El animal más vivo, la última novela de Martín Parra se lee como una nueva etapa en la descripción de los ambientes de un Madrid gris, como ya sucediera por ejemplo en Madrid, Düstopos (Ed. Madera Berlín, 2019). En esta ocasión, para evitar el conocido miedo del autor de escribir siempre el mismo libro, Parra propone una escritura polifónica, con capítulos relativamente breves en los que los sucesivos personajes van confeccionando las piezas de un puzzle con matices de novela negra.

Con su habitual don para describir con breves pinceladas a los protagonistas y dotarlos al mismo tiempo de una gran profundidad psicológica, el novelista parte de una conmemoración sobre los acontecimientos del 15-M en Madrid para llevarnos de la mano por la capital española mediante esos rasgos de nuevo costumbrismo que tan bien trazan sus escritos. Esa base parece plantear de entrada el tema de la banalización, que irá declinándose en diversas facetas de un prisma que le hace guiños poéticos a Umbral, incluso explícitamente, como cuando leemos:  «(el barrio de La Latina) es un lugar siempre atardecido a la sonrisa fácil, mortal y rosa».

Martín Parra parte de la conmemoración del #15M, plantea el tema de la banalización que irá declinándose en diversas facetas de un prisma que le hace guiños poéticos a #Umbral. #ElAnimalMásVivo, @editorialpdp. #Reseña: Miguel A. Real. Clic para tuitear

Banalización informativa que entronca con un mundo de apariencias en el que se mueve Alex Serra, uno de los alias del propio autor —que tal vez se esconda un poco detrás de otros personajes masculinos del libro— que trabaja como figurante rodando anuncios, como en una mise en abyme que se deleita en las lindes de la realidad y de lo superficial. Este claroscuro acompaña al lector a lo largo de las casi 100 páginas de El animal más vivo, en el que también se desarrollan los temas de las relaciones personales conflictivas.

Martín Parra tiene un habitual don para describir con breves pinceladas a los protagonistas y dotarlos al mismo tiempo de una gran profundidad psicológica. #ElAnimalMásVivo, @editorialpdp. #Reseña: Miguel Ángel Real. Clic para tuitear

Trasuntos familiares y amorosos complejos, con los toques propios de Parra para renovar el tema del triángulo amoroso —Alex, Cécile, Raquel—: un amor que es la base de todo pero que siempre queda enmudecido bajo el envoltorio de una soledad como la de los náufragos: «¿En qué punto se ha tocado techo y se vira definitivamente hacia el naufragio?».

Por eso los personajes se desenvuelven en las espirales de una ironía profunda en la que se quedan dando vueltas en torno a sí mismos, en una mezcla de crisis existencial, de búsqueda casi barojiana y de difusa autosatisfacción. El pasado descrito desde el dolor de una infancia turbia parece ser la explicación de la inestabilidad y de la fragilidad emocional que subyace en cada página, con la excepción tal vez de Cécile, que parece añorar una relación anterior mucho más placentera que la que le toca vivir.

Los celos, otro de los temas preferidos de Parra, quedan reflejados aquí más allá del simple planteamiento sentimental, puesto que se añade la convulsa historia familiar de los Rüdiger. Pero para describir a las familias rotas, a los amantes, a los artistas coléricos y al dueño argentino de un bar que tampoco parece pertenecer a ninguna parte, la virtud de Martín Parra es adoptar un punto de vista de gran escepticismo que desecha cualquier juicio moral.

#ElAnimalMásVivo, de Martín Parra: Una nueva entrega de antihéroes que deambulan por las calles de una ciudad que no ofrece ningún punto de anclaje y donde nada parece cierto. @editorialpdp. #Reseña: Miguel Ángel Real. Clic para tuitear

En esta nueva entrega de antihéroes que deambulan por las calles de una ciudad que no ofrece ningún punto de anclaje y donde nada parece cierto porque «la vida no puede estar dándole a uno satisfacciones continuamente», la única remisión que parece subsistir es la de la luz, «que aquí tiene jornada completa, y cae en los grandes prados como el animal más vivo, del que se espera el mejor confort». Algo que parece inalcanzable entre los trastabilleos de unos y otros, pero que quisiera subyacer tal vez al final de la lectura de un libro que cuenta una vez más con la escritura poética e inconfundible de un narrador hipnótico.

El animal más vivo

El animal más vivo

Martín Parra

Editorial Pie de Página

Un artículo de Miguel Ángel Real
Montaje de portada: David de la Torre

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