La próxima piel, Verano en Brooklyn y Cuando tienes 17 años: Tres películas sobre la juventud y la búsqueda de la identidad

La infancia, la adolescencia y la juventud como épocas en que se constituye nuestra identidad y personalidad es uno de los grandes motivos recurrentes en la historia del cine. Tratado en Hollywood con el típico halo de romanticismo de los años 30 y 40 en títulos como Capitanes intrépidos (1937) de Victor Fleming, ¡Qué verde era mi valle! (1941) de John Ford, Fuego de juventud (1944) de Clarence Brown o Mujercitas (1949) de Mervyn LeRoy, en el cine europeo el tema era abordado desde un punto de vista menos reconfortante. Partiendo del contexto de la II Guerra Mundial en películas tan estremecedoras como Roma, ciudad abierta (1945) y Alemania, año cero (1948) de Roberto Rossellini o Juegos prohibidos (1948) de René Clement, tampoco Los cuatrocientos golpes (1959) de François Truffaut o Viento en las velas (1965) de Alexander Mackendrick se limitaban a recrearse meramente en los momentos más ingenuos o inocentes. Cuando llegamos al cine actual, es habitual visitar los extremos y contemplar películas en que la juventud es tratada como el momento ideal para que pueda prender el espíritu revolucionario, como en Soñadores (2003) de Bernardo Bertolucci, o, sorprendentemente, visiones absolutamente nihilistas en la que sólo vemos angustia, desesperación y comportamientos frenéticos, como en el cine de Larry Clark, quien tiene títulos tan al límite como Kids (1995), Ken Park (2002) o The Smell of Us (2014). Hoy, reseñamos tres películas que abordan la cuestión y que, curiosamente, se han estrenado el mismo fin de semana.

La próxima piel

Título: La próxima piel.

Título original: La propera pell.

Año: 2016.

Dirección: Isaki Lacuesta e Isa Campo.

Guion: Isaki Lacuesta, Isa Campo y Fran Araújo.

Música original: Gerard Gil.

Dirección de fotografía: Diego Dussuel.

Reparto: Emma Suárez, Sergi López, Álex Monner, Greta Fernández, Bruno Todeschini, Igor Szpakowski, Mikel Iglesias, Silvia Bel.

País: España-Suiza.

Página web oficial

La próxima piel de Isaki Lacuesta e Isa Campo fue una de las grandes triunfadoras del Festival de Cine Español de Málaga del año 2016 al ganar cinco Biznagas (Premio Especial del Jurado, Mejor Dirección, Mejor Actriz, Mejor Montaje y Premio de la Crítica). Y casi podemos decir que fue, en realidad, la mejor película del certamen.

Después del ejercicio destroyer que supuso Murieron por encima de sus posibilidades (2014), en esta ocasión Isaki Lacuesta, con la codirección de Isa Campo, su habitual colaboradora, ha regresado a la cuestión de la construcción de la identidad y de la falta de certezas absolutas que ya abordó en su imprescindible díptico Los pasos dobles (2011) y El cuaderno de barro (2011) pero, alejándose de los exóticos escenarios africanos, opta por desarrollar la historia en un pequeño pueblo de los Pirineos.

Con una trama que puede recordar, en ciertos momentos, a la del documental El impostor de Bart Layton (2012), Isaki Lacuesta e Isa Campo saben llevar el argumento al terreno que les interesa: al de mostrar cómo determinados entornos y determinadas culturas (entendidas como forma de organizar la vida) sólo admiten identidades rígida y férreamente configuradas y visiones del mundo alérgicas a los matices y a la aceptación de las incertidumbres.

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Isaki Lacuesta que, en otras ocasiones, ya ha dado muestras de su cinefilia, comienza la película con unas imágenes y una música que recuerdan a las del inicio de El resplandor (1980) de Stanley Kubrick, lo cual no es un capricho sino que está relacionado con el hecho de que su tema de fondo se emparenta con el que tenía la película protagonizada por Jack Nicholson, sólo que mostrado con mucha mayor claridad y transparencia, revelando la habilidad realizadora de ambos codirectores.

Es de justicia mencionar, como otra de las grandes virtudes del film, las magníficas interpretaciones de Emma Suárez, Álex Monner y, sobre todo, Sergi López, que saben dar plena personalidad a sus complejos personajes.

