Cuando leí hace diez años La playa de los ahogados, me impactó y supuso para mí todo un descubrimiento. Galicia y el inspector Leo Caldas componían un maridaje difícil de igualar.

Pasaron los años y aunque los anuncios de que por fin Villar volvía a publicar se sucedían sin que nunca se confirmaran, la espera ha merecido la pena.

El último barco es una novela muy buena. La capacidad del autor para mostrar sensaciones, transmitir estados de ánimo con palabras sencillas, cotidianas, es espectacular.

La capacidad de @domingovillar para mostrar sensaciones y transmitir estados de ánimo a través de una prosa sencilla es espectacular. El último barco, @edicionesiruela. #Reseña: @JuanInfante10. Clic para tuitear

Cuando llueve parece que te mojas, cuando hay humedad te encoges y te enfrías, y así cuando Leo Caldas está triste, el lector también está triste. Nos incorporamos al devenir de la trama como si estuviéramos participando en ella.

Mónica, la hija del doctor Andrade, vive en una casa pintada de azul en Moaña, un pueblo de la ría donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena y los marineros lanzan sus aparejos al agua. Todo parece en calma, pero un martes de noviembre, el inspector Leo Caldas recibe la visita del padre de Mónica, quien está alarmado por la desaparición de su hija. No se presentó a una comida familiar el domingo ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.

Y aunque en apariencia nada ha alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Caldas comprobará que, en la vida, como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo de devastadoras corrientes.

El inspector Leo Caldas tendrá que descubrir qué ha pasado.

Aunque El último barco tiene 700 páginas, se lee muy bien, no se hace larga y te entran ganas de que nunca acabe.

La trama policíaca es sencilla, no tiene efectos especiales y el inspector Caldas con su intuición, sus obsesiones y recuerdos, nos acompaña con un ritmo tranquilo, mientras nos da pistas y nos invita a descubrir qué ha pasado, quién ha sido.

Su ayudante Rafael Estévez, un poli aragonés, nos acompaña con sus dolencias y sus manías. Es su contrapunto y componen una buena pareja.

La novela transcurre a la vez en la Galicia rural y en la urbana. La ría de Vigo en sus dos orillas: la ciudad de Vigo, Moaña y Tirán forman el hábitat donde los diálogos y las descripciones te incorporan a un mundo que se hace cada vez más atractivo.

Domingo Villar va despacio, todo lo hace fácil y sencillo. En ello radica la genialidad de El último barco.

 

Domingo Villar va despacio, todo lo hace fácil y sencillo. En ello radica la genialidad de El último barco. @domingovillar @edicionesiruela #NovelaNegra #Reseña: @JuanInfante10. Clic para tuitear

 

 

El último barco, de Domingo Villar. La espera ha merecido la pena

 

 

El último barco

Domingo Villar

Ediciones Siruela

Siruela Policiaca

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Juan Infante

Abogado y escritor. Bilbao

Portada para la reseña: David de la Torre