Reyes, dictadores, futbolistas y poetas. Reyes exiliados, dictadores exiliados, futbolistas exiliados, poetas exiliados.

Alfonso XIII, la república de trabajadores de toda clase, Francisco Franco, Juan Carlos I. Borbones, republicanos de centro-izquierda, republicanos de derechas, socialistas, militares pretorianos y los amos de siempre. España es un país de países, de nacionalidades, de naciones, de comunidades autónomas, de regiones, de provincias, de ciudadanos y de súbditos, de curas y de mujeres de luto, de empresarios sin vocación ni espíritu y de campesinos sin tierras, de abogados y de maestros, de obreros en alpargatas y de obreros en utilitarios, de escritores que han venido a hablar de su libro y de dibujantes de tebeos, de taxistas y de limpiabotas que querían ser toreros, de masones y de homosexuales encerrados en canciones de tatuajes, pero, sobre todo, España es un país de funcionarios.

1902 y 1992. De la mayoría de edad del nieto de Isabel II al V Centenario del año español por antonomasia, de cuando quizás aún no existiera España pero si América, tan lejana y tan con sus indios exterminables. De la monarquía constitucional del hijo de Alfonso XII a la monarquía parlamentaria del nieto de Alfonso XIII. Del fracaso de la revolución industrial al descontento.

¿Qué fue del siglo XX? cantaron los granadinos 091 desde su rock de poetas enardecidos por la precaria españolidad del amíconesas. Picasso, Dalí, Juan Gris, Miró, Barceló y El Fary. Los Machado, García Lorca, Gaudí, Chillida y Andrés Do Barro. Gaby, Fofó y Miliki. Gutiérrez Mellado y José de Canalejas. Azaña y Felipe González. Franco, Franco, Franco.

España fue el Real Madrid y el gol de Marcelino y Joaquín Blume y Paquito Fernández Ochoa y Lilí Álvarez y Pinito del Oro y Charlie Rivel y la Guerra Civil.

Recuerdo la mañana en que mi padre me llevó a olvidarme de la Guerra Civil. Mentira. No hubo tal. La guerra y el franquismo y la Transición y el camino hacia la modernidad de una vez por todas y lo que fue ese siglo XX antes de la guerra y antes del 14 de abril y las calles de las ciudades y los pueblos españoles llenos de alegría y de soterrado temor y de insurrección y de mi tierra. España sin españoles, España sin españolas. Salvo en el carné de identidad.

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Mateo Morral y la bomba de la calle Mayor, la primera Asturias en 1917 y la segunda en 1934, las dos se la jugó, la Cataluña irredenta y el País Vasco aterrorizado, Blas Infante, Eduardo Dato asesinado, las obras de teatro de Buero Vallejo, el cine exiliado de Buñuel, Lola Flores y Miguel Ríos, Luis Mariano y Nacha Pop, las soflamas malnacidas de Queipo de Llano en Radio Sevilla, Unamuno en Fuerteventura batido por el viento y en Salamanca batido por los restos de Millán Astray, comunistas y Durruti en el santoral de un personaje de Trueba, Muñoz Grandes y el frío eterno del continente de los rusos soviéticos, Fernán Gómez, Celia Gámez, la Bella Otero, José Bódalo y la velada en Benicarló, el caciquismo, el sufragio universal, Cortes Constituyentes y Cortes franquistas, Madrid del nopasarán con su millón de muertos y yahemospasao, Santander y San Sebastián, Valencia capital de la República, Brigadas Internacionales, Seat 600, Hispano-Suiza, verdequetequieroverde, Viva España y muera la inteligencia y Viva España y bienvenido el turista un millón, Galicia de Torrente Ballester y de Fraga Iribarne, islas atlánticas Canarias e islas mediterráneas Baleares, plazas norteafricanas donde pronunciarse y provocar una guerra entre hermanos chiflados, Calvo Sotelo y Calvo-Sotelo (1936-1981), Eurovisión sin Mercado Común, cantar en catalán y en gallego y en euskera, Goratagorabeti, España siglo XX problemático y cañí. Víctor Manuel y Luis Eduardo Aute te cantan al alba que no estás sola en mitad de la Tierra.

La Restauración se interrumpe y se agota en la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, llega la República, la segunda española, en medio de una marea de sonrisas y de algunos puños crispados, un nuevo golpe de Estado acaba en una larga guerra, en la Guerra Civil por antonomasia, la cuarta de tu contemporaneidad, España atragantada, y la larga noche del franquismo, iluminada al final por los días en que tantos fuimos los hombres y las mujeres de Suárez, el futuro inscrito en los días del presente atento al tiempo pasado, adormecido y odioso, y la nueva democracia y Occidente y Europa ha muerto.

Estuvo a punto de existir aquello de la lucha de clases, a puntito. Faltaron las clases sociales, aunque no el conflicto, tan estructural y tan latente pero tan sin contrincantes organizados a uno y otro lado de las barricadas hechas de caballos muertos o heridos y de libros que nadie leyó nunca del todo. Mucho materialismo para tan poca dialéctica, demasiada Historia y demasiadas charlas de café y demasiados corros en ateneos y vítores en cuartos de banderas, demasiados odios y envidias e ignorancias y demasiada verdad y demasiados cadáveres de monjas y demasiados siquierestierracometierra. Vértigo de décadas, consenso a los pies del esqueleto del Caudillo, dejarse llevar hasta los fastos del 92 y hacia la crisis que nunca cesa y acaba siempre en ladrillo.

