Mae y Marlene

La descarada Mae y la alegre Lola-Lola

Mae y Marlene, dos estrellas muy diferentes, pero con un punto en común: ambas construyeron su propio mito rompiendo moldes dentro de la Meca del Cine.
Mae West, voluptuosa, carnal y descaradamente provocativa. Para ella el sexo era algo de lo que se “debía” hablar sin tapujos y su actitud estaba en las antípodas de la mujer pasiva e indolente de moda en la época que le tocó vivir. Perseguida por la censura en numerosas ocasiones, llegó a sufrir arrestos carcelarios debido a su actitud “inmoral”, pero supo sacar partido a estas circunstancias consiguiendo aumentar su popularidad.
Marlene Dietrich, intencionadamente ambigua, andrógina y sofisticada, trascendió las fronteras del glamour Hollywoodense, siendo admirada y deseada tanto por hombres como por mujeres.
Su rostro, cincelado por su descubridor, era inconfundible: cejas depiladas formando un arco casi imperceptible, frente despejada y gesto hierático. Su forma de vestir puso de moda el traje sastre masculino y la boina entre las mujeres, acentuando más esa ambigüedad que siempre la acompañó.
Ambas fueron mujeres modernas y valientes y sus carreras fueron apasionantes.
En MoonMagazine.info  les brindamos un pequeño homenaje.

Mae la descarada

No suelo hablar, soy una mujer de acción.
Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mejor.

Mae y Marlene. Mae West.

Mae y Marlene. Mae West.

Revolucionó el cine americano. La reina del sexo no entraba dentro de los cánones de belleza del cine de Hollywood. De baja estatura, rostro vulgar y curvas exageradas, suplía estos “defectos” con un look barroco y abigarrado que no abandonaría hasta su muerte, a la edad de 88 años.
Pero fue sobre todo su actitud abierta y activa ante el sexo lo que la encumbró a la fama, granjeándole numerosas críticas por parte del sector más puritano de la sociedad y el feroz ataque de la censura.
Sus inicios fueron el burlesque y  la comedia musical, sin embargo pronto se dio cuenta de que no había obras a su altura y optó por escribirlas ella misma. Así surgió su primera comedia, Sex (1926), que la catapultó a la fama, convirtiéndola en un ídolo de masas. A partir de ese momento, Mae West empezó una carrera imparable como empresaria, autora y estrella, acumulando éxitos, -tanto a nivel teatral como cinematográfico-, críticas, multas y sucesivas estancias en la cárcel.

Abanderada de la libertad sexual, fue una mujer adelantada a su época, descarada y sin pelos en la lengua, que supo provocar a las bien pensantes mentes de la sociedad norteamericana. En sus películas, comedias y libros, hizo todo lo posible en demostrar que la mujer debía tener los mismos derechos que el hombre. Para ella, encarnación de una mujer fatal diferente que hablaba abiertamente del sexo y mantenía una estrecha complicidad con el público, el hombre era un objeto destinado a proporcionarle placer.

 

 

 

 

Mae y Marlene. Mae West despidiéndose del alcaide.

Mae y Marlene. Mae West despidiéndose del alcaide.

 

Cuando un hombre simpático me busca, me encuentra. Cuando un hombre simpático no se atreve a buscarme, pero me quiere, lo encuentro. Cuando un hombre simpático ni me busca ni me quiere, le miro divertida y le dejo ir. Cuando un hombre antipático no me quiere, que me haga sitio, que tengo las caderas muy movedizas.

Mae y Marlene. Chaisse longue.

Mae y Marlene. La devoradora de hombres.

La actriz se hizo famosa por su locuacidad y lo que en aquella época se consideraba «descaro» a la hora de abordar a los hombres, como se puede comprobar en el primer vídeo.

El segundo vídeo corresponde al trailer de la película “I´m no an Angel” (1933). Mae West impuso como partenaire a un jovencísimo y apuesto Cary Grant, que por aquel entonces hacía “sus pinitos” en el cine.

Retrato de Mae West que puede utilizarse como apartamento surrealista, obra realizada por Salvador Dalí entre 1934 y 1935. Las facciones de la actriz fueron «utilizadas» para recrear un apartamento típico de la época. Hoy por hoy se puede disfrutar de la reproducción en tres dimensiones realizada por el arquitecto español Óscar Tusquets por petición del pintor en el Teatro-Museo Dalí de Figueras.

Mae y Marlene. La Mae de Dalí.

Mae y Marlene. La Mae de Dalí.

La alegre Lola-Lola

Nunca había encontrado a una mujer tan hermosa que hubiera sido tan concienzudamente mal acogida e infravalorada… No le di nada que no tuviera ya. Lo que hice fue dramatizar sus atributos y hacerlos visibles para todos.

Josef Von Sternberg.

Mae y Marlene. Cartel de "El Ángel Azul"

Mae y Marlene.
Cartel de «El Ángel Azul»

 

 

Dicen que Sternberg ojeaba fotos de actrices y starlettes cuando se detuvo al ver la de Dietrich y exclamó: “hermoso culo, pero necesita una cara”. Esa misma noche visitó a Maria Magdalene Dietrich Von Losch en su camerino y supo que ella era la actriz que encarnaría a la pérfida mujer fatal que arrastra a la perdición a un reputado profesor, protagonista de la película que se disponía a rodar en Alemania. Efectivamente, Josef Von Sternberg se había trasladado a este país a petición del entonces famoso actor Emil Jannings, quien convenció al productor Erich Pommer para que contratara al director. Cuando Sternberg llegó de Hollywood, le tenían preparado un guión sobre Rasputín, el cual no le satisfizo en absoluto. Fue entonces cuando se decidió a rodar la película que iba a servir a Jannings de vehículo y que finalmente fue el espaldarazo de Marlene, cuya interpretación de la descocada y manipuladora Lola-Lola eclipsó al ilustre actor.

 

 

 

 

 

 

Der Blaue Engel (El Ángel Azul, 1930)
Basada en la novela El Profesor Unrath de Heinrich Mann
Intérpretes: Marlene Dietrich, Emil Jannings
Director: Josef Von Sternberg

Sus largas y estilizadas piernas envueltas en medias de seda hicieron perder la cordura y la reputación al serio profesor, humillándolo hasta arrastrarlo finalmente a la muerte. La dirección de Sternberg subrayó el erotismo carnal que destilaba una Marlene sin desbastar, pero tremendamente sensual.

Mae y Marlene. El ángel azul.

Mae y Marlene. El ángel azul.

 

 

 

Imposible aceptar el papel, siempre he tenido mala prensa y además no soy muy fotogénica.
Marlene Dietrich

Evidentemente “Svengali Joe” (así le llamaban ya los publicistas norteamericanos) no aceptó un no por respuesta. El 31 de marzo de 1930 se estrenaba en Berlín El Ángel Azul, y Marlene hacía su entrada triunfal en el Gloria Palast, glamourosamente vestida de lentejuelas y aclamada por la multitud.
Las puertas de la meca del cine se abrieron a partir de ese momento para la otrora rechoncha Maria Magdalene.
Había nacido una estrella.

 

Mae y Marlene. Stewart y Dietrich.

Mae y Marlene. Stewart y Dietrich. Notorius de Lang