Ecos del 20 festival de Málaga. Cine en español: Chavela, retrato de una mujer irrepetible

El 21 de marzo de 2017, el Festival de Málaga proyectó, en el Auditorio del Museo Picasso, dentro de la sección Documentales–Pases especiales (por tanto, fuera de concurso), el documental Chavela, codirigido por las realizadoras Catherine Gund y Daresha Kyi. Chavela es, por supuesto, Chavela Vargas, la cantante mexicana (aunque nacida en Costa Rica, dato que sorprenderá a muchos) que es más que una cantante, que es más que una artista, que es todo un símbolo de lucha, de resistencia y de valentía. En MoonMagazine, queremos dar a este documental, por su importancia, todo el espacio que se merece. Por eso, le dedicamos un artículo en exclusiva, el cual incluye una amplia entrevista a sus dos codirectoras.

#Chavela, el documental. Entrevista a sus codirectoras, @Daresha11 y Catherine Gund. @jmcruzbar Clic para tuitear

 

Proyección del documental en el Festival de Málaga, el pasado 21 de marzo de 2017

CHAVELA

Título: Chavela.

Título original: Chavela.

AÑO: 2017.

Dirección: Catherine Gund y Daresha Kyi. 

Dirección de fotografía: Natalia Cuevas, Catherine Gund y Paula Gutiérrez Orio.

Montaje: Carla Gutiérrez.

Música original: Gil Talmi.

Intervienen: Chavela Vargas (imágenes de archivo), José Alfredo Jiménez (imágenes de archivo), Frida Kahlo (imágenes de archivo), Pedro Almodóvar, Elena Benarroch, Miguel Bosé, Alicia Elena Pérez Duarte, Liliana Felipe, Patria Jiménez Flores, Laura García Lorca, Mariana Gyulai, José Alfredo Jiménez Jr., Eugenia León, Tania Libertad, Martirio, Diana Ortega, Tlany Ortega, Jesusa Rodríguez, Marcela Rodríguez, Betty-Carol Sellen.

País: Estados Unidos-México-España

Página web oficial

Hay artistas en los que su biografía, su personalidad, sus cicatrices, su carisma y su capacidad de expresar sentimientos se unen para formar un todo compacto, coherente y expansivo. Compacto, porque, al final, se hace imposible separar unos elementos de otros. Coherente, porque todos ellos acaban formando unas líneas claras y precisas que trazan un dibujo perfectamente definido. Y expansivo porque su fuerza y su ejemplo no se agotan en ellos mismos sino que acaban siendo símbolos vivos para otras personas que sienten cómo han compartido sufrimientos, se identifican con sus vivencias o, simplemente, llegan a comprender su trayectoria tortuosa y triste. En un momento dado de este documental, Miguel Bosé afirma que, durante sus actuaciones en Madrid, en los años 90, parecía que Chavela iba a morir en cada canción. En realidad, la biografía de Chavela Vargas revela que esta mujer irrepetible estuvo al borde del abismo en todos y cada uno de los momentos de su vida.

Fotografía de Chavela Vargas proveniente del archivo de Alicia Elena Pérez Duarte

Por su condición sexual (porque Chavela Vargas era lesbiana), sus padres la escondían de las visitas que llegaban a su casa. Por esa misma condición sexual, Chavela tuvo que sufrir cómo un sacerdote la avergonzaba en plena misa advirtiéndole de que lo único que merecía era la excomunión. Por su condición sexual, acabó huyendo de su Costa Rica natal hasta México, país que, a la postre, tampoco era muy tolerante con lo que Chavela era y quería ser. Y, como en otro momento del documental se afirma, en vez de hundirse o vivir como algo distinto a lo que realmente era, la artista decidió «ser la más macha en un país de machos»… El rechazo, el sufrimiento por una familia que nunca la comprendió, la amenaza permanente de la marginación y la lucha constante contra una hostilidad siempre dispuesta a morder y atacar los enfrentó con el alcohol y con un arte único expresado a través de una voz rota que sólo podía emitir sentimientos desgarradores y angustias nunca olvidadas. Por todo ello, la muerte y el colapso siempre estuvieron cerca de ella. Pero lo sorprendente es que la artista supo superar todos los peligros que la acecharon (murió nada menos que con 93 años a pesar de sus problemas de hígado) para acabar dibujando una biografía fascinante y cautivadora. El documental Chavela da cuenta, con precisión y pasión, de todo ello.

