No fue fácil animarme a leer La octava vida (para Brilka). No conocía a la joven autora, tenía 1002 páginas y pesaba 1,3 kilogramos. Eso sí, la edición de Alfaguara era muy buena.

Aun así, nada más ojearla sabía que algo tenía y que me encontraba ante una gran novela. No me arrepiento y he acertado sin lugar a dudas.

Nino Haratischwili es una mujer de treinta y cinco años, nacida en Tiflis (Georgia) y que vive en Alemania desde los veinte años, actualmente en Hamburgo. La novela está escrita en alemán y se ha convertido en una obra revelación. Siguiendo la crítica, los elogios sobre el libro son impresionantes.

La octava vida (para Brilka) es una novela monumental que abarca prácticamente todo el siglo XX y se adentra casi hasta nuestros días. Es la historia de una familia georgiana a través de seis generaciones.

Una #novela elogiada por la crítica: La octava vida, de Nino Haratischwili, @megustaleer @Alfaguara_es. Una obra revelación que recorre los acontecimientos más importantes del s. XX a través de 6 generaciones. @JuanInfante10 Clic para tuitear

La autora en una entrevista reciente decía: «Al comienzo solo pensé en una receta de familia que iba de generación en generación. Luego, cuando empecé a hablar con gente en Georgia y Rusia para recoger información para la novela me encontré con que mucha gente hablaba siempre del destino y que ellos no podían haber hecho su vida de otra forma». «Entonces, empecé a preguntarme hasta dónde es independiente el ser humano». Y ella misma apuntó la solución: «Si pienso que dependo de una instancia superior le doy el poder, bien sea la iglesia, el Kremlin o el chocolate».

Comienza la voz narradora de Niza, muchacha de la última generación, con Stasia (Anastasia) en 1917, hija de un fabricante de chocolate y que sueña con ser bailarina de la ópera de París, enamorada de un oficial de la Guardia Blanca, cuando estalla la revolución bolchevique.

A partir de la revolución de octubre transcurre toda la historia de la familia, fundamentalmente en la antigua Unión Soviética: San Petersburgo, Moscú y Tiflis, pero también en Berlín, Viena, Londres, París y Ámsterdam.

Stalin «el generalísimo» y Beria, el brutal jefe de la policía secreta estalinista, conocido en el libro como «el pequeño gran hombre», aparecen de forma habitual en La octava vida (para Brilka) y éste último tiene un protagonismo relevante con algunos miembros de la familia.

Conforme avanzaba con la lectura no podía dejar de acordarme de León Tolstói y su Ana Karenina o su Guerra y Paz. Sus personajes, sus paisajes y sus tramas se me aparecían en La octava vida (para Brilka).

Nino Haratischwili escribe muy bien y su prosa fácil y precisa es capaz de tejer historias personales que se entrelazan y avanzan a lo largo de un siglo salpicado de guerras, nacimiento de nuevos estados y derrumbe de otros, que constituyen el hábitat por donde transcurren los personajes originales y brillantes, también los mezquinos, de una familia a lo largo de varias generaciones.

El amor, la familia, las relaciones personales en una Unión Soviética en la que crece la esperanza cuando nace, pero que enseguida se disipa ante su carácter brutal. En una Europa que se deshace en dos guerras mundiales y que al final sobrevive mientras el Imperio del este se derrumba. Precisamente es el caos de occidente, el que genera admiración en las generaciones más jóvenes frente a la uniformidad ya conocida.  Y por ello esta familia georgiana sobrevive en media Europa anhelando el amor y la vida.

Los amantes de las sagas familiares disfrutarán de esta novela y la leerán olvidándose de su extensión, en lo último que pensaran es en que es una novela larga. Sinceramente es una novela muy recomendable.

Los amantes de las sagas familiares disfrutarán de La octava vida (para Brilka), de Nino Haratischwili. #RecomiendaLeer: @JuanInfante10. @megustaleer @Alfaguara_es. Clic para tuitear

Reseña de Juan Infante

Portada de la reseña: David de la Torre

 

 

La octava vida (para Brilka), de Nino Haratischwili. Por la senda de Tolstói

 

 

 

La octava vida (para Brilka)

Nino Haratischwili

Alfaguara, septiembre 2018.

Traducción: Carlos Fortea

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