El jardín de cartón, de Santiago Álvarez

Berta y Mejías avanzan al éxito

Título: El jardín de cartón

Autor: Santiago Álvarez

Nº de páginas: 408

Encuadernación: Tapa blanda

Editorial: Almuzara

Lengua: Castellano

ISBN: 9788416776320

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El jardín de cartón, de Santiago Álvarez. Berta y Mejías avanzan hacia el éxito. Reseña de Josevi Blender.

 

Escribía una amiga mía que en la autobiografía de Nicholas Ray se incluye un diálogo en el que se plantea cómo muchos de los personajes de este cineasta son perdedores y, por circunstancias externas o por ellos mismos, acaban siempre colocándose en situaciones imposibles en las que la derrota es la única salida.

Mejías se ajusta a este tipo. En El jardín de cartón, el detective no puede permitirse el lujo de preocuparse más que por su subsistencia inmediata y las miserias que conlleva. Abocado a la cruda realidad, lo encontraremos batallando entre sus ímpetus morales y la presión de su nueva situación. Y en medio, Berta, su Koldobike particular, que padecerá sus inestabilidades sin poder permanecer al margen. Sin embargo, seguimos disfrutando, como en otras entregas, de su particular e idolatrado mundo de cine negro, de su Cristo-Bogie que le confiere fuerza y al que sigue rezando para obtener consejo y ayuda.

Quienes somos de aquí o quienes conozcan esta ciudad, saben que “En marzo, Valencia arde” pero no es solo la ciudad la que arde en una conjunción mágica de ese fuego absoluto del que es imposible aislarse. También ardemos los valencianos, esta vez simbólicamente, porque esta fiesta significa renovación, dejar atrás el pasado, las ligaduras que nos constriñen y condicionan, en un intento de evolucionar hacia nuevas vidas, nuevos sueños, aspiraciones y metas. El resurgir del solsticio primaveral que ya practicaban desde antaño culturas milenarias. Una renovación total de espíritus y actitudes que contribuyen a la partitura de esta nueva aventura de la singular pareja.

Valencia arde con #ElJardínDeCartón de @detectivemejias #resena de @joseviblender #novelanegra Clic para tuitear

Dos meses después de La ciudad de la memoria y el caso de los Dugo Escrich, vuelven a las andadas en una trama de corruptelas y aquiescencias sobre la manera de manejarse los poderosos de estos lugares, y qué mejor que durante la fiesta valenciana por excelencia. La crítica social de esta forma de funcionar entre nosotros es una realidad eternamente presente que estamos hartos de vivir y repetir. Pero no solo nos hace partícipes de ella, sino que nos introduce en las mentalidades y conciencias de servidumbre de las que Mejías es parte, actor y víctima, engullido en la dinámica de poderosos contra mindundis.

En ese momento y lugar de quema y renovación tan especiales —“Aquí, en Valencia, fabricamos la ceniza más cara del mundo”—,  Santiago lleva a Mejías a una situación límite: presionado por muchos lados, la vida le va a obligar a lanzarse sin red buscando la salvación. Por ello, realizará acciones reprochables con las que conseguirá desmontar en ciertos momentos el mito del detective audaz y fuerte que le suponíamos y nos lo arrojará a los pies como un pobre miserable abocado sin remisión a pasar por el aro, alejado a la fuerza de conciencias justicieras y motivos altruistas. En el fondo, más humano y sometido al imperio de la vida real.

#ElJardínDeCartón: Santiago Álvarez lleva a @detectivemejias a una situación límite. @joseviblender Clic para tuitear

Pero el presente no sucede porque sí, siempre existe un pasado. A veces, tan o más sombrío que el primero. Ya se sabe, eran otros tiempos. Combinando ambas historias temporales, como ya hizo en La ciudad de la memoria, viajamos sucesivamente en el tiempo observando sociedades, personas y  procederes bien distintos, pero siempre en el lugar donde fabricamos la ceniza más cara del mundo.

Berta y Mejías avanzan inexorablemente hacia el éxito.

Reseña de Josevi Blender

 

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Mejías y Berta por fin tienen cara. La ilustradora Lorena García, lectora fiel y entusiasta de la saga iniciada por Santiago Álvarez con La ciudad de la memoria, ha visto así a los personajes de El jardín de cartón.

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Mejías y Berta. Ilustración de Lorena García. Haz click para ampliar la imagen.

 

 

Desde el momento en que se conocen Berta y Mejías supe que eran ese tipo de personajes a los que seguiría en cualquier aventura. Tan opuestos y a la vez tan parecidos. Berta es un gran reflejo de la juventud, tan llena de energía, de optimismo y de ideales. El detective Mejías se presenta como todo lo opuesto: un alma vieja, cansado de la realidad, conocedor del lado más oscuro de las personas. Y sin embargo, estos personajes tienen mucha más profundidad. Berta es ingenua pero fuerte en sus convicciones, y Mejías, dentro de su pesimismo, es un soñador. Aunque con personajes así sus conversaciones pueden ser desde hilarantes a conmovedoras, me ha parecido bastante adecuado para representar su dinámica, uno de esos momentos en que Mejías le explica una de sus extravagantes reglas a Berta, quien la recibe con fastidio y un poco de escepticismo.

 

 

 

 

La ilustradora @lorenagarciart les ha puesto cara a @detectivemejias y a Berta #ElJardínDeCartón Clic para tuitear