Parece que con series de época como Arde Madrid, la producción española muestra sus mejores posibilidades. Se ve que se nos da bien inspirarnos en otros momentos, como si la distancia dejara reposar la vida y así nos permitiera discernir y contar las cosas importantes, las que merecen ser contadas.

Arde Madrid nos sitúa en la España de principios de los sesenta, durante la visita que realizó a Madrid la gran Ava Gardner. Pero aunque no es el tema central de la serie, sí que da buena cuenta de la vida de juergas a bombo y platillo que se pegó en un país que le encantaba y nos prohibía. En este momento, Ava ya había rodado casi todas sus mejores películas —Mogambo, La condesa descalza, Las nieves del Kilimanjaro…— y se encontraba leyendo y discutiendo el guion de 55 días en Pekín, que le provocó numerosos quebraderos a su productor Samuel Bronston. La elección de Debi Mazar para interpretar a la gran Ava ha sido un gran acierto.

#ArdeMadrid: una comedia negra con grandes personajes y grandes actores. Enhorabuena, @pacoleonbarrios, @InmaCuestaWeb, @AnnaaCastillo, @JulyanVillagran. #reseña de @joseviblender Clic para tuitear

Arde Madrid, casi como una de Le Carré…

La historia que nos cuentan en Arde Madrid es, en el fondo, la de Ana, Manolo y Pilar (Inma Cuesta, Paco León y Anna Castillo), el personal de servicio de la señora Gardner. Las peripecias de su vida son tristes pero dramáticamente divertidas y timbradas por la represión y la picaresca. El tono es el de una comedia negra. Los personajes, geniales, a los que se suman los señores Perón, Juan Domingo e Isabel —sí, el expresidente de Argentina—, vecinos, hartos de juergas y bastante patéticos; su criada, boba y pasota; una familia gitana tradicional y de postín; y Floren, el hermano «que no está bien» de Ana, un papelazo de Julián Villagran.

El ambiente franquista, de represión para los patrios y de tolerancia para extranjeros, se presenta en un momento en el que Franco deseaba empezar a abrirse hacia el exterior. Los diálogos de Carmen Machi, jefa de la Falange, repitiendo consignas y lanzando órdenes, son tan excelentes como esquizofrénicos. De hecho todo se mueve alrededor de intentar colocar una espía (Ana) en la casa de Ava Gadner, donde se producen reuniones del «artisteo» y de posibles comunistas.

Arde Madrid

Como una novela de John Le Carré, sólo que el personal es de tercera. Pero además suceden otras muchas subtramas que alimentan el interés por una historia de la que vamos disfrutando poco a poco, con la penitencia de cada día.

Los diálogos son la base de la serie. Lúcidos e inteligentes en situaciones a veces absurdas, a veces tensas, pero dotados de una ironía que en unas provoca la carcajada y en otras les quita hierro. Al verla nos acordamos del cine de los cincuenta, patrio, de la miseria material y de la ignorancia colectiva, del racismo, del servilismo de las autoridades hacia aquello que venía de fuera, recibimientos con banda de música y poesía al aire. Nos enseña que aquellos eran otros tiempos, necesariamente peores. Pero era necesario vivir, sea como fuere.

 

Arde Madrid 1

Fidelidad a una época

Arde Madrid está rodada en blanco y negro, con una gran dirección artística que cuida detalles y reproduce con gran fidelidad la época a través del vestuario, el mobiliario, la estética personal, y los vehículos y viviendas. Una vuelta a los 60. También es destacable, especialmente, su diseño visual, que ha conseguido una buena comunicación con el espectador. Y para muestra, las palabras que el director, Paco León, dedica a su equipo artístico:

El trabajo de fotografía de Pau Esteve ha sido extraordinario, él era el más apasionado con la idea del blanco y negro y sabía que iba a ser un reto para él. Un reto superado con creces ayudado por todo su equipo y sobre todo Andreu. Idoia Esteban, directora de arte, se incorporó abruptamente al proyecto pero hoy por hoy no quiero hacer nada donde ella no esté. Nos entendimos desde el minuto uno. Hay gente con la que trabajas y siempre han aportado y he aprendido de ellos pero después está la familia laboral. Sandra Hermida y Begoña Muñoz en la producción, Laura Albea y su equipo de dirección. Sergio Burman y Pelayo Díaz, con Edu y Jandro en el sonido. Ana Álvarez Ossorio y Alberto del Toro en el montaje. Sergio y Eli precioso trabajo humano y de maquillaje y peluquería. Teresa Morales de Álava y los SOPA. La Luciérnaga… todos ellos cómplices habituales para lograr el resultado final y contribuyendo al gran ambiente de trabajo. Esta es una de las razones por las que debemos continuar creando historias.

Arde Madrid 2

 

Arde Madrid ha sido creada y escrita por Anna R. Costa, Fernando Pérez y Paco León, que también la dirige. Cuando se permite la creatividad y no se intentan copiar géneros y tramas de otros lugares y temas que nos son ajenos, la gente de este país realiza creaciones que merecen mucho la pena.

Recuerda las palabras de Ava: «Adoro España porque tiene los mismos defectos que yo».

 

Decía #AvaGardner: «Adoro #España porque tiene los mismos defectos que yo». #ArdeMadrid, de @pacoleonbarrios, una #serieespañola con las mejores virtudes del género y de la creatividad patria. #Recomendación de @joseviblender Clic para tuitear

 

Puedes ver Arde Madrid en Movistar +

Reseña de Josevi Blender