Si hay una palabra que pueda expresar cómo es el teatro de Marie de Jongh esa es delicadeza. La delicadeza es una atmósfera, un contexto. Así como el papel vence a la piedra, el ruido vence a la delicadeza. La delicadeza consiste también en excitar aquellos estados de ánimo en que la persona (el personaje) no está rígido, está abierto a todas las influencias del exterior, por leves que sean. El máximo de emoción con el mínimo de elementos. En un mundo de ruidos, hacerse un hueco a base de estímulos que rozan lo imperceptible es un logro restringido a muy pocos.

Marie de Jongh limita deliberadamente sus recursos artísticos. No hay texto porque no hay palabra. No hay expresión facial porque hay máscara. La delicadeza de Marie de Jongh se manifiesta también en la ausencia de ruido. Solo la música de Pascal Gaigne. Solo piano y cuerda.

Amour, de Marie de Jongh. Foto: Guillermo Casas

Marie de Jongh

Teatro del gesto, pues, teatro de la máscara y teatro del silencio. Todos los sonidos que el intérprete produce son amortiguados. Ningún golpe estimula el tímpano. La atmósfera es mágica, el mundo es muelle. Evoca un cine mudo que apenas sucedió. No hablan, no producen ruido, pero la emoción se mantiene a flor de piel desde los primeros movimientos. El gesto ocupa el lugar de la palabra. La máscara reconduce la expresividad al cuerpo. Máscara neutra, en el sentido de Jacques Lecoq, rostro en equilibrio, sin conflicto interior. Sensación de calma física, reacción a la grandilocuencia, a los excesos del texto. Una llamada a la sencillez. La máscara impone un estereotipo y confiere universalidad a la historia.

En Marie de Jongh trabajan desde 2008 con estímulos de esta clase. Investigan el teatro del gesto, del que son maestros. Lo admirable no es qué hacen, sino cómo lo hacen. Provocan la hiperestesia, la apertura de todos los sentidos a todas las sensaciones, tal y como el silencio agudiza el oído.

Amour, de Marie de Jongh. Foto: Guillermo Casas

Marie de Jongh

Jokin Oregi dirige las seis piezas que hasta ahora Marie de Jongh ha alumbrado: ¿Por qué lloras, Marie? (2008), Humanos (2010), Querida hija (2012), Kibubu (2014), Estrella (2017).

Amour (2015) es la penúltima de las producciones de Marie de Jongh, de Jokin Oregi. La excusa argumental es leve: dos niñas juegan, comparten, conocen a dos gemelos, se enfadan, se casan… y mantienen vidas separadas. Pasa el tiempo, los personajes se encorvan, acortan sus pasos, envejecen, el motivo de la disputa se ha olvidado, pero la separación persiste… El amor se expresa en acciones y actitudes. La palabra es superflua. Diversas clases de amor. Todas las combinaciones posibles.

Marie de Jongh

Amour, de Marie de Jongh. Foto: Guillermo Casas

Siempre hay más de una lágrima en las funciones de Marie de Jongh. Las hay entre el público, pero también bajo las máscaras. Esa emoción afloró el pasado 14 de febrero, en la representación de Amour en el Teatro de la Paz, en Albacete.

Retengan este nombre: Marie de Jongh. Lo van a agradecer.

#Amour Gran delicadeza, enorme creatividad de @MariedeJongh, Jokin Oregi @kinoregi; NO SE LA PIERDAN; Producen: @VEAntzokia @Teatro_Arriaga @TARTEANteatroa; Reseña @avazqvaz. Clic para tuitear

Próximamente, Marie de Jongh estará en Hernani, Gasteiz, Gijón, Cornellá, Alicante, Elche, Castellón

Hemos comentado en MoonMagazine otras obras magníficas de teatro gestual. Por ejemplo, Electra, de la Companhia do Chapitô.

 

Amour

Dramaturgia y Dirección: Jokin Oregi

Actores: Javier Renobales, Ana Martinez, Ana Meabe, Pablo Ibarluzea, Anduriña Zurutuza

Dirección Artística, escenografía y vestuario: Elisa Sanz (AAPEE)

Música: Pascal Gaigne

Diseño de Iluminación: Xabier Lozano

Máscaras y Atrezzo: Javier Tirado

Realización de Vestuario: Nati Ortiz de Zárate y Begoña Ballestero

Pintura y acabados Vestuario: María Calderón

Ilustración: Ane Pikaza

Técnico en gira: Javier García Kandela

Fotografía: Guillermo Casas

Espacio Sonoro: Edu Zalio

Producción ejecutiva: TARTEAN Teatroa

Reseña teatral de Alfonso Vázquez