Diario lunático del 20 Festival de Málaga – Cine en español (y 2). José Manuel Cruz.Sorprende en Chavela su colosal labor de documentación, que permite rescatar imágenes sorprendentes de la juventud y de las primeras actuaciones de la artista y que, a partir de ahí, logra trazar un recorrido prácticamente completo de todas las etapas que jalonan su vida y su carrera, mostrándonos momentos únicos cuya recuperación roza lo milagroso y lo inverosímil  (en la entrevista, preguntaremos a los codirectoras cómo consiguieron las joyas visuales que aparecen en el film). Otra virtud del documental es su claridad y transparencia expositivas, de modo que en noventa minutos no sólo consigue transmitir al espectador los aspectos esenciales de la biografía vital, profesional y emocional de Chavela sino que, al mismo tiempo, dibuja un retrato vívido de la época y de la sociedad que a la artista le tocó vivir. El film prescinde del consabido recurso de la voz en off para que sean los testigos reales los que nos cuenten su visión de lo que vivieron y cómo lo recuerdan, de modo que se consigue un fresco coral de gran dinamismo y plasticidad.

Fotografía de Chavela Vargas proveniente del archivo de Alicia Elena Pérez Duarte

Catherine Gund y Daresha Kyi saben imprimir a la película un tono vibrante y emotivo y ello sin que se pierda objetividad ni se oculten las luces y sombras de la artista. Chavela se nos revela tal como es, con sus virtudes y defectos, con su lado deslumbrante y con los aspectos que desconcertaban a quienes estaban cerca de ella. Sin duda alguna, podemos afirmar que la suma de todo lo expuesto (esto es, el retrato fiel y total de un personaje único y relevante, la reconstrucción de un mundo y de un tiempo y su maestría narrativa y su esfuerzo por conseguir que su mensaje trascienda el marco temporal en que se desarrolló la vida de la artista para convertirse en testimonio útil y fructífero para las nuevas generaciones) convierte a Chavela en el documental perfecto y en un ejemplo a seguir en el futuro para proyectos similares.

Catherine Gund y @Daresha11 imprimen a #Chavela un tono vibrante y emotivo sin perder objetividad. Clic para tuitear

Nota (de 0 a 10): 10.

Lo que más me gustó: Todo. Sabe transmitir a la perfección el carisma y relevancia del personaje.

Lo que menos me gustó: Nada.

Adjuntamos enlace al tráiler del documental:

 

 

Entrevista a Catherine Gund y Daresha Kyi

Entre Málaga y Nueva York, hemos podido entrevistar a las dos codirectoras de este documental. Creo que ha merecido la pena porque nos revelan datos que nos hacen pensar que el making of del documental podría llegar a ser tan interesante como el documental mismo.

¿Podrían hablarnos de cuáles fueron la génesis y el origen de este documental? Daresha, durante la presentación del documental en el Festival de Málaga, habló de un vídeo de Chavela que Catherine grabó hace 26 años y que se reproduce parcialmente a lo largo del documental…

Catherine Gund (C.G.): La muerte me estuvo rodeando durante los años duros del SIDA. Era 1991. Cuando perdí a mi mejor amigo, volé hasta Ciudad de México y acabé por quedarme allí durante unos meses. Llevaba una vieja y gran videocámara Hi8 en mi mochila, de modo que se convirtió en costumbre grabar manifestaciones en la calle y momentos cotidianos en la vida de mi colectivo, en un esfuerzo por crear nuestro propio imaginario desde el momento en que estábamos siendo marginados o difamados por el mainstream. Como colectivo, nos consideraban monstruos, sucios parias, gente desechable que mejor debiera estar muerta… A través de nuestras cámaras de vídeo, teníamos que representarnos a nosotros mismos —a las personas homosexuales, a las personas de color, a las personas con SIDA— en toda nuestra belleza y con todo nuestro brillo emocional. Encontrar y grabar a Chavela surgió del mismo impulso. Ella era muy desconocida en ese momento, a sus 71 años, también era homosexual y también estaba marginada y difamada.

Catherine Gund nos cuenta cómo conoció a #Chavela en EEUU, en 1991. #Entrevista @jmcruzbar Clic para tuitear

Mis nuevos amigos sabían que ella estaba luchando contra el alcoholismo, que había roto recientemente con una amante y que estaba pasando por unos momentos duros. En aquella época, los colectivos feminista y de mujeres lesbianas en México eran bastante pequeños y estaban bastante entrelazados, como es tendencia, y no sentían que Chavela hubiese recibido los honores que se merecía. Aquí estaba un enorme icono global y pareciera que estaba navegando hacia la Historia como una cantante de segunda fila, una telonera, una acompañante, no como una estrella. Sin embargo, sabían que ella nunca había tenido miedo y la veneraban por eso. Se había mantenido en su verdad y en poder, nunca había cambiado los pronombres en las canciones que los hombres tradicionalmente habían cantado a las mujeres. Amaban su música y amaban su valentía. Ella nunca fingió ser heterosexual. Nunca se casó con un hombre. Siempre fue ella misma, desde el principio. Chavela era su heroína.

