Aviadoras

Después de todo, la nostalgia aún existe en nuestros días. Aviadoras ante un horizonte no siempre conocido, derrotando imposibles, seguras de sí mismas y con un reto común: superar barreras.

Raymonde de la Roche, conocida por ser la primera mujer que recibió una licencia de piloto. Amy Johnson, Comandante de la Orden del Imperio Británico. Harriet Quimby, la desconocida conquistadora del aire que cruzó el Canal de la Mancha en 1912, también crítico teatral, periodista y actriz de cine mudo. Jerry Mock, el ama de casa piloto que dio la vuelta al mundo. Amelia Earhart, la más conocida por sus marcas de vuelo y por ser la primera en cruzar en solitario el Atlántico pilotando un avión. Mari Pepa Colomer, que ha pasado a la historia de la aeronavegación española como la primera catalana en ostentar el título. La estadounidense Lucile Wise se sumó a un grupo de aviadoras que pilotaron aeronaves de la fuerza aérea a nivel nacional para combatir en el extranjero.

 

Raymonde de la Roche,  Mari Pepa Colomer y Amy Johnson.

 

Mujeres legendarias que marcaron un punto y aparte en la sociedad más conservadora durante las primeras décadas del siglo XX. Todas ellas lucharon por ganarse un puesto en los avances científicos como en la aplicación de nuevas tecnologías. El hecho de pilotar una aeronave estaba reservado única y exclusivamente al sexo masculino. Hasta principios de este mismo siglo, el papel de la mujer se relacionaba de manera casi instintiva con el cine, la moda, la maternidad, el matrimonio…

El coraje de todas estas aviadoras ayudó, sin duda alguna, en la lucha por la liberación femenina.

Jerry Mock

Jerry Mock

 

Lo más difícil es tomar la decisión de hacer algo, el resto es perseverar. #AmeliaEarhart. Clic para tuitear

 

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Lo más difícil es tomar la decisión de hacer algo, el resto es sencillamente perseverar. Los miedos son tigres de papel. Podemos hacer todo lo que hayamos decidido hacer. Podemos hacer algo para cambiar y tomar las riendas de nuestras vidas; y el cómo lo hagamos, el proceso mismo, es lo recompensa.

Amelia Earhart

 

 

Se demostró que podían superar cualquier reto que se propusieran, desde pilotar un coche de carreras a manejar un avión en solitario, ser campeonas olímpicas, convertirse en Premio Nobel. Lucharon de forma activa contra los prejuicios de la época, todas ellas salieron victoriosas demostrando al mundo que cualquier sueño puede conseguirse con tesón y una gran dosis de perseverancia. En 1784, Élisabeth Thible fue la primera mujer en atreverse a realizar un vuelo libre a bordo de un globo Montgolfier, pero fue la francesa Marie Madeleine Sophie Armant de Blanchard, la que ejerció como primera aeronauta profesional con sesenta y siete vuelos en globo en su haber y un éxito rotundo.

Marie Madeleine Sophie Armant de Blanchard, primera aeronauta profesional con 67 vuelos en globo. Clic para tuitear

 

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Mujeres valientes, decididas, avanzadas a su época, con una enorme tenacidad. #aviadoras Clic para tuitear

 

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No necesitaba permiso. Yo ya ganaba mi propio sueldo.

Lucile Wise

 

 

No necesitaba permiso. Yo ya ganaba mi propio sueldo. Lucile Wise. #aviadoras. Clic para tuitear

 

Enamoradas de la libertad que sentían en el aire, fueron testigos directos del cambio constante que se desarrolló en el mundo. La fascinación con la que realizaban su trabajo les dio la oportunidad de ganarse un nombre en la historia. Mujeres valientes, decididas, avanzadas a su época, con una enorme tenacidad y verdadera pasión por lo que hacían. Cada una de ellas franqueó los umbrales de una ideología hermética, donde las cabinas de los aviones (gracias a su lucha por los derechos de la mujer), dejaron de ser patrimonio exclusivo de los varones.

Desafortunadamente, Eolo no fue propicio para todas nuestras protagonistas. Amelia Earhart desapareció en el océano Pacífico el 2 de julio de 1937 en su intento de realizar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial.  Winifred Spooner quiso probar si se podía llegar a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, si se volaba cinco días seguidos, cayendo su avión al mar cerca de la costa de Italia. Se vio obligada a nadar durante tres kilómetros en busca de ayuda, hecho que provocó su muerte por neumonía tres años después. Hélène Boucher Boucher, récords de velocidad en aviación, y Maryse Bastiè, Capitán de la Fuerza Aérea Francesa, murieron por choques aéreos. Amy Johnson falleció como consecuencia de las condiciones climáticas mientras sobrevolaba el Támesis entregando un avión auxiliar del trasporte aéreo. La pasión por los aviones les llevó a pagar el más alto precio por su valentía. Sus muertes sirvieron de ejemplo para tantas y tantas mujeres aviadoras que, sin duda, tomarían el relevo de aquella intrépida aventura.

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El cielo parecía claro, pero jirones de nubes y niebla oscurecían aquí y allá su color azul. La costa francesa no se veía (…). El suelo del aeropuerto permitió un despegue perfecto.

Harriet Quimby

 

 

Harriet Quimby, crítico teatral, periodista y actriz de cine, cruzó el Canal de la Mancha en 1912. Clic para tuitear

 

Mucho se ha escrito sobre las mujeres pájaro como me gusta llamarlas. Artículos, novelas, incluso alguna que otra película. Una compañera me habló sobre Damas al aire de Jorge García, una novela histórica que relata a través de un personaje de ficción la apasionante vida de nuestras heroínas. Mujeres adelantadas a su época que se encargaron de la conquista del derecho a volar, otorgado únicamente a los hombres.

Deseando que su memoria siga viva a través de cada letra, escribí este artículo. Sus miradas, sus hermosas fotografías, cada barra de labios. Sus gafas de aviadora permanecerán vivas en nuestra retina por mucho tiempo.

Aviadoras, un artículo de Pilar Molina García

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The Sky Pilot, M. Emma Musselman, 1918

 

La despedida

Déjame hablar, mordaza, una palabra

para decir adiós a lo que amo.

Huye la tierra, vuela como un pájaro.

Su fuga traza estelas redondas en el aire,

frescas huellas de aromas y señales de trinos.

Todo viaja en el viento, arrebatado.

¡Ay, quién fuera un pañuelo,

solo un pañuelo blanco!

 

Rosario Castellanos