Mujeres, vuestros papeles en el cine atentaban contra la moralidad y el santo sacramento del matrimonio; eran lascivos, pecaminosos y lo que es peor, incitaban a los hombres al pecado. Y os liberaban de él. Imperdonable.

La Liga de la Decencia

Mujeres, ¡qué papeles!

William Hays.

Hay momentos en la vida en los que se nos cruza un tipo malcarado. De esos que apartarías agarrándolo de la solapa y tirándolo a un lado del camino.

Hays, que así se llamaba el tipo, estaba en el centro de un «huracanado encargo»: abordar el «problema» del cine. Se le contrató para ser una especie de perro policía de la industria cinematográfica, dispuesto a controlar las cosas antes de que el asunto se les fuera de las manos. Desde los años 2o, se dedicó a batallar para contentar a grupos moralistas religiosos, pero pagado por la industria del cine, campeó como pudo las ansias censoras.

Pero cometió un error: contrató a un tal Breen que comulgaba más con asociaciones de defensa de valores tradicionales que con la industria del cine. Pasando los años, Breen consiguió un puesto que desafiaba al jefe y mediante el que impuso su particular visión de lo que debía exhibirse en el cine, asesorado por la Liga de la Decencia, dedicada a lo que su propio nombre indica.

Mujeres, vuestros papeles en el cine incitaban a los hombres al pecado. Clic para tuitear
Joseph Breen. Liga de la Decencia

Joseph Breen.

Mujeres con «comportamientos no deseables»…

Mujeres, ¡qué papeles! Sobre "pecados" y ligas de la decencia. Un artículo de Josevi Blender sobre la censura del Código Hays.

Cristina de Suecia.

 

Se criticó el abierto lesbianismo de la Garbo con su dama de compañía en Cristina de Suecia. Clic para tuitear

 

Ya hacía años que se dirigía una crítica feroz hacia ciertos comportamiento femeninos «no deseables» en las películas. No se podía consentir la infidelidad matrimonial de Norma Shearer, planeada por venganza  en La divorciada (1930), ni el abierto lesbianismo de la Garbo con su dama de compañía en Cristina de Suecia (1933), ni el exhibicionismo sexual de Mae West en No soy un ángel (1933), ni siquiera los desnudos de Maureen O’Sullivan en Tarzan y su compañera, en la que se realizaron diferentes tomas del baño en el estanque con diferentes grados de desnudez, dependiendo del estado en el que se fuera a estrenar. Pero estas historias casi siempre acababan con la redención y la recuperación de unos principios, por parte de unas protagonistas que nunca deberían haberlos abandonado.

Norma Shearer, Greta Garbo, Mae West, Maureen O´Sullivan.

Norma Shearer, Greta Garbo, Mae West, Maureen O´Sullivan.

Pero la tormenta estaba a punto de desatarse. Breen creó su propia banda de moralistas religiosos, la PCA (Production Code Administration), encargada de aplicar escrupulosamente el Código Hays. Se inventó un sello de decencia sin el que las películas no se podían estrenar.

 

#CódigoHays y PCA. Un sello de decencia sin el que las películas no se podían estrenar. Clic para tuitear

 

A esta banda se le atragantaron especialmente dos películas.

La pelirroja (MGM, 1932) fue una de ellas. El papel que interpreta Jean Harlow es sexy, inteligente, con mucha labia. No duda en cargarse el matrimonio de su jefe para escalar socialmente, utilizando eso que llaman armas de mujer.  Y lo que era peor, se sale con la suya, sin castigo. Moralmente inaceptable. Se la llegó a considerar la película más depravada que había hecho Hollywood.

La pelirroja.

La pelirroja.

La otra película objeto de sus iras fue Carita de Ángel (Warner, 1933), donde Barbara Stanwyck asciende dentro de una empresa a base de acostarse con todos los hombres. Adopta lo más desagradable del lado masculino como propia autodefensa por venganza hacia los hombres. Lo peor para Breen era que estos papeles caían bien, se las veía como heroínas.

Liga de la Decencia

Carita de ángel (Baby Face).

Ambas películas ya se habían estrenado, por lo que nada pudieron hacer para evitar su exhibición. A partir de este momento, esta banda de autoproclamados guardianes de la moralidad se encargó de que tú, mujer, no vieras en el cine americano ejemplos de mujeres libres que actuaban a  sus anchas, regidas por su propia experiencia vital, sino siempre al amparo de un hombre que os dijera qué debíais pensar, cómo y cuándo hacerlo.

Cuando soy buena, soy buena. Pero cuando soy mala, soy aún mejor.

Mae West. No lo olvidéis, mujeres.

 

«Cuando soy buena, soy buena. Pero cuando soy mala, soy aún mejor». Mae West Clic para tuitear

 

Postdata: Joseph Breen se jubiló en 1954 de su cargo de capo de la PCA. Afortunadamente, la industria cinematográfica hacia tiempo que no le hacía caso.

Artículo de Josevi Blender