Pinceladas de Sonia Koch y Amaia Villa

Pinceladas de color, pinceladas de poesía que se extienden a través de los kilómetros de tierra y océano que separan Chile de Euskal Herria.

Hoy, en MoonMagazine, serviremos de puente para traeros una  fusión de pinceladas artísticas muy especial. Os demostraremos que la compenetración no entiende de fronteras y vuela con alas que trascienden las culturas. Ese es el caso del poema Cata de la portugaluja Amaia Villa —en primicia para esta revista— y Te doy mi corazón, pintura de Sonia Koch. Ambas surgieron por separado, pero se complementan más allá de las circunstancias geográficas.

CATA

Una vieja foto
desnuda la calma.

Voces en sepia
tararean un anhelo.

Aroma a despertares
lame las heridas.

Caricia de imposibles
seduce mis vacíos.

Notas de lágrimas
envejecidas en roble,
matices de pasión,
regusto a nuestra historia,
sabor a ti,
profundo en boca.

©Amaia Villa

Amaia Villa recitando en Noches Poéticas.

Amaia Villa recitando en Noches Poéticas.

Allá por el 2012, la poeta  Amaia Villa decidió crear una colección de marcapáginas  con el objeto de dar a conocer sus poemas. En un primer momento pensó ilustrarlos con fotografías, pero navegando por Internet, encontró el BLOG de Sonia Koch, pintora chilena cuyas obras  le hicieron cambiar de opinión:

«Vi sus cuadros y me encantaron. Eran alegres, coloristas, expresivos; sentí que casaban muy bien con mis poemas y decidí escribirle un e-mail. No nos conocíamos de nada pero quise intentarlo. Le envié algunos de mis poemas y le conté mi proyecto. El primer email fue el 13 de junio de 2012.  Ella se mostró muy cercana conmigo desde el principio: «¡Qué linda invitación! A pesar de la distancia, me parece precioso que sientas posible poder complementar  nuestra creatividad. Tus poemas me han emocionado e inspirado… Creo que tus poemas y mi pintura están en sintonía.»

A aquel primer e-mail le siguieron muchos otros y poco a poco se fue concretando todo. Me sentí con libertad total desde el principio y aunque yo le contaba lo que se me iba ocurriendo, ella siempre me decía: «es tu idea».

El proceso me llevó bastantes horas de feliz trabajo. Escogí poemas cortos de tono esperanzador y pequeñas reflexiones. Algo que al encontrar en un libro, o al regalar a un amigo, cambiase un poco el color del ánimo solo con leerlo. A la hora de escoger cada poema también tuve que tener en cuenta  que existiera un cuadro con el que casarlo. Después vino el tema de los colores. Tenía claro que los quería alegres y pensé hacer seis distintos que formasen una colección y que fuesen bien a su vez con los tonos de cada cuadro.»

Sonia Koch en una exposición de sus pinturas.

Sonia Koch en una exposición de sus pinturas.

Así fue como surgió la colección de marcapáginas Pinceladas de Poesía, título idóneo para una serie de pequeñas obras  de arte, en las que poesía y pintura acompañan al lector, aportando belleza  y rompiendo con el tópico que relaciona la poesía con algo denso y elitista.

Hay gente que nunca ha escuchado poesía, que nunca ha asistido a un recital y que nunca comprará un poemario, simplemente porque tienen la idea de que la poesía es aburrida o va dirigida a intelectuales.

La poesía de @villa_amaia y la pintura de Sonia Koch fusionadas entre sí a pesar de la distancia. Clic para tuitear

 

Las obras de estas dos mujeres sensibles y luchadoras comparten muchos puntos en común. Ambos trabajos muestran un deseo de conectar con el alma del otro,  la trascendencia más allá de los versos, más allá de las imágenes; implican al espectador – al lector, en el caso de la poesía de Amaia-, en un mensaje de optimismo y esperanza.

 

Pintura de Sonia Koch

Pintura de Sonia Koch.

Desperté con ganas de encontrarte
quitarme las enaguas
e ir a nadar.

Sacudido el techo de telarañas
las nubes pintan
juguetonas, tu retrato.

Tu sonrisa será ancha y franca,
y amarás que escriba versos
con los ojos cerrados.

Te gustará bailar
el cielo abierto
y besarme a cada rato.

¡Tengo prisa por reírme a tu lado!
Por suerte, resto un día
para que nos conozcamos.

Poema de la colección Pinceladas de Poesía

©Amaia Villa