Con El juramento de Whitechapel no haré la típica introducción con un juego de palabras, ya que yo nunca juro ni prometo, pero lo que sí os aconsejo, es que cuando lo empecéis a leer, no tengáis nada pendiente, porque hasta que no lo cerréis, una vez leída la página 428, os olvidareis de todo lo demás.

Ya solo viendo la portada, la imaginación se dispara pensando en lo que nos vamos a encontrar al abrir el libro, entonces lo haces y te das cuenta de que te has quedado muy corto.

La editorial Erein, en esta ocasión nos deleita con un formato más grande, me imagino, debido a que el talento de sus autores se desbordaba por las esquinas.

Si combinamos a Sabino Arana, el fundador del Partido Nacionalista Vasco, y Jack el Destripador, lo servimos sobre un Londres victoriano y finalmente lo aderezamos con un puñado generoso de suspense, lo que obtenemos sin duda es este plato de lujo elaborado por el gran chef, José Javier Abasolo, que no solo deleitará los sentidos mientras lo degustas, sino que al terminar, estarás deseando volver a probar otra de sus creaciones.

Con su fina prosa, Abasolo nos retrotrae al siglo XIX, con ese característico lenguaje al más puro estilo Charles Dickens, y con una subyugante retórica, nos hace dudar en cada párrafo de si lo que estamos leyendo es real o producto de su imaginación.

‘El juramento de Whitechapel‘ de @AbasoloJavier, @ereinargi, novela que #recomiendaleer nuestro colaborador Eduardo S. Petite. #Suspense en el Londres victoriano con un Sabino Arana tras la pista de los crímenes de Jack el Destripador. Clic para tuitear

Tras cinco años de ausencia paterna, la reciente pérdida de su madre, y todo un bagaje del que tomar distancia, un joven Sabino Arana, alentado por su hermano Luis, accede a viajar a Londres para coger aire y seguir adelante. En un principio la idea de su hermano era aprender el idioma y conseguir contactos para futuros proyectos profesionales, por el contrario, Arana, sin saber todavía que la semilla de un nuevo movimiento político ya empezaba a echar raíces en su subconsciente, lo único que tenía claro era que los negocios no estaban presentes en su futuro.

Sir Peter Kingsfield, próspero hombre de negocios y miembro de la Cámara de los Lores, será el mentor de Sabino, a petición de su hermano y gracias a la amistad que en un pasado profesó hacia su padre. Al mismo tiempo, un exceso de educación y candidez convierten a nuestro protagonista en presa fácil para Charles Kingsfield, hijo de su influyente instructor.

Con la mejor intención, que no es otra que desenmascarar al criminal que se halla tras la serie de sanguinarios asesinatos que se están sucediendo, Charles, hará participe de sus pesquisas a nuestro amigo Sabino, poniendo en riesgo tanto su integridad moral, como física.

Uno de los apartados más fascinante de El juramento de Whitechapel es su narración en primera persona, ya que no hay solo una, sino dos. A lo que en un principio podría parecer un engorro, José Javier, magistralmente, consigue darle la vuelta y transformarlo en una experiencia única, que te hace entender mejor, no solo los hechos relatados, sino el trasfondo sociocultural que lo envuelve todo, convirtiéndose, por derecho, en un personaje más.

Una voz es la del propio Arana claro está, y la otra, la de un sacerdote condenado a muerte por ser leal a la República siendo Capellán de un batallón del Euzko Gudarostea (Ejército Vasco), durante la guerra civil española. Se dan paso la una a la otra con el mayor de los respetos, se ayudan cuando lo necesitan, y se complementan de tal forma, que sin darte cuenta, viajas a través del tiempo medio siglo sin despeinarte.

La característica, más anglosajona, de introducir en la historia personajes reales, siempre es peligrosa, ya que podría desviar la atención, pero en este caso, como los personajes ficticios, tanto principales como secundarios, aparecen tan bien definidos y dotados de un carácter único, lo que el autor consigue es la fusión perfecta de ambos, coexistiendo como iguales.

Nada más llevarse la primera bocanada de aire londinense a los pulmones, Sabino Arana se verá transportado a lugares que jamás hubiera imaginado, de lo más refinado a lo más ruin, conociendo todo tipo de personas, aconsejables o a evitar, y a vivir situaciones que dejarán impronta en su alma, para bien o para mal.

Al finalizar la experiencia, Sabino tendrá que digerir su periplo y poner en orden las ideas, ya que no le será tan fácil catalogar lo vivido. Seguro que habrá lugares en los que estuvo incómodo, pero que repetiría antes de volver a otros en los que parecía ser feliz. Apostaría a que habrá personas, que por haber prejuzgado, con el tiempo se arrepentirá del modo en que las trató. Estoy convencido de que habrá situaciones, que por peligrosas que parecieran, nunca le helarían tanto la sangre como la simple idea de pensar en no volver a ver a un ser amado.

El juramento de Whitechapel, además de una novela de ficción, podría considerarse perfectamente una teoría sólida sobre la autoría de los terribles asesinatos de 1888. De la infinidad de conjeturas que se han vertido sobre semejantes acontecimientos, no me tiembla el pulso al elevar la ejecutada por José Javier Abasolo, a la categoría de posibles ganadoras.

‘El juramento de Whitechapel‘, de @AbasoloJavier, además de una novela de ficción, podría considerarse perfectamente una teoría sólida sobre la autoría de los terribles asesinatos de 1888. #JackElDestripador. #SabinoArana @ereinargi. Clic para tuitear

 

El juramento de Whitechapel, de José Javier Abasolo. Erein, 2019

 

 

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Reseña de Eduardo S. Petite

Diseño de portada de la reseña: David de la Torre