La maternidad da lugar, entre otras cosas, a enfrentarse consigo mismo, a través de un conjunto de emociones que fluctúan entre el sublime acto de amor y el del sufrimiento, una escalera emocional que conecta con la identidad de la mujer. Mara Carver, seudónimo de la vitoriana Carmen Berasategui (1978), se encarga de escribir poemas, fotografías, collages y del diseño de la cubierta en su ópera prima, Donde planean los pájaros, presentada en el joven proyecto editorial, Piezas azules, que va por la segunda edición.

En el prólogo Raquel Vicedo incide que este libro es «ese espacio de libertad, calma y conexión con nuestra mismidad, con la naturaleza y con los otros». Se trata de una poesía confesional, íntima, pero también reveladora, ya que el ser que alumbra enlaza con las propias raíces. Un discurso poético sentimental, cotidiano y verdadero: «Son mis cosas, mis batallas, mi sentir el tiempo. / Unos poesía lo llaman. / Pero qué sabrán, no sé tejer poesía. / Yo lo llamo vivir».

La #poesía de @CBerasateguiV es confesional, íntima, pero también reveladora, ya que el ser que alumbra enlaza con las propias raíces. Donde planean los pájaros, @piezasazules. #Reseña: Jesús Cárdenas Sánchez. Clic para tuitear

El volumen se organiza en cuatro apartados, precedidos por una composición que representa uno de los desvelos del embarazo, el insomnio. Significativamente nos recibe «Sentada en la cocina», los verbos sentir y vivir son unidad, y cuando Mara dice «sentir la línea, la palabra, el verso», significa que un mundo nuevo se ha creado, «Vivir arrebatado, / párpado abierto».

Es en la primera parte donde hallamos los poemas más interesantes. Mara presenta la vida como asombro continuo e incertidumbre ante la muerte. Una despedida de una persona querida deja una sensación de desconsuelo: «Ojalá el amor pudiera salvarnos». Encuentra felicidad en el instante del cambio, momento en el cual, en forma de luz se cuela la poesía: «La mayoría de los días en esta ciudad, / mire donde mire, / solo veo luz». El tierno poema dedicado a Teo, «La guarida», muestra gran incertidumbre, en él se vierten los temores cuando aún no ha nacido: «Desde antes de asomarte a la vida / nos hacían dudar de que lo hicieras».

Los paisajes geográficos mutan como punto de encuentro de recuerdos: Gometxa, Mazunte, Formentera, Los Cayos, Galicia… Todo viaje es motivo de catarsis: «Cada vez que visito una ciudad / me imagino viviendo en ella», pero retoma su lugar de origen para cerrar heridas mediante la plasticidad: «el corazón, que se queda allí, / para siempre varado, / entre el vino y el Cantábrico». En estos versos domina la naturalidad y el poder de las imágenes nos transportan a las vivencias de esos territorios. El poema es aquella realidad tan asombrosa que no sabe cómo expresar, lo que se traduce en tan sencillas como sutiles composiciones, como puede leerse en «Brisa gallega», donde el paisaje gallego causa una emoción difícil de expresar, por eso la escritura es balbuciente: «Lo que veo es un poema. / Un poema que no sabría escribir, / pero que bien lo ha podido componer / la hierba, el vencejo o este airecillo que / da la vida».

Donde planean los pájaros, de Mara Carver: Testimonio del cambio

El nuevo hogar es lugar de nacimiento y, por tanto, lleno de luz. Los preparativos son laboriosos y, al mismo tiempo, ilusionantes: «Desde nuestra casa nueva / veo los pájaros planear». Ahí es donde el título cobra mayor sentido.

Sin embargo, hay instantes en los que la curva desciende. El hecho de que la emoción disminuya, tal vez, porque el sujeto desconfíe del devenir o haya tenido un encontronazo, o, tal vez, porque el instante dichoso que se diluye provoca que la escritura, contra lo que cabría suponer, se mantenga firme. En «Declive» hallamos notas de cansancio y hastío, casi incomprensibles, así la poeta sentencia: «Con 37 años y ya soy / ente desperfecto. / Un artefacto en sus horas bajas».

En su intimidad Mara describe tanto el acto de escritura como el hecho de amamantar luminosos, como si fuesen parte del alimento, materia y espíritu: «Me imagino que la tinta impregna el pecho, / que este ser fantástico bebe mis versos». Por las referencias explícitas e implícitas se entiende que este libro es, también, un sentido homenaje a la literatura, desde la línea más espiritual (San Juan de la Cruz), experimental (Huidobro, Girondo o Bukowski) hasta la más comprometida (Vallejo o Pizarnik).

Donde planean los pájaros de @CBerasateguiV @piezasazules es un sentido homenaje a la literatura, en la línea más espiritual (San Juan de la Cruz), experimental (Huidobro, Girondo o Bukowski) o más comprometida (Vallejo o Pizarnik). Clic para tuitear

En definitiva, los poemas, las fotografías y los collages de Donde planean los pájaros contienen la expresión de una maternidad que testimonia un enorme cambio, alterando el curso del presente y redimensionando el pasado. El interés de esta poesía intimista aparece ligado a la estructura familiar y a las imágenes que desencadena. Pero no se termina ahí, Mara Carver nos ofrece su voz en www.soundcolud.com/maracarver. Disfrutemos con su pulso.

 

Los poemas, fotografías y collages de Donde planean los pájaros, de @CBerasateguiV @piezasazules, contienen la expresión de una maternidad que testimonia un enorme cambio, alterando el curso del presente y redimensionando el pasado. Clic para tuitear

 

 

Donde planean los pájaros, de Mara Carver: Testimonio del cambio 1

 

 

Donde planean los pájaros

Carmen Berasategui

Piezas Azules, 2019

 

 

 

 

Jesús Cárdenas Sánchez

Diseño de la portada de la reseña: David de la Torre

 

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