Según Luis Alberto de Cuenca, las micro esculturas de Marco Navas son poesía en tres dimensiones. Con motivo de la próxima exposición del escultor en Gijón, Laura Muñoz entrevista en profundidad a Marco Navas, El Miniaturista.

Marco Navas, El Miniaturista: un poeta en tres dimensiones

No recuerdo la fecha en que lo conocí. Sí el momento. El lugar. Que olía a calor, y el frío al que no estoy acostumbrada lo templamos con café. Lo siguiente que viene a mi mente es un paseo con alguien blanco. Muy blanco. Una mujer. Y creí sentir cómo se escurría el material, aún sin pintar, y se precipitaba contra el puerto deportivo de Gijón. Aproveché las sombras del sol para colorear contra un gris piedra a la virgen que tenía entre las manos. Con una hubiera sido suficiente. Pero el miedo. La fragilidad de algo creado de la nada. Aún el polvo en los perfiles. El material contorsionándose contra un cuerpo que sostenía otro. Y yo sosteniendo a los dos. Disparé. Era (es) “La Piedad de Mary Shelley”. No, no murió. 

Marco Navas convive con El Miniaturista. O quizás sea al revés. No es importante saberlo. La realidad (nuestra) es que pare miniaturas y dioramas abiertos de diferentes temáticas imposibles de etiquetar. Sin prospecto, porque cuentan solas. Según el ojo que mire y la palma que acoja.

En Gijón. Donde todo germinó, incluidos El Miniaturista y el cuerpo que lo contiene. La oportunidad de formar parte del universo Navas. A partir del 18 de noviembre y hasta el dos de diciembre, una exposición con literatura sin palabras a la que están invitados.

Y más: poder descubrir si este artista es escultor, pintor, poeta, narrador, inventor o suicida.

 

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Marco y yo nos citamos para esta entrevista en un lugar etéreo. Tampoco es importante conocer el lugar. La sintonía estaba, la onda la misma, así que sólo hablamos. Como hacemos siempre.

Laura Muñoz: Conozco el origen de tu vida, me refiero al Miniaturista, pero me gustaría que los demás supieran el porqué, uno o dos cómo y si, como intuyo, el cuándo coincide con el nacimiento de Marco Navas.

Marco Navas: (Risas) Intuyes bien. El Miniaturista nació un dos de diciembre del 74, como yo. Pero yo no lo recuerdo, y él tampoco. Yo entonces no sabía de su existencia, pero él sí sabía de la mía. En eso me lleva ventaja. Tampoco recuerdo el comienzo de mi contacto con las miniaturas, que fue muy precoz, pero sí el porqué. El mismo que mi pasión por la literatura, el cómic o el cine, un medio de huir de una realidad difícil de digerir para un niño. Sí recuerdo bien el cómo y porqué del comienzo de mi carrera profesional. La bendita culpa fue de Enrique Sánchez Abulí, el guionista creador de Torpedo. Yo tenía 15 cándidos (o no tanto) años, y soñaba con ser dibujante de cómic. Descansaba del dibujo entregándome a las miniaturas, y le regalé un Torpedo miniaturizado a Enrique, con quien había trabado amistad y siempre estaba nutriendo de cómics mi tebeoteca. Fue él quien me instó a invertir el orden, a relegar el dibujo y a soñar con un futuro como miniaturista, respaldado por Saccomano, que recuerdo estaba también en aquella mesa de café. Me convenció, y acertó. Apenas uno o dos meses más tarde cambiaba por dinero mis miniaturas.

L.M.: No te preguntaré por el aprendizaje (teóricamente hablando) porque sé que lo que tienes es de fábrica. Pero sí quiero saber qué porcentaje de tu vida dedicas a miniaturizar y la disciplina anárquica con la que trabajas.

M.N.: Mucho más de lo que quisiera, y seguramente debiera. Hay que currar mucho para comer tres veces al día y vivir de este oficio, en especial cuando se trabaja desde la más rotunda independencia y libertad. No tengo muy claro que disciplina y yo podamos ir juntos en una misma frase, pero si es anárquica entonces seguro que sí. Trabajando soy compulsivo, impulsivo, visceral, y hasta kamikaze. Digamos que la pasión es mi única disciplina.    

L.M.: Sabiendo que materializas de noche y es al alba cuando te dejas morir de forma reversible. ¿Así sueñas, creando?

M.N.: (Risas)… Bueno, crear queda para los Dioses. Los seres humanos debemos conformarnos con recrear, que no es poco. Como todo el mundo, sueño mientras duermo, o eso dicen. Aunque casi nunca recuerdo esos sueños. Prefiero soñar bien despierto, que es una sana costumbre que tengo desde mi más tierna infancia. Precisamente por eso, supongo que me queda poco por soñar mientras duermo.

