El Problema de los Tres Cuerpos de Cixin Liu es una novela que ha dado mucho que hablar. Un éxito de ventas en la China del autor, su traducción al inglés recibió el Premio Hugo en 2015. Además, en España ha sido editada en el sello Nova de Ediciones B y ha sido agraciada con el Premio Kelvin 505 del Festival Celsius 232 de Avilés. En ocasiones los premios refrendan la popularidad pero no la calidad de una obra literaria y es lo que sucede con El Problema de los Tres Cuerpos, en la que se manifiestan los defectos más característicos de la ciencia ficción dura, aquella que pretende mostrar un escenario más acorde con el estado del arte del conocimiento científico.

#Premios que refrendan la popularidad y no la calidad literaria. #Reseña de @jm_uria Clic para tuitear

La novela de Cixin Liu se construye a partir de tres tramas: las desventuras de la astrofísica Ye Wenjie durante la Revolución Cultural, la investigación del científico de nanomateriales Wang Miao sobre el misterioso videojuego «Tres Cuerpos», y el relato de la historia de una sociedad alienígena. Estas tres líneas narrativas convergen para dar lugar a un todo coherente en el que el problema de física que da título a la novela es el hilo conector de las tres. Pero la fusión de las tramas no resulta satisfactoria por las deficiencias por una caracterización de los personajes inconsistente. La razón es que buena parte de los personajes resultan poco verosímiles. A veces el científico Wang Miao parece no tener ni idea de conceptos básicos que un físico o ingeniero de materiales debería de conocer, para mostrarse en otros momentos como una auténtica enciclopedia de la física orbital y otras materias. Por otro lado, las motivaciones de Ye Wenjie parecen oscilar y no hay un desarrollo psicológico sólido de la evolución del personaje, que es muy importante en la historia. Además, y esto es un juicio subjetivo por mi parte, como físico no me resulta en absoluto verosímil la representación que hace de Cixin de los físicos teóricos y su actitud a la hora de enfrentarse ante un fenómeno en contra de los fundamentos de su disciplina. Hasta el punto de que la reacción generalizada que tiene la comunidad científica de la física teórica en la novela, que resulta ser el detonante de la investigación sobre  «Tres Cuerpos» es forzada y poco verosímil. Más propia de una mala película de espías del cine popular de los sesenta que de una novela de ciencia ficción bien construida.

Como físico no me resulta verosímil la representación de Cixin de los físicos teóricos. @jm_uria Clic para tuitear

Los capítulos que desarrollan la experiencia de Wang con el videojuego son la parte más amena e interesante de la novela. En ella el autor se muestra como un narrador lírico y visual, generando un imaginario visual y conceptual surrealista. Por momentos el lector parece encontrarse ante lienzos en movimiento de Salvador Dalí o René Magritte. El inteligente y divertido juego del autor mezclando elementos de la historia clásica de China con grandes personajes del pensamiento occidental en un ambiente extraño refuerza esta sensación. Pero en contra de lo que podría pensarse este ejercicio estético no consigue entroncar con la carga especulativa de la historia, que es más bien pobre y poco original. Las invocaciones a la teoría de cuerdas y las dimensiones supernumerarias no aportan nada realmente original. Partículas que codifican un universo en su interior no son más que una presentación bastante estándar del tópico de los mundos dentro de mundos, que ya estaba presente en la ciencia ficción pulp.

No obstante, podría buscarse el sentido de la maravilla en el mundo que se describe en el videojuego «Tres Cuerpos». Pero aquí nos encontramos con el auténtico talón de Aquiles de la novela. Aunque en un principio el autor muestra un mundo realmente extraño y surrealista pero verosímil desde el punto de vista de la física en una primera aproximación, no es capaz de dotarlo de la extrañeza necesaria cuando ha de desarrollar una historia en ese contexto. La sociedad alienígena se muestra como humana, demasiado humana. Y de un modo bastante burdo y que no representa lo que es una de los objetivos de la buena ciencia ficción, mostrar el punto de vista del Otro, provocando una alienación del lector desde el mundo real al mundo posible de ficción. Hasta el punto de que podría pensarse que Cixin trata al hipotético lector como inmaduro desde el punto de vista literario, al que habría que dárselo todo masticado y facilito. Lamentablemente este conservadurismo narrativo impide que a partir de un buen material la novela resulte por completo satisfactoria.

Primera parte de La Trilogía de los Tres Cuerpos. #novela #cifituits #reseña de @jm_uria Clic para tuitear

El Problema de los Tres Cuerpos puede contentar a lectores que presten más atención al imaginario visual que a la narración pero para los amantes de la especulación más atrevida sin duda resultará decepcionante. También para lectores que busquen una narrativa seria y consistente. No obstante, el hecho de ser un libro del que todo el mundo habla en el ámbito de la ciencia ficción, existen otras motivaciones para afrontar su lectura. A este respecto hay que tener en cuenta esta forma parte de un tríptico, La trilogía de los Tres Cuerpos, y que las otras dos novelas también han tenido una buena aceptación en el mercado anglosajón. De hecho, la novela El fin de la muerte ha recibido un premio de prestigio como es el que otorga la revista Locus a la mejor novela de ciencia ficción del año. Como Ediciones B ha anunciado la publicación antes de finales del 2017 de las otras dos novelas que componen  la trilogía parece probable que se seguirá hablando de El Problema de los Tres Cuerpos y de la obra de Cixin Liu en general.

El Problema de los Tres Cuerpos de Cixin Liu, ciencia ficción surrealista. Reseña de José Manuel Uría.

 

El Problema de los Tres Cuerpos

Cixin Liu

Nº de páginas: 416 págs.

Encuadernación: Tapa blanda

Editorial: S.A. EDICIONES B

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788466659734

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José Manuel Uría