Fue un milagro conseguir la entrevista con Chavela. Ella nos invitó a su casa en Ahuatepec. Nunca había hablado tanto con desconocidos afines durante horas como hizo con nosotras. Habló sobre cosas personales, sobre el hecho de encontrar un amor y perderlo, su lucha por ser reconocida por su talento y generosidad, su completa entrega emocional a través de su voz.  Habló de la alegría y del dolor de encontrar a gente que la conocía y que la llamaba bien “diva” bien “tortillera”. Nosotros sabíamos que era su oportunidad para compartir su historia con un público más amplio. Pero nosotros no sabíamos que su historia era sólo la mitad del camino que iba a recorrer. Ella predijo su propia gran trayectoria cuando al principio del film dice: «No me preguntéis por dónde he estado. Preguntadme a dónde voy».¡Cómo podíamos nosotras saberlo!

«No me preguntéis por dónde he estado. Preguntadme a dónde voy» #Chavela @jmcruzbar Clic para tuitear

Ese vídeo es la palanca del documental Chavela. Ella tenía su pequeño salón de la fama pero todavía tenía que ir a España, todavía tenía que actuar en famosos escenarios mundiales como la Sala Caracol, el Bellas Artes, el Olympia o el Carnegie Hall. Y, a la vez, ella nos imploraba: «No me olvidéis». Nosotras no lo hicimos. A mí me gusta pensar que este film está en la línea de mi trabajo sobre el SIDA a finales de los 80 cuando estábamos haciendo explotar la estabilidad de la historia oficial.

Catherine Gund 

¿Cuáles son los principales rasgos de personalidad de Chavela que la convierten en un personaje tan poderoso?

C.G.: Chavela tenía su propia personalidad y ella se mantuvo siempre firme en su verdad. Luchó y sufrió pero ella siempre combatió sus demonios y nunca se escondió a sí misma. Muchas lesbianas, a mediados del siglo pasado, se casaban y simulaban ser heterosexuales, forzándose a sí mismas a conformar su imagen según los cánones ortodoxos de la feminidad. Chavela encauzó audazmente la historia de su vida a través de su voz. Ella convirtió canciones tradicionales, cantadas por miles de hombres, en vestigios únicos de identidad, en testimonios personales de una vida singular. Nosotras intentamos reflejar esa elección a la hora de hacer el film, para permitir que las canciones que ella eligiera narraran su historia vital. Por último, la vida de quién puede llegar a ser tan coherente cuando, al mismo tiempo, está siendo increíblemente fabricada. Tan improvisada y, a la vez, manifestada de forma tan auténtica. Ella no dejó de cosechar. Nosotras seguimos su ejemplo. ¡Ella es una top!

Todo ello la hizo muy sexy. O, quizás, nada la “hizo”. Ella, tan sólo, era así y no podemos encontrar palabras para describirla. Pero era un personaje tan poderoso porque era irresistible y deseable. Y ella lo sabía. Lo podemos llamar carisma o como más nos guste, pero era seductora y tentadora. No se puede conseguir un personaje mejor para un documental porque ella es un descubrimiento. Como espectadoras, nosotros recibimos una inyección de adrenalina sólo con encontrarla, aprender de ella, sentir su empuje. Adicionalmente, Chavela tuvo una voz asombrosa, su arte exige que aquellos quienes la escuchen se vean transformados. Nuestra exposición a ella nos cambió. Para siempre.

