Los amores prohibidos de la muerte, de Gabriela Guerra Rey

Con prólogo de Liliana Díaz Mindurry, nos llega lo último de Huso: Los amores prohibidos de la muerte, antología de cuentos de la escritora, periodista y editora Gabriela Guerra Rey. Reseña, exquisita, de la escritora Luciana Prodan.

«La muerte es vida vivida. La vida es muerte que viene», escribió Borges, alguna vez, cuando sintió la necesidad de describir el cementerio que nos constituye, nos desnuda y nos anida a todos con la misma fuerza.

Sinceramente, recordar esos versos y no pensar en Los amores prohibidos de la muerte, la primera antología de cuentos de la escritora Gabriela Guerra Rey (editada por Huso en 2019), resulta imposible. Y resulta imposible porque ella tiene un plan: adentrarnos en nuestros propios laberintos, esos que a veces nos fabricamos sin querer, pero en los que todos terminamos presos, expectantes y perdidos, sin saber muy bien qué sentir, para dónde ir ni qué hacer, pero sin soltarnos la mano.

En su primera antología de cuentos, @gabigr1981 nos adentra en nuestros propios laberintos, esos que a veces nos fabricamos sin querer, pero en los que todos terminamos presos. #Reseña: @lucianaprodan @edicioneshuso. Clic para tuitear

Porque Gabriela nos acompaña, no nos abandona, se queda ahí. Nos sigue de cerca y quiere saber qué nos pasa, quiénes somos y qué sentimos al sabernos tan de cerca y confundidos en cada unos de sus relatos.

Relatos que están llenos de fuerza, de resurrección y de contradicciones. De miserias. De pequeñas y grandes muertes cotidianas que nos mantienen en vilo. De historias sostenidas por los hilos agónicos de un destino inmerecido que tiene ganas de ¿vivir?

#LosAmoresProhibidosDeLaMuerte, de Gabriela Guerra @gabigr1981 @edicioneshuso, treinta relatos llenos de fuerza y de contradicciones. De pequeñas y grandes muertes cotidianas que nos mantienen en vilo. #Reseña: @lucianaprodan. Clic para tuitear

La muerte como excusa, como extinción, como salida. La desesperanza que ataca la inocencia de un niño y no lo deja jugar ni divertirse en paz. ¿Qué es normal? ¿Qué es extraño? ¿Quién es capaz de percibir y describir la sensibilidad?

La desgracia que se refleja a través de los ojos de un soldado herido por su propia suerte; por su propia muerte. Las elecciones personales, las heredadas, las fallidas. Las que muchas veces tomamos del vaso del destino intoxicado y envenenado por los demás.

Los sueños rotos de una bailarina. La vida que manipula y empuja a la suerte. Las marionetas de la muerte que la invitan a bailar, a pararse, a seguir. A volar y quedar entrampada en las mismas redes que la bendicen, la amenazan y la sostienen.

«Leer este libro me produce muchos sentimientos. Participo de su hechicería, de su ironía fina, a veces sarcástica, de su ternura melancólica pero también entusiasta. Percibo ese entusiasmo, esa energía de los que verdaderamente tienen vocación de escritores y de brujos», dice Liliana Díaz Mindurry en el prólogo de Los amores prohibidos de la muerte. Y tiene razón.

Dice #LilianaDíazMindurry en su prólogo que en #LosAmoresProhibidosDeLaMuerte percibe ese entusiasmo, esa energía de los que verdaderamente tienen vocación de escritores y de brujos. @lucianaprodan @gabigr1981 @edicioneshuso. Clic para tuitear