Un nombre para cada década y empiezo con un hombre de Estado de los de antes, Antonio Maura; y sigo para la de los años 10 con un nacionalista bifurcado como fue el catalán Frances Cambó, más conservador que catalanista; con Pablo Iglesias, el otro, para la de los 20, que es cuando fallece y se convierte en el santo laico que no sé si sigue siendo; y continúo con otro monumento a la dignidad, también socialista, Julián Besteiro, para la polémica década de los 30; con Ramón Serrano Suñer como emblema de los aterradores años 40, desde su bigote de cuñadísimo para sacarle las castañas del fuego al Generalísimo; y prosigo ya en la década de los 50 con un vasco, futbolista y goleador, Telmo Zarra; llego a los 60 con Pepa Flores, que fue primero y sobre todo Marisol y sin saberlo ni quererlo sí que fue la sonrisa del régimen (la del segundo franquismo, claro); y ya en los 70 tenemos a tres protagonistas de excepción, los tres payasos, los tres vinieron desde la derrota para transformarnos en niños incluso a los niños, Gaby, Fofó y Miliki; y para la década de los 80 el nombre es Alfonso Guerra, el poli malo de los socialistas al mando de la nave democrática recuperada al pasado detenido que fue la dictadura de Franco; en tanto que para la última década del siglo XX, traigo a Miguel Indurain, la imagen incontestable del triunfo de la voluntad aletargada por siglos de no querer ser español y no serlo.

El primer Maura, Cambó, Iglesias, Besteiro, Serrano Suñer, Zarra, Marisol, Gaby y sus hermanos payasos, Guerra sin el suyo e Indurain. Casi nadie al aparato. España siglo XX.

Te vas o te echan, te echan, de América, miras y acudes a África y al final caes en la cuenta de que donde tendrías que haber estado es en la Europa que no te quiso y a la que despreciaste. España con tu clima continental y tu perfil mejorado con ese Portugal atlántico que te aguapa y te completa sin espejos. 1898-1996: un viaje desde el Caribe hasta Bruselas, desde la esclavitud colonial tan cercana hasta las libertades democráticas del Occidente de los estados sociales y de Derecho, de los estados de bienestar a punto de desmoronarse.

Si miramos extasiados la nariz de Cleopatra española del siglo XX, a quien vemos es a Adolfo Suárez, el siglo XX español por antonomasia. Y me explico. Naces y hay una guerra y te adhieres no al Movimiento sino a la única realidad que conoces, y medras y te llenas de la ambición que ya traes y usas tus recursos y medras y conoces el miedo y la verdad, y ves que el emperador está desnudo y cuando se muere haces eso tan español de lograr lo imposible y sucumbir en lo fácil. ¿Tan español? Pero lo hiciste, ayudaste a la marea tranquila que era la sociedad civil recordando la paz y recordando la guerra a llegar adonde quería, sin despeinarte, y luego… Luego te echaron, los tuyos y los otros. Y ya está, te quedaste en ese bosque lácteo donde la memoria no se deja querer. España siglo XX.

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Pero habrá quien me diga que el siglo XX es Francisco Franco Bahamonde. Franco y su ser militar y su ser español desde antes de nacer y más aún muerto, Franco y su caudillaje de siglos forjado en las guerras de Marruecos y en su baraka y en su ser un don nadie entre los aristócratas poseedores de las Españas desde la noche de los tiempos, antes de que hubiera españoles ni españolas, ni españolitos que vinieran al mundo para que les guardara del mundo Dios y los poetas muertos en la miseria con un hermoso papel escrito en su bolsillo de poeta muerto y derrotado en la Guerra Civil de Franco, Franco y los totalitarismos fascistas y parafascistas europeos y los señoritos fachas de los años 30 con sus puños y sus pistolas y su labia y sus bigotitos y sus papás ex dictadores muertos en París, Franco y los meapilas y los curas preconciliares y los curas obreros del final de su franquismo y los obispos de Cruzada y los monaguillos de las iglesias con sus lápidas porDiosyporlapatria, Franco y sus cacerías y su vestirse de abuelito que no ha roto nunca un plato pero que ha firmado miles de sentencias de muerte porque el pulso no le temblaba ni con el Parkinson sobrevenido cuando Europa llamaba a la puerta del cementerio plutocrático en que había convertido el país de países que sojuzgó desde sus pantuflas de abuelo con su vocecita impropia de un héroe de nuestro tiempo, Franco y los franquistas más franquistas que Franco y más franquistas incluso que Carmen Polo y sus collares y su sonrisa heladora de mujer de sátrapa, Franco fue España y fue siglo XX, fue Estado y fue país y fue nación y fue tiempo histórico y fue Guerra Civil española y fue centinela de Occidente a las puertas de Occidente y fue discurso de Año Nuevo y fue nohaymalqueporbiennovenga, Franco que estás en el Valle de los Caídos, Franco que, por mucho que se empeñen los tuyos, ya no eres más que el príncipe de Cuelgamuros. Por mucho que se empeñen los tuyos… y los otros, los otros, que están todos muertos. O así.

El siglo XX español llegó a sus años finales siendo un Estado social, democrático, autonómico y europeo. España sigue ahí, pero cada vez menos: cada vez menos social, y quizás cada vez menos todo lo demás, pero eso… eso es ya otra Historia.

España siglo XX, fuiste un camino desde un Estado liberal centralizado ajeno a Europa o casi hasta uno ya digo social y democrático y autonómico y tan europeo como lo serían poco más tarde los lituanos y los malteses y los chipriotas y los búlgaros. Y en medio, la Guerra Civil y la dictadura del general Franco. En medio y en casi todo. 1936-1975 fue demasiado tiempo. Demasiado.

1936-1975 fue demasiado tiempo. Demasiado. #España #sigloXX @Adehistoria @ibanezsalas #historia Clic para tuitear

 

España siglo XX

José Luis Ibáñez Salas