La llamada «época dorada de la televisión» ha encontrado en los personajes femeninos una nueva manera de analizar la esperanza, el sufrimiento, las emociones y la inteligencia. Una colección de mujeres extraordinarias, Cinco series con mujeres extraordinariasconvierten su universo emocional e intelectual en el mejor argumento para propuestas novedosas y, en ocasiones, desconcertantes. Desde la reflexión sobre la naturaleza compleja de la mujer que rompe los estereotipos, hasta la mirada renovada sobre lo femenino contemporáneo, las historias sobre mujeres  — para mujeres —  de la televisión actual son un recorrido por todo tipo de matices argumentales, que elaboran una nueva versión de lo femenino como parte de la cultura popular.

¿Y cuáles podrían ser las series que mejor reflejan esta evolución de la mujer televisiva a un repertorio de personajes complejos y profundamente atractivos? Quizás las siguientes.

La televisión actual aporta una mirada renovada sobre las historias de mujeres, una nueva versión de lo femenino: mujeres complejas que rompen clichés en estas 5 #series que nos recomienda @Aglaia_Berlutti. Clic para tuitear

Cinco series con mujeres extraordinarias

The Handmaid’s Tale (Bruce Miller para HULU)

Series con mujeres extraordinarias —1—

Cinco series con mujeres extraordinarias que deberías ver 3

Ya en su tercera temporada, la serie The Handmaid’s Tale se ha convertido en todo un referente cultural, en un momento en que movimientos como #MeToo y #TimeUp hacen mucho más relevante la lucha por los derechos igualitarios y de género. Basada en el libro del mismo nombre de la escritora Margaret Atwood, la serie profundiza y amplía el universo de la escritora hasta crear una percepción acerca del control dictatorial sobre el cuerpo y la identidad, que en nuestra época parece mucho más pertinente y cercano que nunca antes.

El argumento central de la serie cuenta la misma historia del libro: el gobierno de Estados Unidos se ha convertido en un totalitarismo que transformó el poder en un colosal mecanismo de dominación basado en la religión. Narrado desde el punto de vista de una de las víctimas, se trata de una distopía con tintes fatalistas que muestra un futuro en el que la capacidad para concebir se convirtió en el elemento que sostiene un tipo de tiranía muy semejante al tradicional puritarismo norteamericano.

En la República de Gilead, las mujeres se han convertido en meros objetos decorativos y lo que es aún peor, en entes deshumanizados destinados a un sólo objetivo biológico que aniquila la personalidad y además las transforma en entidades sin voz ni voto. Eso a pesar de la insistencia del poder por dotar a la esclavitud femenina de cierto significado: la responsabilidad de las mujeres cautivas parece ser sólo la de mantener viva la raza humana sino la del futuro inmediato, devastado luego de una crisis de fertilidad a nivel mundial. Apocalíptica y provocadora, la serie no se limita a analizar la idea del dominio, la violencia y el control sino que, además, le brinda un espeluznante realismo que resulta pragmático y dolorosamente real.

The Marvelous Mrs. Maisel (Amy Sherman-Palladino para HULU)

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Cinco series con mujeres extraordinarias que deberías ver 4

Cuando la Señora Maisel fue abandonada por su esposo y recurrió al humor para salvar las finanzas  — y la cordura — , no imaginaba que todo lo que conocía daría un completo vuelco a su forma de comprender el mundo y a su identidad. The Marvelous Mrs. Maisel es la más reciente creación de Amy Sherman-Palladino (Gilmore Girls) y quizás, su acercamiento más original a la psiquis femenina, aunque la serie, con toda su carga de humor alegórico, no se enfoca sólo en la figura femenina, sino en una astuta versión sobre el uso de la inteligencia como una forma de libertad. Por supuesto, Sherman -Palladino es una experta en crear universos de mujeres desconcertantes, fuertes y de privilegiado cerebro, pero en The Marvelous Mrs. Maisel la fórmula alcanza un nuevo nivel gracias a una colección de diálogos antológicos y la capacidad del humor para catalizar un amplio espectro de emociones.

Durante la primera temporada, la historia del ama de casa de Manhattan de la rígida década de los cincuenta que consuela el corazón roto sobre el escenario, fue un deslumbrante recorrido a través de un análisis profundo de la identidad, la esperanza y la búsqueda del impulso creativo. Midge (encarnada por la actriz Rachel Brosnahan), encarna uno de los típicos personajes de Sherman-Palladino: con una desbordante energía, inteligencia y un refinado sentido del humor cínico, el personaje enfrentó el abandono, el dolor y el aislamiento a través de un triunfante monólogo confesional en un escenario de la ciudad. Llena de tics y juegos de palabras ingeniosos, The Marvelous Mrs. Maisel es un triunfo de audaz elegancia, que retrata a un tipo de mujer que abandona el estereotipo  — y quizás, parte de su identidad —  para construir algo por completo nuevo.

Sharp Objects (Heridas abiertas): (Marti Noxon para HBO)

Series con mujeres extraordinarias —3—

Cinco series con mujeres extraordinarias que deberías ver 2

Durante la última década, HBO ha dedicado buena parte de su oferta televisiva a todo tipo de historias de mujeres poderosas que destruyen el habitual canon sobre lo femenino. Una de las más propuestas más interesantes, es  Sharp Objects, una fascinante mirada al sufrimiento, el veneno de lazos familiares rotos y al miedo convertido en una forma de agresión moral. Con su engañosa apariencia de thriller criminal con tintes góticos, la serie en realidad es un elaborado análisis sobre la psicología femenina que condensa una serie de singulares planteamientos que pocas veces se analizan de manera tan notoria y dura.