Como broche final, un desenlace abierto, sin respuestas, nos brinda, quizás, la hermosa moraleja de que sólo en el brillo de una página en blanco, como un paraje cubierto por la nieve, es el mejor camino para crearnos a nosotros mismos, sin cadenas ni ataduras.

Excelente realización de Isaki Lacuesta e Isa Campo @laproximapiel. Con @EmmaSuarezFans. Clic para tuitear

Nota (de 0 a 10): 8.

Lo que más me gustó: La realización de Isaki Lacuesta e Isa Campo. Las interpretaciones de Álex Monner, Emma Suárez y Sergi López.

Lo que menos me gustó: En algunos momentos, la alternancia de idiomas en la trama no acaba de resultar creíble.

Verano en Brooklyn

Título: Verano en Brooklyn.

Título original: Little Men.

Año: 2016. Dirección: Ira Sachs.

Guion: Ira Sachs y Mauricio Zacharias.

Música original: Dickon Hinchliffe.

Dirección de fotografía: Óscar Durán.

Montaje: Mollie Goldstein y Affonso Gonçalves.

Reparto: Theo Taplitz, Michael Barbieri, Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina García, Alfred Molina, Talia Balsam.

País: Estados Unidos-Grecia.

Página web oficial 

Ira Sachs es un director indie estadounidense que ha adquirido un notable estatus con sus films Keep the Lights On (2012) y El amor es extraño (2014) y que lo ha confirmado plenamente con esta pequeña maravilla que es Verano en Brooklyn. En esta película, con naturalidad y talento, convergen toda una serie de temas que conviven en equilibrada armonía: el reflejo de ese momento de la adolescencia en el que nuestras vidas van a dar un giro decisivo, en el que alegrías e ilusiones se combinan con los primeros sinsabores, la madurez como poso de fracasos y decepciones, la condición del artista como ser solitario que vive en su propio mundo y, como cemento que hace curiosamente de amalgama, el proceso de gentrificación que vive un barrio (en este caso, Brooklyn) por el cual sus habitantes tradicionales son expulsados a favor de otros con mayor capacidad económica (tema que nos hace recordar el documental En construcción -2001- de José Luis Guerin).

Toda la película está rodada con gran espontaneidad y frescura, con una planificación agilísima que permite narrar una historia con numerosas aristas en apenas 85 minutos (lo cual constituye toda una lección de narrativa cinematográfica). A ello ayuda, además, la frescura de los dos niños protagonistas, Theo Taplitz y Michael Barbieri, cuyas interpretaciones contrastan, patente y deliberadamente, con la de los adultos (Greg Kinnear, Jennifer Ehle, Paulina García y Alfred Molina, en los papeles principales).

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Minimalista en su concepción, la misma llega a su apogeo en la sorprendente secuencia final, que rompe todas las expectativas del espectador y que logra, sin alardes ni barroquismos, helarnos la sonrisa y dejarnos en la boca un sabor agridulce, el que nace de una realidad en la que hay caminos que se encuentran y que, finalmente, se separan por culpa de los convencionalismos y las jerarquías sociales. Asumir la madurez es muchas veces, por desgracia, la aceptación de reglas que sólo encuentran su paréntesis en milagrosos y efímeros veranos. Como ya sintieron antes el Horacio Oliveira de Rayuela de Cortázar o el musicólogo protagonista de Los pasos perdidos de Alejo Carpentier, la felicidad está en rendijas que sólo dan una oportunidad al ser humano y nunca más regresan.

Toda una lección de narrativa cinematográfica en 85 minutos en #VeranoEnBrooklyn. Clic para tuitear

Nota (de 0 a 10): 8,5.

Lo que más me gustó: Siendo sencilla, es profunda. La frescura de los dos niños protagonistas.

Lo que menos me gustó: Al público le va a parecer menos de lo que es.

 

Cuando tienes 17 años

Título: Cuando tienes 17 años.

Título original: Quand on a 17 ans.

AÑO: 2016. Dirección: André Téchiné.

Guion: Céline Sciamma y André Téchiné.

Música original: Alexis Rault.

Dirección de fotografía: Julien Hirsch.

Montaje: Albertine Lastera.