Hay en el documental un hecho que considero muy importante y que se refiere a la paradoja de la condición del artista que en Chavela está muy presente. Porque esta mujer tiene una herida interior de la que sale todo su arte y esa herida que, para los que somos testigos de ella, nos puede servir como catarsis o liberación. Sin embargo, para ella, ello no representa ninguna cura o alivio. No sé si es algo que han querido mostrarnos en la película…

Daresha Kyi: Yo creo que, con la edad, con la madurez, sí que encontró algo de alivio. A finales de su vida, ella no era tan tempestuosa como lo fue con anterioridad. Se volvió más tranquila. Puede ser la vejez, ¿no? Pero también yo creo que tuvo un poco de paz. No sé si fue por la música que la ayudó o fue sólo la vida. Con la vida, uno se acaba poniendo más tranquilo porque te das cuenta de que no te sirve de mucho estar siempre tan ansiosa, tan inquieta, pero nunca diría que ella cambió su personalidad y que se volvió una mujer más fácil y menos complicada. Un poco más tranquila, sí, pero sólo eso. Como dice Laura García Lorca en la película, sí que ganó algo de serenidad. De todos modos, tienes razón de que existe esa paradoja de que alivió la tristeza de los demás pero ella sigue con su mismo dolor. Pero creo que ella cultivaba ese dolor. Lo cultivaba porque le servía. Le servía mucho. Por eso, no lo quería soltar.

#Chavela cultivaba su dolor porque le servía. #Entrevista @Daresha11 @jmcruzbar Clic para tuitear

Sí, porque ella guarda un profundo dolor de la etapa de su infancia y juventud. Ni lo superó ni hizo por superarlo porque lo quería tener ahí presente…

DK.: Sí, ese dolor le servía. Como que era un tesoro en el que podía encontrar joyas que pudiera utilizar para su canto. Ella tenía que enfocar en el dolor su arte. Hay personas que, de esta manera, no crecen mucho pero Chavela sí que lo hizo y, por eso, ella quería guardarlo y no lo quería curar. Al menos, es la opinión que saco de su vida.

Daresha Kyi

Me da la impresión de que, del mismo modo que Chavela tenía una personalidad volcánica, este documental también ha surgido como la erupción de un volcán, ya que Catherine grabó el vídeo en el año 1991. Creo que pasaron 25 años antes de retomar el proyecto… Es decir, en un año o menos ha podido rodarse la película y estrenarse…

D.K.: Empezamos a pensar en la película en 2015. Pero, al principio, iba a ser otro proyecto. Iba a ser un documental sobre otra mujer y Chavela. La otra era una cantante latina, también lesbiana, que fue capaz de superar la adicción que padecía. Es decir, ambas tenían muchas cosas en común. Pero, entonces, alguien nos dijo que para el público de los Estados Unidos, dos mujeres desconocidas eran demasiadas y que sólo con Chavela ya teníamos suficiente. Entonces, enfocamos el documental sólo en Chavela. Al principio, Catherine iba a dirigir y yo iba a producir pero, cuando vimos que había que reconcebir la película, Catherine estaba con otro proyecto como directora y yo me puse a editar un nuevo tráiler para Chavela que no incluía a esa mujer… Entonces, nos dimos cuenta que estábamos las dos dirigiendo. Hablamos y decidimos codirigirlo.

Es decir, que hasta en el proceso de preparación del documental se ve la inmensa personalidad de Chavela, que acaba ocupando toda la película…

D.K.: Sí, exactamente… Esto que cuento fue en otoño de 2015. Desde entonces, empezamos a enfocar sólo en la vida de Chavela. El primer rodaje fue en México, en diciembre de 2015. Fue, más o menos, como año y medio pero teniendo en cuenta que empezamos a idear el proyecto en la primavera de 2015. De todos modos, sí que es muy rápido para un largometraje documental. Además, lo que sucedió fue que nos invitaron para el Festival de Berlín. En diciembre de 2015, apenas estábamos con el primer montaje de la película. De modo que el 10 de febrero, que fue su fecha de estreno en Berlín, fue cuando prácticamente lo terminamos… Casi el último día…

En la película, nosotros vemos a algunas mujeres que fueron muy importantes en la vida de Chavela: Diana Ortega, Patria Jiménez, Alicia Elena Pérez Duarte… ¿Qué papel jugaron estas mujeres en la vida de Chavela?¿Cómo reaccionaron cuando se enteraron de la existencia de este proyecto?

C.G.: Has identificado las tres mujeres más importantes en la vida de Chavela que aparecen en el film. Hubo otras mujeres, por supuesto, como su hermana, su sobrina, Frida Kahlo y amigas, familiares y amantes incontables que no fueron filmadas pero que pasaron por su vida. Pero Patria, Alicia y Diana la conocieron en el tiempo más crudo de su vida. Ella no era joven, era ya cuando tenía 60 y 70 años, pero aún le quedaban muchas cosas por hacer. Y lo hizo cuando estuvo preparada. Mi entrevista de 1991 que va intercalándose a lo largo de la película, procede de aquel potente momento.

