La chica a la que no supiste amar, tercera novela negra de Marta Robles protagonizada por Toni Roures, exreportero de guerra convertido en eficiente detective de humor cínico, melómano, lector cultivado, con buena derecha, que bebe ron Appleton, fuma con delectación, tose agónicamente con cada cigarro y folla más de lo que la sabia prudencia recomienda con ese síntoma. Les pasará a ustedes como a mí, que me recuerda mucho a ¿Don Arturo?

Esta vez se desplaza a Castellón, contratado por un viejo amigo para investigar la muerte de su prostituta de cabecera, Blessing, mujer de la que estaba supuestamente enamorado.

Estudió periodismo pensando ya en ser corresponsal de guerra. Tal vez fueron su abuelo y los libros los que le empujaron a desear una vida de aventura y riesgos. La literatura es a veces mucho más apasionante que la realidad. Hace sentir y vivir pero duele de otra manera, deja poso en lugar de cicatrices.

¿Por qué Castellón?

La chica a la que no supiste amar ha sido galardonada con el premio «Letras del Mediterráneo 2019», concedido por la Diputación de Castellón en la categoría de novela negra. Conlleva una dotación económica de diez mil euros a cambio de ambientar la novela en la provincia. Este primer objetivo lo consigue Marta Robles, quizá con excesiva generosidad, pues casi en cada capítulo de los 36 de los que consta la novela se hace referencia a algún pueblo, paisaje, playa o montaña de la provincia, aunque la trama principal está centrada en Castellón y Benicassim.

En La chica a la que no supiste amar, @MartaRoblesG incluye una magnífica banda sonora al más puro estilo @czanon, con la que podrían ustedes viajar en coche desde #Finisterre hasta #Algeciras. @AsterixLibreria @editorialespasa. Clic para tuitear

Y hablando de ambientación, esta vez musical, la autora incluye una magnífica banda sonora al más puro estilo Zanón, con la que podrían viajar en coche desde Finisterre hasta Algeciras sin darse cuenta, parando solo para lo más necesario. Seguro que Carlos excluiría a Alejandro Sanz. Yo también.

La chica a la que no supiste amar es una novela negra de claro y apabullante contenido social,  hardboiled de corte clásico. El otro día escuchaba a Juan Manuel de Prada en una tertulia radiofónica decir que la novela negra es el género literario más importante del siglo XX por ser la que nos ha puesto más claramente frente a nuestras miserias, corrupción política o policial, racismo, diferencia de clases o, como en este caso, la trata de mujeres para alimentar el lucrativo negocio de la prostitución.

Escrita en tercera persona, Marta utiliza los casos que tiene que resolver Roures, y a este último ,como vehículo para realizar una denuncia brutal y descarnada  de la situación de esclavitud y explotación sexual que están viviendo cientos de mujeres en nuestro país, mientras autoridades y ciudadanos obviamos lo evidente, ayudando a normalizar un delito por tratarse del oficio más antiguo o porque es más fácil mirar para otro lado. Siempre habrá putas y puteros, proxenetas, mercaderes de mujeres y respetables empresarios de hotel con lucecitas parpadeantes y barra americana.

Difícilmente olvidables son los capítulos dedicados a Blessing, la prostituta nigeriana asesinada.

Una puta sin tetas —murmura entre dientes con desprecio. ¿Para qué sirve una puta sin tetas?

Me llevan a pensar en esa labor de documentación, narrada por la propia autora al final de la novela, para la que hay que dejar el corazón y la entrada del estómago en casa. A esas conversaciones con Mabel Lozano, esa mujer que parece vivir dentro de una utópica cruzada contra un enemigo indestructible, que gana batallas, pierde guerras y vuelve a la lucha. ¿Han leído El proxeneta? Háganlo. Cómo no imaginar el testimonio de más mujeres como Blessing, cuyo sueño europeo de una vida mejor se rompe a golpe de violación, chantaje, explotación sexual, malos tratos y humillación. Esclavitud del siglo XXI.

Es la quimera de la emigración del siglo XXI hacia una Europa feliz, a donde las mujeres viajan adormecidas por las pastillas de soma de los sueños. En el trayecto dejan hipotecadas sus casas y a sus familias y pierden la libertad, pero es tan bonito creer…

La chica a la que no supiste amar, de @MartaRoblesG, es una denuncia brutal y descarnada de la situación de esclavitud y explotación sexual de cientos de mujeres en nuestro país. @AsterixLibreria @editorialespasa @Planetadelibros. Clic para tuitear

En fin, novela hardboiled — su concepción de harboiled— clásica, de ritmo ágil y buenos momentos de inspirada denuncia, donde Marta Robles consigue sobradamente el doble objetivo de entretener y hacernos reflexionar. Escrita con el tono y el lenguaje de quien se cabrea, revienta y empieza a llamar o a gritar las cosas por su nombre, con la esperanza de ser mejor escuchado y entendido.

Y hay sexo, escenas de sexo explícito para mí evitables. Nunca quise imaginar más allá de cuando la librera baja la persiana del escaparate, pone el cartel de cerrado y se suelta el pelo frente a Philip Marlowe en El sueño eterno, no hizo falta.

 

Escrita con el tono y el lenguaje de quien se cabrea y empieza a gritar las cosas por su nombre, con la esperanza de ser escuchado y entendido. @AsterixLibreria La chica a la que no supiste amar @MartaRoblesG @editorialespasa. Clic para tuitear

 

La chica a la que no supiste amar, de Marta Robles: Toni Roures en Castellón

 

La chica a la que no supiste amar

Marta Robles

Espasa

Novela negra

 

 

 

 

José Carlos García

Librería Asterix

Montaje de portada David Verdejo

 

 

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