho que ver el guión, obra de Terry Jones, integrante de los Monty Python. Con Jones, el sentido del humor algo absurdo, las dosis de aventuras y los números musicales están garantizados, pero esta vez algo más rebajados que en su etapa con el mítico grupo inglés, algo normal teniendo en cuenta que se trata, a priori, de una producción para toda la familia.

La parte instrumental  de la banda sonora corrió a cargo de Trevor Jones, compositor reconocido por sus partituras para El último mohicano, Excalibur, Aracnofobia,  En el nombre del padre y, cómo no, Cristal Oscuro, por lo que Dentro del laberinto sería su segunda colaboración con la factoría Henson. Bowie se encargó de las canciones, regalándonos buenos temas, como Magic Dance, en el que el duque blanco despliega su carisma consiguiendo hacer callar al bebé que tiene secuestrado.

No fue fácil convencer a Bowie para que asumiera el papel de Jareth y Henson tuvo que contar con posibles sustitutos, como Mick Jagger —gran amigo del Duque Blanco—, Sting, Prince o el mismísimo Michael Jackson. Pero Henson estaba empeñado en que fuera Bowie, de hecho, Jim Henson creó a Jareth pensando en Bowie. Tras mandarle sucesivas revisiones del guión con los cambios, diseños de Froud y una copia de Cristal Oscuro para despertar su interés, al final Bowie acabó aceptando. El resto, como se suele decir, es historia.

Henson quería a Bowie por su enorme magnetismo animal y sexual, perfecto para dar la réplica a la candidez y virginidad de Connelly. Dos polos opuestos en una combinación perfecta.

La producción corrió a cargo de George Lucas, por lo que el producto está cuidado al más mínimo detalle. Lucas en los 80 estaba en la cresta de la ola, no solo por la saga de Star Wars, sino porque también ayudó a su amigo Spielberg a la hora de dar vida a cierto arqueólogo.

La cinta, desde luego, es una auténtica maravilla, sobre todo en lo que se refiere al apartado técnico. La forma en la que interactúan las marionetas con los seres humanos nos hace querer meternos dentro de la pantalla para ayudar a la protagonista a conseguir el éxito en su misión. Henson era un experto en trasladarnos a mundos donde la imaginación primaba por encima de los efectos especiales,  muchas de las cosas que vemos están hechas de modo artesanal y con un gran trabajo de especialistas detrás de las cámaras: la forma en la que mejor se aprecia el cine. Lástima que hoy día los efectos digitales no nos hagan soñar de la misma forma en la que lo hicieron en los 80 producciones como esta.

Henson era un experto en crear mundos imaginarios sin echar mano de efectos especiales. Clic para tuitear
Dentro del laberinto. El cuento que Henson creó para Bowie. Artículo de Santiago Ruiz Mesa. Reseña de la película.

David Bowie dio vida a un irresistible y enigmático Jareth en Dentro del laberinto.

El film nos habla de la importancia de unir fuerzas, de los amigos que nos ayudan a superar las dificultades que aparecen en nuestro camino. Las apariencias engañan, el prejuicio conduce a menudo al fracaso. Y por supuesto, como en Alicia en el País de las Maravillas, la protagonista ha de entender la importancia de crecer y  tomar decisiones que pueden afectar en mayor o menor medida, su vida. La cinta, además de su carácter fantástico, nos habla, en el fondo, del viaje a la madurez de Sarah, algo que todos hemos de afrontar en algún momento.

Una película que como el buen vino, va ganando con los años y que debemos mostrar a las nuevas generaciones. Es una cinta atemporal, no importa que ya hayan pasado 30 años, sigue manteniendo su frescura y tono. Cuando las cosas se hacen con cariño e ilusión, el paso del tiempo no afecta en absoluto.

Si no la habéis visto, os la recomiendo. Es una buena forma de rendir homenaje al desaparecido Bowie y de hacer que nuestro niño interior disfrute de las aventuras de Sarah y Jareth, dentro del laberinto.

Nos vemos en los cines.

Artículo de Santiago Ruiz Mesa