Crear queda para los Dioses. Prefiero soñar bien despierto. #Entrevista @lauraMHphoto Clic para tuitear» username=»RevistaMoonM»]

L.M.: Cuando todos están obsesionados con la «grandeza», tú te empeñas en hacerlo todo más pequeño. ¿Es el detalle lo que te enamora? ¿Es el tacto de las cosas mínimas lo que te empuja?

M.N.: ¡Cierto! (Risas). La obsesión por la grandeza, la querencia por lo faraónico siempre me ha parecido un rasgo propio de horteras con complejo de inferioridad o de genitales escasos. La belleza, en su más amplio sentido, está para mí en la sutileza de los pequeños detalles. Son los pequeños detalles, las pequeñas cosas y gestos los que dan sentido y engrandecen la vida con su sutil delicadeza. Las esencias, como los venenos, se sirven en frascos diminutos.

La belleza está en la sutileza de los pequeños detalles. #MarcoNavas @lauraMHphoto Clic para tuitear

L.M.: Tus miniaturas forman parte de las vitrinas de coleccionistas en el mundo. Se dice que odias volar. ¿Prefieres que tus creaciones caminen solas? ¿Es un modo de darles libertad, si quieres vida, mientras tú permaneces en la confort zone?

M.N.: Es verdad que odio volar. En realidad me encanta estar (en muchas partes), pero odio desplazarme (el trámite de viajar). Lo que no es cierto es que tenga una confort zone. Desconozco qué es eso. Nací apátrida integral e irredento. Pero sí, prefiero que mis diminutos viajen solos. Aunque no lo parezcan, son mayorcitos. Se desplazan desde hace años por los cinco continentes, pero yo aún no he surcado los siete mares. Mira, para mí lo importante es la obra, muy por encima del autor de la misma. Cuando las miniaturas están solas, en una sala por ejemplo, todas las miradas y atenciones se centran en ellas. Si están acompañadas del autor, esas miradas se reparten, y la atención se bifurca. Lo interesante ha de ser la obra. El autor, como ser humano, no es ni más ni menos interesante que cualquier otro ser. La magia está en las miniaturas, por eso mi sobrina está convencida que es la pintura lo que les da vida, y que por las noches, sin miradas indiscretas, se mueven.

Lo interesante ha de ser la obra. La magia está en las miniaturas. #ElMiniaturista @lauraMHphoto Clic para tuitear

L.M.: Ahora vas a exponer en la ciudad de tus creaciones, la de El Miniaturista y la tuya propia. ¿Sientes que, sin moverte de casa, das un gran paso?

M.N.: Gijón es la ciudad donde me alumbraron, sí, pero mi casa es el mundo. Sinceramente no me tomo tan en serio este tipo de eventos —¡y a mí mismo tampoco!—. Creo que hay más expectación por parte del público que por la mía, y eso es estupendo, y me llena de orgullo y satisfacción como a un Borbón el discurso de Navidad. Más que un gran paso, lo veo como otro canto más en el camino… Ya sabes, y rodar, y rodar.

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L.M.: Y una última pregunta. Advierto que la he guardado con bastante dificultad durante la entrevista. ¿Por qué EN TU WEB marconavas.com, al pinchar en «El artista», no pasa nada? ¿Marco, eres real?

M.N.: (Risas)… Pragmáticamente habría que preguntarle a la webmáster… (más risas). En serio, acepto todos esos calificativos que me has regalado, escultor, narrador, inventor, y hasta suicida, pero artista, sólo si es del trapecio. Me resulta una palabra multidimensionada, tergiversada, y un tanto pedante, que ha perdido su sentido, su valor, y el norte, seguramente al desligarse del oficio. Por otra parte, respondiendo a la segunda pregunta, en realidad creo que soy producto de mi imaginación (o quizás de la del Miniaturista, o de la tuya…). Creo que el mejor truco de prestidigitación de El Miniaturista es que todo el mundo piensa que es un personaje, cuando seguramente es una personalidad. Por el contrario, creo que el mejor truco de escapista de Marco Navas ha sido El Miniaturista. No se vive del todo mal entre Merlines y Houdinis. Y ahora dejémoslo aquí, que ya te has quedado con todos los ases que traía en la manga.

L.M.: ¡Gracias, Marco!

M.N.: Gracias a ti, ¡certera francotiradora!

Narrar sin palabras, exposición de #ElMiniaturista. Gijón #Entrevista @lauraMHphoto Clic para tuitear

Entrevista a Marcos Navas: Laura Muñoz

Fotografía de Marcos Navas: Laura Muñoz. Todos los derechos reservados