Reparto: Kacey Mottet Klein, Corentine Fila, Sandrine Kiberlain, Alexis Loret, Mama Prassinos, Jean Fornerod, Jean Corso.

País: Francia.

Página web oficial

Cuando tienes 17 años nos permite disfrutar del regreso de André Téchiné, el director de películas tan reconocidas como Los juncos salvajes (1994) o Alice y Martin (1998). Y la verdad es que, con este film, nos brinda una auténtica delicia que no sólo es mérito de él sino también de Céline Sciamma, realizadora de títulos recientes como Tomboy (2011) o Girlhood (2014), que, como este, también trata el tema de la juventud, y que, aquí, ejerce de coguionista para darle a la historia un aire de cercanía que nos permite empatizar inmediatamente con sus personajes.

Los directores siempre se acaban inclinando por uno de los dos grandes modelos narrativos que suelen existir a la hora de desarrollar una trama. El primero es trazar una historia perfectamente estructurada que funciona como un mecanismo de relojería. Pensemos en Fritz Lang, Alfred Hitchcock, David Fincher o Christopher Nolan. El segundo sigue, más bien, el lema de “la vida fluye”. Los personajes, sus vidas, sus avatares, sus sentimientos, ocupan un lugar central y van desplegando sus biografías mientras los acompañamos del brazo deseando que superen los malos momentos y los buenos se prolonguen todo el tiempo posible. Pensemos en John Ford, Howard Hawks, Federico Fellini o François Truffaut. Téchiné opta por esta segunda vía. Y hay que admitir que logra plenamente que quienes estén viendo el film, antes que espectadores, sean compañeros de viaje de una travesía llena de imprevistos.

Tres películas sobre la juventud y la búsqueda de la identidad

Porque, una vez establecido el planteamiento inicial (dos compañeros de instituto, que tienen una pésima relación, acaban viviendo bajo el mismo techo), el mismo sufre importantes cambios conforme van trascurriendo los tres trimestres a lo largo de los que la acción se prolonga, hasta llegar a un punto de destino muy diferente del que cabía pensar en un principio.

Cuando tienes 17 años, aunque estrictamente realista, no deja de tener un cierto halo de ensueño (ayudado por los paisajes montañosos envueltos en la bruma que constituyen una parte esencial del film): muchas de las circunstancias de las que seremos testigos, quizás no sean las que pudieran ocurrir verdaderamente pero sí que constituyen un cierto ideal  en el que las diferencias raciales, sociales o sexuales no se conviertan en un obstáculo para la convivencia o el apoyo mutuo.

Al final, la adolescencia y la juventud pasan y acabarán cediendo el paso a la nostalgia y a la melancolía. Pero puede ser un momento único en que podamos seguir adelante libres de prejuicios e ideas preconcebidas, en que todo es posible y no hay nada que nos pueda parar. Cuando tienes 17 años es la oda perfecta a un tiempo irrepetible, a una juventud que no volverá.

Regreso triunfal de André Techiné con #Cuandotienes17Años de @FilmsVrtigo. No te la pierdas. Clic para tuitear

Nota (de 0 a 10): 8.

Lo que más me gustó: La fluidez de la historia y de sus giros inesperados.

Lo que menos me gustó: Cierta precipitación en el desenlace.

Para terminar, vamos a enlazar otras películas recientes sobre la infancia, la adolescencia y la juventud que tratan temas parecidos a los de estas tres películas que hemos reseñado y que se pueden ver online:

Ken Park (2002) de Larry Clark

Soñadores (2003) de Bernardo Bertolucci

Los niños salvajes (2011) de Patricia Ferreira (Biznaga de Oro a la Mejor Película en el Festival de Málaga 2011)

Mud (2012) de Jeff Nichols:

God Help the Girl (2013) de Stuart Murdoch

The Kings of Summer (2013) de Jordan Voigt-Roberts

A cambio de nada (2015) de Daniel Guzmán (Biznaga de Oro a la Mejor Película en el Festival de Málaga 2015)

Bridgend (2015) de Jeppe Ronde

La próxima piel, Verano en Brooklyn y Cuando tienes 17 años: Tres películas sobre la juventud y la búsqueda de la identidad. Crítica de José Manuel Cruz.

Tus estrenos de cine, una sección de José Manuel Cruz