El guerrero del antifaz, héroe a su pesar

Si hubo un personaje de tebeos de la posguerra que caló en el corazón de sus lectores, fue sin duda El guerrero del antifaz.

Creado por Manuel Gago y Manuel Quesada en 1941, dos años después de finalizar la Guerra Civil, El guerrero del antifaz irrumpe en los kioscos con la furia de un vendaval.

Arrojado, alto, musculoso, muy ágil y gran espadachín, este héroe se gana pronto el aprecio y el respeto de los lectores a golpe de espadazos y se hace un lugar en los kioscos y en las librerías de alquiler, codeándose con los mejores títulos del momento.

El guerrero del antifaz es un joven que se siente avergonzado de sus orígenes ya que está convencido de que es hijo del malvado árabe Ali Kan, que secuestró a su madre, una cristiana de noble cuna y, supuestamente, le engendró. Se oculta tras un antifaz y no deja de buscar venganza para reponer el honor de su madre y de su apellido.

Con una cruz negra sobre el pecho, se antepone a la media luna que adoró cuando creía ser hijo de un sarraceno, y lucha con furia para recuperar el lugar que le corresponde en el mundo de la cristiandad. Nada, ni siquiera su eterna novia Ana María, con la que acabaría casándose años después, consigue aplacar su furia. Solo la nobleza de su corazón, y de su origen, le permiten ser generosos con algunos enemigos a los que acaba respetando a pesar de pertenecer a una religión que ya no respeta.

El guerrero del antifaz es un drama que podría tener relación con la realidad que vivía el país en los años 40, en el que mucha gente renegaba de su pasado para abrazar la nueva realidad.

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Realizado con un estilo de dibujo ágil, poco acabado pero muy eficaz, este serial gráfico alcanzó los 550 números y perduró a lo largo de veinte años, llegando a resucitar pocos años después con unos guiones más audaces y atrevidos en los que las mujeres cobraban un valor inexistente hasta entonces en el mundo de los tebeos.

Dejó una huella imborrable en la historia de la literatura popular y su nombre está grabado en oro en ella.

El dibujante, Manuel Gago, un fructífero creador, dio vida a muchos personajes que también alcanzaron gran éxito, pero El guerrero del Antifaz fue el de más éxito.

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Artículo e imagen de portada de Santiago García-Clairac