La serie está basada en el libro homónimo de la escritora Gillian Flynn, autora del best seller Gone Girl, que se convirtió en un controvertido éxito taquillero en la primavera del año 2014. En Sharp Objects, la autora repite la fórmula de un complejo personaje femenino convertido en algo más elaborado que un simple vehículo metafórico. Camille es, de hecho, un espejo convexo a través del cual se refleja los escombros de la ciudad en la que nació y el pasado que se esconde entre los trozos perdidos de historias. En la serie, todo parece a punto de sucumbir al olvido: los edificios están vacíos, cubiertos de grafitis y carteles rotos, las paredes agrietadas y abiertas, en las que nace musgo fresco y verde. Los árboles y plantas se marchitan en jardines abandonados. El aire de abandono tiene un ingrediente de pura decadencia pero no lo suficiente como para disimular los estragos del tiempo y el dolor lento que parece destruir desde un núcleo invisible a un pueblo perdido en sus secretos. Pero ante todo, Sharp Objects medita sobre la autodestrucción y la muerte desde la óptica femenina. Todo el argumento parece gravitar en torno a esa idea, medida y elaborada como una comprensión extravagante sobre la pérdida. A la manera de Chejov, la serie utiliza la melancolía aparente como telón de fondo, pero también como motivo del enigma que la envuelve.

La serie analiza a sus mujeres  — el elenco entero, mayoritariamente femenino, sorprende por su eficacia y buen hacer —  y transforma al habitual estereotipo de mujer/objeto en mujer/agente, lo cual añade una inusitada complejidad a los personajes y también, una dosis de perversa concepción sobre el miedo y los deseos complicados que anidan en el universo femenino.

Big Little Lies: (David E. Kelley para HBO) 

Series con mujeres extraordinarias —4—

Big little lies.

Más de un crítico televisivo ha insistido que la serie de HBO (basada en el libro del mismo nombre de Liane Moriarty) es una gran colección de chismes ordenados con astuto esmero, a los que la cadena dotó con los rostros de un elenco estelar. No obstante, el show protagonizado por las oscarizadas Reese Whiterspoon y Nicole Kidman es mucho que eso: se trata de una mirada inteligente sobre los secretos emocionales femeninos, la forma en que eluden una explicación sencilla y el peso de cierta condición cultural como un peso circunstancial sobre la psiquis de la mujer actual. Aunque por supuesto, también hay un poco de razón en esa mirada casi humorística a la autoconsciencia de la serie sobre su carácter casi confesional. Durante los primeros capítulos de su temporada inicial, la acción podría resumirse justamente en una justificación a un cotilleo repetitivo y cursi, casi ingenuo. Las escenas de los testimonios de cada uno de los personajes sobre un crimen misterioso se sostienen sobre una versión de lo cotidiano ligeramente distorsionada y perversa. El resultado es un recorrido por el sufrimiento, los enigmas de la vida en común y el peso de los dolores domésticos, en clave de silenciosa reflexión social sobre la cultura y sus exigencias. Todo, además, aderezado por un toque de misterio y suspenso que para el final de temporada, se convirtió en una liberación extraordinaria sobre la identidad y la búsqueda de cierta paz mental.

Big Little Lies brinda una vigorosa perspectiva a la hipocresía social y, también, a las debilidades de esa percepción de normalidad que se impone y que a veces, resulta casi imposible de vencer. Es entonces cuando la serie alcanza sus puntos más altos y se deleita en su capacidad para avanzar a través de lo trivial con un tono venenoso y ofensivo. No hay nada sencillo ni mucho menos superficial en esta épica doméstica, mitad reflexión pesimista y mitad sátira retorcida. En medio de ambas cosas, Big Little Lies escoge los momentos y escenas a través de las cuales dejará muy clara la diferencia entre ambas cosas.

Euphoria. (Sam Levinson para HBO) 

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Euphoria

Es difícil describir el mundo emocional de la adolescencia sin caer en los estereotipos habituales sobre los muy jóvenes. O peor aún, en la distorsión de una madurez artificial y poco creíble. Mucho más, cuando los personajes son mujeres que deben cuestionar su sexualidad, personalidad y la época que les tocó vivir. La serie Euphoria evita ambos extremos y crea una representación dura, honesta y diáfana sobre el tránsito de la niñez a los primeros años de la vida adulta, a la que además añade una buena dosis de material sobre la vida moderna. La serie tiene un ingrediente casi pornográfico sobre lo cotidiano que levanta controversia, por el inevitable cuestionamiento si trata de una forma de provocación pura o una necesaria mirada sobre la realidad sin filtros.

Pero Euphoria necesita mostrar la realidad sin matices para ser todo lo honesta que aspira ser. Sobre todo, al enfocar su mirada crítica en complejos personajes femeninos que evaden una mirada sencilla o que simplemente, resisten cualquier análisis rápido sobre su personalidad. La serie del director Sam Levinson no es fácil de digerir: su forma de reflexionar sobre la juventud en nuestra época admite el recorrido a través de vicios, dolores y angustias morales. Desde las drogas hasta la pornografía digital, Euphoria reflexiona sobre la juventud femenina y lo hace desde una frenética versión sobre sus dolores, búsquedas y ambiciones. Como el espectáculo visual y controversial que busca ser, Euphoria es una combinación de una frenética puesta en escena y la búsqueda de un hilo argumental sólido, alrededor de personajes tan fuertes como reales. Una y otra vez, la noción sobre la juventud femenina  — tan desconocida y a la vez compleja —  es el elemento conductor de este universo en plena expansión.

 

Un artículo de Aglaia Berlutti

Portada: David de la Torre