Diana Ortega bebió y actuó con ella, compartiendo la intimidad y humanidad de un pequeño pueblo. Patria la idolatró y la protegió, reconociéndose a sí misma y a sus camaradas en la dignidad y estilo de Chavela. Alicia Elena compartió su cama, sus hijos y sus sueños con Chavela.

Las tres mujeres estuvieron encantadas de tener la oportunidad de presentarnos su Chavela, sus propias historias, sus propios relatos. Nos ayudaron con entusiasmo a organizar sus entrevistas y nos ofrecieron lágrimas, risas, sus visiones personales, también bromas, su tiempo en definitiva… Yo verdaderamente siento que Chavela estaba guiando este proyecto. Desde 1990 hasta ahora, ella supervisó y apoyó la esencia de la película.

Foto de Chavela Vargas procedente del archivo de Tlany Ortega

En el documental, aparecen imágenes valiosísimas, de sus primeras actuaciones, de sus películas más antiguas, que casi parece un milagro que hayáis podido recuperar. ¿Cómo habéis conseguido esos tesoros visuales?

D.K.: Al principio, lo estábamos haciendo nosotras. Y, luego, nos dimos cuenta que necesitábamos a alguien en México que nos ayudara. Entonces, un amigo nos puso en contacto con un hombre que se llama Adrián Gutiérrez, que se convirtió en nuestro productor de archivo. Vive en Monterrey y él se encargó de ir a varios lugares para ver lo que tenían. Porque hay muchos lugares en México que no saben lo que tienen. Y no tienen a nadie dedicado a investigar su material de archivo. Adrián se dedicó a ir a las universidades, a los periódicos, a las compañías discográficas… Él es un investigador fenomenal. Además, cuando Alicia Elena entró en la película, que fue muy tarde, muchas imágenes son de ella. Ella las sacó. No solamente las imágenes de ella con Chavela. Muchas imágenes de Chavela son de Alicia Elena y ella, cuando le escribí pidiéndole la entrevista, al final de su correo de respuesta (en el que me comentaba que le encantaría hablar de esa mujer que amenazaba con tirarse por la ventana si no hacía lo que ella quería, que me quería en un momento como una diosa y en otro me odiaba…) lo último que me puso fue una pregunta: «¿Quieres ver unas fotos de Chavela que nadie ha visto nunca?». Y yo, por supuesto, le dije que sí… Cuando llegué a su casa para entrevistarla, tenía dos álbumes de fotografías voluminosísimos… Nosotras trajimos un escáner y escaneamos todas las fotos. Para nosotras, fue un regalo caído del cielo. El que compartiera no sólo sus memorias, sino también sus fotos, fue algo preciosísimo, invalorable… También nos aportaron imágenes Diana Ortega y su hija Tlany Ortega. Tlany también era fotógrafa, ella creció con Chavela, era la segunda madre de Tlany, viajó con Chavela a España… En el documental, aparecen vídeos grabados por Tlany, como el del concierto en el Auditorio Nacional de México o en el que ella aparece en los camerinos saludando a la gente… La verdad es que hubo muchas personas que fueron generosísimas con nosotras.

Eso demuestra que Chavela fue una persona querida, respetada y admirada en México porque, de no ser así, no se hubieran volcado con vosotras de esa forma.

D.K.: Sí, querida, muy, muy querida. El hecho de que Tlany nos diera sus fotos y sus vídeos fue muy, muy impresionante porque su madre nos contó que había soñado con Chavela y que Chavela le había dicho que daba su visto bueno al documental… Hubo un momento en que Diana Ortega decidió aceptarnos y nos llevó, entonces, a casa de su hija. Nos había contado que tenía fotos y vídeos pero que estaba muy celosa con ellos. Nos llevó a su casa sin decirle que íbamos a llegar con todo el equipo de filmación. Tlany estaba recelosa, su madre le dijo que le íbamos a enseñar el tráiler del documental. Se lo mostramos y Tlany se puso a llorar. Y, entonces, nos dijo que comprendía lo que queríamos hacer y que nos iba a dar sus fotos y sus vídeos. Porque ella quería hacer un documental de Chavela, también, pero no pudo hacerlo… Por eso, estaba filmando y grabando todo lo que hacía con Chavela.

La verdad es que, tan bonita como el documental, es la historia de cómo se ha hecho el documental…

D.K.: Sí, con la ayuda de muchísima gente.

