Miguel Ángel: empezar a ver lo que nunca nos enseñaron los libros

Dicen los Taoístas que el principal recurso del arte es la sugerencia, no la descripción.

Pienso que es necesario prepararnos para ser capaces de ver de una manera analítica, antes de que lo escrito en los libros de arte nos intoxique y nos influya previamente.

Quizá, generar en uno mismo el arte, ante la contemplación de la obra que se percibe, sea su verdadera función.

Se hace necesario aprender a ver y entender el arte, porque nos hará analizar cada expresión artística sin que predomine en nosotros lo que otros dijeron acerca de ella y hará que prime el análisis de cada uno.

Y para empezar a ver es muy importante la observación de la naturaleza, porque nos ayuda a encontrar elementos como el ritmo, el movimiento, la musicalidad, la fuerza, el vacío y la tensió que van a ser comunes en todas las manifestaciones artísticas.

En el caso de Miguel Ángel y del estudio de su obra, predomina lo que otros dijeron más que el análisis individual de cada uno. La mayoría de los libros interpretan la mayor parte de sus obras como inacabadas. Pero, cómo es posible que un genio que termina a los 25 años la Piedad de la catedral de San Pedro, y a los 29 esculpe el David pueda dejar una obra inacabada. No crean todo lo que leen. Él da unos pasos gigantescos con su trabajo y no se queda en lo figurativo. Evoluciona en su obra, a la vez que su arte, y da un gran paso a la modernidad.

El David y la Piedad son figurativos, se quedan en la descripción. Podría haber dedicado toda su vida, o una parte de ella a este tipo de arte; podría haber vivido de su fama y de su obra. Pero no lo hace y va mas allá. Es un hombre adelantado a su tiempo. Crea Los esclavos, Los prisioneros, la Pietá Palestrina, la Pietá Rondanini, con esa técnica del «no pulido», que los más puristas tildan como obra inacabada.

Miguel Ángel Buonarroti o el arte de la sugerencia 2

Pietá Rondanini

Todas estas obras son el arte de la sugerencia del más puro y genial Miguel Ángel Buonarrotti, que deja que lo inconcluso sea terminado en la individualidad del ser humano. Porque lo inconcluso es mas insinuante que lo descriptivo.

Lo inconcluso es mas insinuante que lo descriptivo. El non pulito en la #escultura de #MichelangeloBuonaroti. #Arte. #PietaRondanini. Un artículo de @pilarmariagr Clic para tuitear

Su análisis y exploración de la materia, su evolución artística,  su anticipación al desarrollo del arte, nunca han sido entendidos por aquellos que consideraron sus obras como inacabadas. Arte como parte de un proceso de creación comprometido con la vida misma.

Adentrarme en la obra de Miguel Ángel Buonarrotti me hizo desear dar un salto vital que, como sus esclavos, me liberase de las piedras que oprimen. Ir mas allá de las limitaciones impuestas en el proceso creativo de los «David» por encargo. Y llegar a lograr que la roca, el lienzo o el papel dialogasen conmigo en un enriquecedor lenguaje y encontrar lo que querían que extrajera de ellos.

Es francamente emocionante experimentar lo que la obra te dice, que alguien te haga sentir cómo te aplasta la piedra, cómo te atrapa y te retuerces, y luchar desesperadamente por deshacerte de esa pesada carga. Sentir en tus propias carnes esa lucha encarnizada por la vida.

Eso me ocurrió la primera vez que vi la obra de Miguel Ángel Buonarrotti.

A la búsqueda del arte, de la  creatividad, metáfora del verdadero ser. Sintiendo ese desnudo ante la nada que precede a la creación, la profunda herida que produce el infinito del  vacío, descubrimos que coexisten diferentes horizontes a lo largo del camino de la vida y del arte como parte de un proceso de creación comprometido con la vida misma.

Que los ojos pueden ver mas allá de lo establecido, y que hay nuevas vías de comunicación y de creación.

Porque hemos de empezar a ver y senti aquello que nunca nos enseñaron los libros.

El arte como parte de un #procesodecreación comprometido con la vida misma. Un artículo de @pilarmariagr sobre el gran #MichelangeloBuonaroti. #Arte. #Escultura. Clic para tuitear

Artículo de Pilar García