Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía prescindía en francés del primer título hasta que los atentados de la sala Bataclán (París, 13 y 14 de noviembre de 2015) convencieron a Jean-Claude Grumberg (París, 1939) y a los productores del montaje parisino de anteponer la alusión a Hamlet —lo cual, bien pensado, convierte el título en una referencia a Ernst Lubitsch (To be or not to be, 1942)—. Pero, además, Pour en finir avec la question juive (2013) contiene el eco inequívoco de otro autor judío, Woddy Allen, cuya obra Getting even (1971) se tituló en español Cómo acabar de una vez por todas con la cultura.

Al igual que Allen, Grumberg echa mano del psicoanálisis. Y, al igual que Allen y que Lubitsch, es la risa su terapia preferida. «Humor judío parisino», tal y como lo define Josep Maria Flotats, amigo del autor, director e intérprete de la versión en catalán que se estrenó en el Teatre Lliure en noviembre de 2015 y que ahora vuelve a Barcelona, al Teatro Borrás, del 28 de junio al 16 de julio. En el ínterim verse también en castellano en el Teatro Español, en Madrid, y en otros lugares de la geografía española.

Jean-Claude Grumberg es autor de más de treinta piezas dramáticas, cuentos para niños y guiones de cine (entre ellos, para François Truffaut y Costa Gavras), ha obtenido ocho premios Molière y un premio César (por el guion de Amen de Gavras, en 2003). Ha escrito sobre la muerte de su padre y de su abuelo en los campos de exterminio nazis en Dreyfus (1974), L’Atelier (1979), Zone libre (1990) y Maman revient pauvre orphelin (1994). Además, algunas de sus obras forman parte del canon literario estudiado en los institutos de secundaria franceses. Sin embargo, es un autor desconocido en España. Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía es la primera de sus obras que se estrena en nuestro país.

Jean-Claude Grumberg. Foto de Claude Truong-Ngoc

Jean-Claude Grumberg en 2013. Foto de Claude Truong-Ngoc

La cuestión judía, por otro lado, nunca se ha ausentado de la escena española. Recientemente se pudo ver Tierra de fuego, de Mario Diament, en las Naves del Matadero, o Masked, de Ilan Hatsor, en los Teatros Luchana, por citar dos montajes recientes que abordan la cuestión desde puntos de vista muy distintos.

La trama de Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía parte de una situación ingeniosa. Dos vecinos se encuentran frecuentemente en el rellano de su escalera. Un día, el vecino de abajo aborda al vecino de arriba y le pregunta a bocajarro: «¿Es usted judío?». Esta curiosidad impertinente da lugar a una serie de divertidos diálogos entre un hombre culto —es escritor— y otro «apenas leído». Previsiblemente, este último presenta una gran capacidad para extraer conclusiones apresuradas a partir de ideas simples y estereotipos. Se trata de alguien necesitado de seguridades, quien las encuentra en internet, a través de su mujer. Luego traslada su recién adquirida visión geopolítica a su comunidad de vecinos.

Josep Maria Flotats y Arnau Puig en Serlo o no, de Jean-Claude Grumberg

Josep Maria Flotats y Arnau Puig en Serlo o no, de Jean-Claude Grumberg

Es cierto que el culto y refinado escritor, que encarna Josep Maria Flotats, juega con ventaja intelectual sobre su vecino, a quien da vida Arnau Puig. El cultivado se ríe del ignaro con ironía, y este último lo sospecha, pero no lo comprende: «Ahora no entiendo nada. ¿No me estará tomando el pelo?». Es una ventaja vacua, no obstante, que puede ser suprimida de un manotazo: hay una tensión no tan sutil en la juventud relativa del vecino de abajo, en su incontestable superioridad física, en sus ademanes, en su tono (a veces, intimidatorio), en la seguridad con la que afirma su origen francés. No es inteligente, ni educado, pero juzga a los demás con dureza.

El vecino de arriba, por el contrario, usa la palabra como arma, debidamente envuelta en ironía. Pero sabe también enseñar los dientes: «Tengo muy buenos amigos abogados, pero estoy seguro de que usted no desea mudarse de aquí». El enfrentamiento oscila, por tanto, entre las burlas y las veras, entre la intimidación y el acercamiento.

La situación propicia que Grumberg exponga, para dummies, su pensamiento de republicano, liberal, ateo, judío y francés. «Soy judío, pero soy ateo, aunque si fuese obligatorio elegir una religión…»; O bien —cito de memoria—: «Deseo la creación ipso facto de un estado palestino, democrático, soberano y pacífico»; Si bien a continuación expone sus prioridades: «¿Que por qué no acabo con los asentamientos? Sí, sí lo deseo, pero antes estoy centrado en acabar con el paro en este país y sus problemas sociales, luego entonces concentraré mis esfuerzos en acabar con los problemas de Oriente Medio y, tras resolverlos, me centraré en África». O bien: «Dos hijos tuvo Abraham, Isaac e Ismael, padres del pueblo judío y del pueblo árabe, respectivamente, que deberían negociar ahora quién se tumba antes en el diván».

Risa, por tanto, por lo general inteligente, pero que da cuenta también de todos los estereotipos judíos (la comida kosher, la circuncisión, los preceptos del Sabbath…) al tiempo que aborda asuntos de fondo muy serios, que no afectan solo a «la cuestión judía»: la intolerancia, la fe del convertido, el peligro del fascismo y su inoculación en la mentalidad de personas ignorantes a través de internet…

Uno de los aciertos del texto de Grumberg es que el personaje que evoluciona —y lo hará de manera insospechada— es el vecino impertinente, lo que dará lugar a una nueva fuente de comicidad. Hay sorpresa en este aspecto. Mejor no desvelar los detalles.

Josep Maria Flotats y Arnau Puig en Serlo o no, de Jean-Claude Grumberg

Josep Maria Flotats y Arnau Puig en Serlo o no, de Jean-Claude Grumberg

Fiel a su ánimo divulgativo, Flotats añade un epílogo extraído de las memorias de Grumberg (Mi padre, inventario y Llorón), en el que explica la historia del autor, su nacimiento en París, en 1939, de una familia judía proveniente de Rumanía y de Polonia, y el internamiento y muerte de su padre y de su abuelo en Auschwitz. Es una explicación innecesaria en Francia, pero que aquí contextualiza a un autor de obra prácticamente desconocida. Jean-Claude Grumberg —nos cuenta Flotats— se enfrenta no pocas veces a la incomprensión de las personas que lo rodean: se explaya en su contestación a alguien que le señaló la «suerte» que tenía —desde el punto de vista de la creatividad, eso sí— por descender de una familia de judíos, a quienes tantas cosas les han ocurrido. Suerte que Grumberg, recíprocamente, desea también a su interlocutor.

#SerloONo de #Grumberg Humor inteligente en #TeatreBorràs con #Flotats y @Nau_Puig @teatrelliure Clic para tuitear

Se trata de un texto inteligente interpretado con genialidad por Arnau Puig y Josep Maria Flotats. Todo un descubrimiento de la voz de un autor original.

Merece la pena.

Serlo o no. Para acabar con la cuestión judía

Autor: Jean-Claude Grumberg

Dirección: Josep Maria Flotats

Reparto: Arnau Puig y Josep Maria Flotats

Traducción: Mauro Armiño

Escenografía: Alejandro Andújar

Iluminación: Albert Faura

Ayudante de dirección: Pep Planas

Interpretación musical: Dani Espasa

Producción: Teatre Lliure y Taller 75

 

Reseña de Alfonso Vázquez