Plutón. La última frontera

La investigación espacial es un tema que me ha apasionado desde niño y estar viviendo, casi en tiempo real, el desenlace de la misión más compleja llevada a cabo por el ser humano, como es llevar una nave hasta el remoto Plutón, me tiene en vilo los últimos días.

Plutón por el Hubble

La mejor foto de Plutón hecha por el Hubble.
© NASA

Hasta ahora la mejor imagen que teníamos de Plutón era esta que se ve a la izquierda, realizada por el Telescopio Espacial Hubble y que muestra un borrón pixelado que no dice casi nada. Bueno, mirado en diferentes longitudes de onda se pueden apreciar rasgos de Nitrógeno, Monóxido de Carbono y Metano. Esa información es suficiente para saber que conocer mejor a Plutón nos puede enseñar cómo se creó el Sistema Solar y, en última instancia, contarnos algo acerca de dónde venimos.

Plutón. Un poco de historia

A finales del siglo XIX se pensaba que debía haber un planeta más allá de Neptuno que afectaba su órbita, aparte de Urano. Percival Lowell y William Pickering, reputados astrónomos, predijeron la existencia de ese cuerpo espacial y lo llamaron Planeta X. Unos años después, Clyde Tombaugh, un joven astrónomo recién llegado al Observatorio Lowell, recibió la misión de buscar al misterioso Planeta X. Finalmente, tras años de fotografiar regiones concretas del cielo con días de diferencia para compararlas y ver qué objetos habían cambiado de posición, en Febrero de 1930, Tombaugh descubrió al esquivo Planeta X.

La prensa de la época se hizo eco del hallazgo popularizando el evento. Correspondía al Observatorio Lowell, como descubridor, ponerle nombre al nuevo planeta. Se recibieron miles de propuestas pero fue una niña de 11 años, Venetia Phair, asidua lectora de mitología griega, quien propuso el nombre de Plutón, dios griego del inframundo. Walt Disney, que también se enteró de la noticia, decidió bautizar a su nuevo personaje, el Perro Pluto, con el nombre del nuevo planeta y no al revés, como muchos creen.

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Finalmente Plutón era demasiado pequeño para causar ninguna perturbación gravitatoria en Neptuno y fueron unas malas mediciones de las masas de Urano y Neptuno las que dejaban sin explicación las irregularidades en la órbita de este último.

Plutón. Planeta Enano

La Unión Astronómica Internacional decidió hacer una nueva clasificación de los objetos del Sistema Solar. No se había hecho antes y el descubrimiento de miles de objetos similares a Plutón en el Cinturón de Kuiper a principios de los 90 y el descubrimiento en 1995 del primer planeta extrasolar, hacían urgente una reclasificación. A fin de cuentas para los antiguos, que fueron los que acuñaron el término, que viene del griego y significa «Estrella Errante», el Sol era un planeta, la Luna era un planeta y la Tierra no lo era. Así que, por primera vez en la historia de la astronomía, en 2006 se creó una definición de planeta y Plutón, como Ceres, Eris o Makemake, no entraban en esa clasificación, pasando a denominarse Planetas Enanos que, a diferencia de los planetas primarios, no «limpian» sus órbitas.

Nuevos Horizontes. La misión

Enviar una nave a Plutón, a 5.800 millones de kilómetros cuando está cerca (10.000 millones en el otro lado de su órbita), es comparable a algo así como lanzar una pelota de baloncesto desde Madrid a una canasta que se está moviendo en Moscú y que la bola entre sin tocar el aro. Así de compleja es la precisión necesaria. Vale que la nave tiene posibilidades de corregir el rumbo, pero las instrucciones, que viajan a la velocidad de luz, tardan más de cuatro horas en llegar a la nave y, por si fuera poco, la órbita del planeta no estaba totalmente clara y ese dato es crucial para el éxito.

¿Por qué no se conocía bien la órbita? Porque se estima que el planeta tarde unos 248 años en completar un giro al Sol y desde 1930 solo ha recorrido un tercio de la misma, por lo que, desde que se descubrió, nunca ha estado en el mismo lugar dos veces. Para conocer mejor la órbita se tuvo que recurrir a varios miles de fotografías que el astrónomo Carl Lampland hizo desde el Observatorio Lowell entre 1930 y 1950. Unas 4.000 fotografías que permitieron al equipo de la Nuevos Horizontes alcanzar la precisión necesaria para el encuentro con el planeta.

La misión se lanzó en 2006, mismo año de la aparición de Twitter y justo un año después, en 2007, año del primer iPhone, pasó cerca de Júpiter para aprovechar su impulso gravitatorio y ganar velocidad, alcanzando los 14 Km por segundo (unos 50.000 Km/h. o 10 veces la velocidad de una bala) y entrar en hibernación hasta hace pocas semanas, que despertó y comenzó a enviar las primeras imágenes. El 14 de Julio de 2015 se produce el máximo acercamiento (la imagen que ilustra este artículo es de esos momentos) a unos 13.000 km. de la superficie del planeta y durante algo más de solo dos horas se tomarán todos los datos y mediciones que sus siete instrumentos puedan captar. ¡Nueve años y medio para dos horas y pico de gloria! Ahora toca esperar esos datos y disfrutar de los nuevos descubrimientos.

Estamos solos

La exploración espacial debería servir, entre otras cosas, para rebajar el nivel de la soberbia humana y comenzar, de una vez por todas y definitivamente a respetar y cuidar nuestro planeta. Gastar 700 millones de dólares para alcanzar Plutón no puede quedar solo en eso. En un mundo donde las diferencias entre gentes de la misma especie son tan acusadas, el mensaje debería traducirse en humildad y solidaridad, palabras que muchos conocen pero pocos practican y menos los gobernantes que podrían hacer mucho más en beneficio de todos, incluso de ellos mismos.

La Nuevos Horizontes seguramente dará la vuelta para fotografiar el Sistema Solar completo, como hizo la Voyager a petición de Carl Sagan y, como entonces quedaremos sobrecogidos. No tenemos nada más que este pequeño punto azul pálido. Es nuestro único hogar y, si algo va mal, no tenemos donde ir ni conocemos a nadie que nos pueda ayudar. De momento estamos solos y es nuestra responsabilidad que la Tierra perdure con buena salud. El precio a pagar será muy alto si no ponemos fin al sistemático saqueo al que sometemos a nuestro planeta: la Naturaleza nos eliminará y seguirá su curso.

Os dejo con su vídeo y sus palabras. Ojalá sirvan para hacer una reflexión y empezar una campaña de pequeños cambios que nos permitan disfrutar de la Tierra mucho tiempo. Un abrazo.

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