 

Supongo que os habréis tenido que dejar muchas cosas en el tintero…

D.K.: Pues, mira, sí al final tuvimos que cortar mucho porque la película dura noventa minutos y ella vivió 93 años, así que no cabe todo… Hay varias cosas que me hubiera gustado incluir pero, al final de cuentas, no se pudo, no cabían… Por ejemplo, tuvimos que cortar unos doce años en que ella cantó en el Carnegie Hall, hizo la película con Salma Hayek sobre Frida Kahlo, viajó por todo el mundo, cantó con Joaquín Sabina, él le compuso la canción de El bulevar de los sueños rotos, es decir, muchas cosas que ella logró cumplir. Nos dimos cuenta que si lo pusiéramos todo iba a parecer una lista, ¿no? Iba a perder la trayectoria emocional que tenía. Es más, no queríamos perder el impacto de que una mujer tan fuerte, tan independiente como Chavela se tuvo que sentar en una silla de ruedas al final de su vida. Ese momento, para nosotras, fue muy fuerte. Ya habíamos establecido quién era ella. Ese hecho sería algo muy fuerte para cualquier persona. Pero para alguien tan independiente, que quería su soledad, soledad que era su libertad, el impacto fue fortísimo. Yo creo que la gente lo siente más fuerte porque se identifica con ella. Consiguió actuar en el Bellas Artes de México, en el Olympia de París y luego, de repente, la vemos en una silla de ruedas… Difícil, ¿no?

En el documental, es esencial el peso de las voces de los testigos de la vida de Chavela. ¿Podemos encontrar en este film una reivindicación de la importancia de los recuerdos individuales para construir la memoria colectiva?

C.G.: «Recuerdos individuales para crear la memoria colectiva» es una fascinante y precisa manera de expresar cómo está escrita la historia. Como distintas personas recuperan eventos de un pasado común, el espectador es expuesto a un abanico de puntos de vista, un prisma de la historia, a la construcción de una leyenda. Chavela representó en vida su propia Leyenda Negra y otros ratificaron o negaron sus afirmaciones. Nos fue imposible de forma inmediata saber, discernir, decidir, elegir una explicación o una realidad. La imprecisión se convirtió en la historia, la revelación de que Chavela era una maestra en inventar relatos. Esa es su verdad. Ella nos cuenta lo que quiere que sepamos en cada momento. Esta no es una evidencia basada en la investigación científica. Porque este film es sobre cómo damos sentido a la vida, sobre cómo aprendemos, sobre cómo amamos.

Durante la realización del film, seguí anhelando haber conocido a Chavela. La gente del equipo me recordaría que, de hecho, yo había tenido un encuentro con ella. Pero, por supuesto, eso fue antes de que ella llegara a ser famosa, antes de que se convirtiera en quien se convirtió. Así que a mí me hubiera gustado hacerle preguntas sobre lo que era verdad, sobre lo que sucedió, sobre cómo sentía su vida. Yo quería ser su confidente. Creo que ese anhelo me llevó a personas que tenían sentimientos similares, a personas que sí habían satisfecho ese anhelo. Todos estamos, en última instancia, queriendo. Queriendo a Chavela. Quizás la película podría haberse llamado así: «Queriendo a Chavela».

Viendo el documental, a mí me da la sensación de que antes había en la música y en el arte una mayor pureza de las que hay ahora. Antes, todo era más visceral, más auténtico. Lo que ocurre en la actualidad, es que la visceralidad parece menos auténtica y da la impresión de que se trata de una herramienta comercial más.

D.K.: Yo creo que, actualmente, la mayoría de las estrellas son mucho más comerciales de lo que era Chavela. Pero creo que sí hay quien canta desde el fondo del alma. Siempre hay artistas, que sufren, que cantan desde el corazón… Pero son raras y muy únicas.

Quizás la película podría haberse llamado así: «Queriendo a #Chavela» @Daresha11 @jmcruzbar. Clic para tuitear

Finalmente, ¿cuáles son los planes para la distribución del film en España?

C.G.: Latido Films, en Madrid, es nuestro agente, que está llevando toda la distribución internacional y ellos han vendido el film a Syldavia Cinema para su distribución. No conozco sus planes pero a través de nuestra web o de la suscripción a nuestra newsletter pueden conocer las últimas noticias sobre el tema.

 

Como broche final a este artículo, enlazamos  un vídeo que aparece en la página web de RTVE, en el que podemos ver el concierto que dio Chavela Vargas en la Sala Caracol de Madrid el 1 de mayo de 1993. Esperamos que les guste.

Chavela Vargas en la Sala Caracol de Madrid