«Jig-A-Bobo» es el título del octavo episodio de Lovecraft Country, cuyo recap o sumario —que no resumen, porque los artículos que componen esta serie son más una reflexión sobre el universo de la serie en comparación con el universo de Lovecraft— nos trae, como cada semana, nuestra compañera Aglaia Berlutti.

#LosSumarios de @Aglaia_Berlutti: #recap del octavo episodio de #LovecraftCountry, «Jig-A-Bobo». La novela de Matt Ruff y la personalidad del escritor están más presentes que nunca. @LovecraftHBO. Clic para tuitear

Lovecraft Country (octavo episodio): «Jig-A-Bobo»

Las puertas de la oscuridad se abren…

Lovecraft Country (octavo episodio): «Jig-A-Bobo» 4

Lovecraft era un escritor que estaba obsesionado con las rarezas. La suya y las de todo lo que le rodeaba. No en vano se le han atribuido docenas de asociaciones distintas con todo tipo de cultos mistéricos, con búsquedas metafísicas del ser y la perpetua noción sobre la oscuridad interior. Abnegado escritor, desesperado por vivir sólo de sus escritos  — sin lograrlo —, traumatizado por una larga lista de sucesos trágicos en su infancia y primera juventud, el escritor era, capa tras capa, un cúmulo de misterios privados. Lovecraft se refugiaba en la escritura de la misma manera que en su severo carácter: con la convicción de que, en la oscuridad había más respuestas a sus preguntas vitales que a plena luz del día. O quizás las respuestas reales eran mucho más insatisfactorias que las que se mostraban en la vida común y corriente.

En el octavo episodio de Lovecraft Country, la novela de Matt Ruff está más presente que nunca y también la personalidad del escritor, que se hace más patente en esta EEUU dividida en medio de un mapa escapista en la que el racismo y el prejuicio es un monstruo temible. «Jig-A-Bobo» es un juego de espejos, inquietante y formidable, que anuncia directamente que la serie dejará atrás sus insinuaciones sobre lo sobrenatural, para adentrarse de lleno a un terreno más formidable, inquietante y portentoso.

Lovecraft Country (octavo episodio): «Jig-A-Bobo»

Si la última media hora del capítulo anterior fue una oda a todos los relatos del escritor emparentados con la ciencia ficción, en «Jig-A-Bobo» el terror cósmico hace su esperada aparición: de una u otra forma, todas las líneas argumentales de los personajes los conducen al centro de un misterio que los supera, pero también que se alimenta de un tipo de tinieblas que ya los episodios anteriores habían anunciado de una manera u otra. Hyppolyta viajó en el tiempo y es también un viaje de autodescubrimiento, un trayecto profundo y extraño a través de cada una de las ideas que sostienen una serie en la que nada es lo que parece.

Si la última media hora del capítulo 7 fue una oda a los relatos del escritor emparentados con la ciencia ficción, en «Jig-A-Bobo» el terror cósmico hace su esperada aparición. @Aglaia_Berlutti: #recap episodio 8 #LovecraftCountry. Clic para tuitear

Para Lovecraft Country es de considerable importancia sustentar el nivel de lo perverso que se esconde entre las sombras, en lo evidente y lo cotidiano, como el planetario que escondía secretos o la mujer aterradora sin pechos, que se convirtió en símbolo del horror corporal, pero también de todos los miedos que yacen bajo el subtexto del argumento. En «Jig-A-Bobo», Lovecraft Country va a la búsqueda de identidad y también, de conectar las líneas sueltas de los primeros capítulos — que se criticaron por ser simples reinvenciones políticas de las narraciones de Lovecraft —  por algo más definido, duro de comprender y de enorme belleza narrativa.

Lovecraft Country (octavo episodio): «Jig-A-Bobo» 2

Por supuesto, cada capítulo de la serie ha sido un recorrido por lugares oscuros que terminan en una redención tardía y extraña: desde esa gran primera escena del piloto, en la que los monstruos saltan de la oscuridad para evitar un linchamiento  — una alegoría durísima y retorcida sobre la oscuridad colectiva — , los escalofriantes pormenores de la logia de Ardham, diseñada con saña por Titus Braithwhite, en los que pone en foco el segundo capítulo, hasta Ruby, convertida en una mujer blanca que comprueba las tinieblas que habitan más allá del color del piel, Lovecraft Country ha puesto el acento en crear una historia que aunque adapta sólo de manera parcial el libro de Matt Ruff, sí analiza con cuidado el trasfondo de la obra de Lovecraft, una presencia gigantesca, invisible e inquietante que parece pendular alrededor de cada una de las historias de forma muy evidente y dolorosa. Para el nuevo capítulo, el guion avanza con cuidado entre la historia de Hippolyta y Dee, sin duda la de George, y al final recorre un trayecto complicado hacia horrores más dolorosos: los que habitan entre los rostros familiares. Si en el capítulo pasado la búsqueda de lo prohibido era un conjunto de metáforas  — las varillas de metal del planetario comienzan a girar para una Hippolyta cada vez más desconcertada —  en el octavo episodio, finalmente la magia, el poder y lo oculto son algo más que una sugerencia. Es, en realidad, una puerta abierta hacia lo prohibido.

Lovecraft Country (octavo episodio): «Jig-A-Bobo» 1

En una de sus extrañísimas cartas, Lovecraft escribió que el «miedo a lo desconocido es profano y nos une a todos, de una u otra forma». Quizás la mejor frase para resumir el mejor capítulo de Lovecraft Country hasta la fecha.

En una de sus cartas, Lovecraft escribió que el «miedo a lo desconocido es profano y nos une a todos, de una u otra forma». La mejor frase para resumir el mejor capítulo de #LovecraftCountry hasta la fecha. @Aglaia_Berlutti. Clic para tuitear

 

 

 

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Un artículo de Aglaia Berlutti

Portada: David de la Torre

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