28José Luis Cancho nos ofrece, en su Cuaderno de invierno, el lento y preciso regalo de la lluvia: palabra a palabra, silencio tras silencio. Lluvia de ayer que hoy cae, nueva, de nuevo. Recuerdo, augurio, informe de quien se asoma a la ventana de la página y dice: llueve. Ahora.

«Bajo la lluvia la casa resplandece»

No solo la lluvia, no solo la casa —pero sí su fulgor—.

Cuaderno de invierno

No solo los refugios de la memoria a los que José Luis Cancho nos permitió acceder hace tres años: unos refugios que hoy se extienden y se abren en diálogo con los poemas del Cuaderno de invierno.

No solo la lluvia, no; no solo el recuerdo. El lector que abre el cuaderno —lo abrió, lo abrirá— de inmediato siente en la yema de los dedos la humedad de sus páginas llovidas, nevadas, atravesadas por ríos, cubiertas por una fina capa de hielo, imprecisas en la neblina, mecidas por el mar o por las lágrimas. Abre el cuaderno y de él manan las diversas voces del agua, sus silencios. También se escucha el canto de una hoja que «cae sin hacer ruido».

«Te recoges. Permaneces atento. La luz se posa sobre los objetos. Piensas la materia, sueñas la materia, vives en la materia».

Canta la hoja sin hacer ruido. La materia sueña la materia. En lo callado y lo oscuro «las semillas ocultas bajo tierra aguardan pacientes el momento de aflorar». Escapan al tiempo. En la fortaleza de Masada, en el mar Muerto, se hallaron semillas que, al cabo de dos mil años, germinaron. Promesa del árbol, de la planta, del fruto, del florecer del desierto.

José Luis Cancho nos permitió acceder hace tres años a su memoria personal, #LosRefugiosDeLaMemoria: unos refugios que hoy se extienden y se abren en diálogo con los poemas del #CuadernoDeInvierno. #Reseña: @arteyprecine. Clic para tuitear
Cuaderno de invierno, de José Luis Cancho

El florecimiento del manzano, de Piet Mondrian

Quietud, pero también camino. Me voy de viaje, dice el árbol, y entonces se hace semilla.  De ese modo, como nos cuenta el investigador Jacques Tassin, «se deja llevar por el viento, el pico de un pájaro o el curso de un riachuelo».

José Luis Cancho sabe mucho de caminos: también su escritura sabe.

«todos los caminos del mundo cabían en mis manos».

«Me atraviesa un río, me atraviesa un río», escribe el poeta. La repetición es necesaria para que la corriente fluya. Escritura, camino, vida, memoria. La memoria nos remite a ayer. ¿Ayer? ¿Por qué ayer? Ahora, el poeta pone «nombres nuevos a las plazas», se embebe en la tarea de ver «la luz en el tránsito de la luz», se entrega a su oficio de «soñador de casas, de espacios íntimos, de patios a la sombra, de refugios en el bosque…». La casa, recordemos, resplandece. Y también se dilata. «En la intimidad, la casa crece y se expande».

«Poseo el secreto de los nómadas:

he sido pez, un ángel y un árbol muerto».

En algunos momentos, se instala en la casa la fatiga. En la casa y en el hombre que la habita: también en el poeta. «Hay algo profundamente humano en el cansancio». A veces, no se trata del cansancio sino de otro sentimiento también profundamente humano: el temor. Temor de que «las sombras pueden alcanzarnos de nuevo». ¿Dónde buscar cobijo? Si esas sombras fuesen colectivas —ojalá nunca vuelvan—, no habría más que cargar el cansancio como una mochila y volver al camino para enfrentarlas. Lo sabe el poeta y lo sabe el hombre. A las sombras íntimas estamos más habituados.

«¿A qué playa retirarse que el filo

de la arena no nos dañe?».

José Luis Cancho convoca, con suavidad, la transparencia del agua y de la luz, fugaz, «sin nombre y sin huellas». Hay nombres, sin embargo, y huellas. Tanta vida.

«tanta miseria y tanta luz,

tanta vida».

«Todo termina», afirma, y de inmediato se responde: «Nada termina».

Nada.

A través de este Cuaderno de invierno llegamos más allá, «al otro lado de la lluvia». Donde la luz, el vuelo. Donde la vida.

Cuaderno de invierno, de José Luis Cancho 1

Fotografía de José Luis Cancho

 

A través de #CuadernoDeInvierno llegamos más allá, «al otro lado de la lluvia». Donde la luz, el vuelo. Donde la vida. #Reseña del #poemario de José Luis Cancho por Carmen Pinedo, @arteyprecine. Clic para tuitear

 

José Luis Cancho Beltrán

José Luis Cancho ha publicado las novelas El viajero junto al mar (Dossoles, Burgos, 1999), Grietas (DVD ediciones, Barcelona, 2001), Indicios (DVD ediciones, Barcelona, 2004) y Lento proceso (Papeles Mínimos Ediciones, Madrid, 2013). Su obra autobiográfica Los refugios de la memoria ganó el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2018.

 

Cuaderno de invierno, de José Luis Cancho: el lento y preciso regalo de la lluvia

 

 

 

Cuaderno de invierno

José Luis Cancho

Papeles Mínimos Ediciones

Páginas: 64

Tamaño: 21×14 cm.

Encuadernación: rústica

ISBN: ISBN-13: 978-84-121120-4-7

Año: 2020

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Carmen Pinedo Herrero

Diseño de la portada de la reseña sobre ilustración de Massimo della Latta: David de la Torre

 

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