Paladín de almas de Lois McMaster Bujold

Heroínas singulares

Durante mucho tiempo fue raro encontrar heroínas en la literatura fantástica y, cuando las había, se limitaban a repetir los arquetipos más habituales del imaginario clásico (la arpía –bruja o no–, la doncella virginal –no siempre una princesa–  o algún trasunto de Atenea guerrera, casi una versión femenina del héroe tradicional). El que una historia mágica o épica estuviera protagonizada por una mujer madura de cordura cuestionable y sin metas en la vida hacía de ella algo singular. Pero a McMaster Bujold se le dan muy bien las singularidades.

Ista tiene cuarenta años. Su vida, marcada por una maldición, siempre se ha definido en función de los demás: hija de, esposa de, madre de. Ahora se ha roto la maldición, su hija es reina y tiene su propia familia, ella está viuda desde hace años y su madre acaba de morir. Ante la falta de sustancia de su día a día, decide llevar a cabo una peregrinación sagrada que le sirve de pretexto para huir de la monotonía, aunque no imagina hasta qué punto.

«Con toda seguridad estoy acabada. Ya había completado todos los deberes que la habían definido. […] ¿Qué soy cuando no estoy rodeada de las paredes de mi vida? ¿Cuando todas ellas se han derrumbado y son polvo y escombros?».

Y este es uno de los elementos más interesantes de la historia: el viaje interior que, en paralelo a su aventura, enfrenta a una mujer vacía de contenidos a las posibilidades más allá de los límites condicionados por la sociedad, por el entorno y por sí misma. El personaje de Ista está lleno de recovecos que explorar a la vez que su libertad, incluso al margen del marco fantástico, que suma a la trama una indagación de la religiosidad y la espiritualidad a través de varios de los personajes que intervienen, no solo en la peregrinación sagrada sino en las intrigas en que se ven envueltos, dioses incluidos.

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De lo divino y lo humano

Es precisamente la inquietud por lo divino y lo espiritual lo que en esta novela adquiere cierto protagonismo, además de la odisea personal de Ista, más allá del trasfondo mítico particular de este mundo que mezcla reminiscencias tardomedievales y una especie de paganismo chamánico. Ella ha sido tocada por los dioses, al menos por un dios, si bien no es algo que le haga mucha gracia. Más que un toque, para ella es como una bofetada.

«Cualquiera que desee ver a los dioses cara a cara es un gran imbécil, pensó Ista. Aunque eso no era ningún impedimento según sus experiencias».

A través de sus diálogos, casi siempre involuntarios, con la divinidad, lo sacro y lo profano cobran una dimensión tan personal como cercana, por obra de la confianza que le da ese mano a mano. A pesar de su condición, sin embargo, la santidad es para ella una forma del sentido divino del humor, cínico y un poco negro.

«—Tienes un sentido del humor asquerosodijo ella débilmente.

—Sí, y tú coges cada una de mis bromas».

Pero si el mundo sobrenatural está demasiado cerca para el gusto de Ista, por más que no pueda evitarlo y se convierta en esencial, eso no deja en un segundo plano a sus acompañantes. No hay personajes meramente decorativos, no se da puntada sin hilo y todos tienen su razón de ser. Cada uno de ellos va aportando matices con sus relaciones, sus actos y el alcance de sus consecuencias, qué fronteras se pueden cruzar cuando el apasionamiento salta por encima del pensamiento.

«¿Por qué debería entregárselo a la muerte, o a los dioses o a vos, o a nadie? Es mío. Es toda mi vida.»

Amor y muerte, el tema eterno, y un cierto carácter de epopeya aunque el viaje haya empezado como algo personal y la búsqueda pareciera de algún modo intrascendente. Porque en lo grande está lo pequeño, esa suma de instantes con que se construye el tiempo. Y debajo de esa reina viuda, de esa interlocutora de los dioses, de esa guía de almas, hay una mujer cansada que intenta averiguar cómo ser ella misma.

Datos bibliográficos:

Paladín de almas. Lois McMaster Bujold

Factoría de Ideas, 2005 (3ª ed.)

Traducción de Antonio Calvario Márquez.

Sinopsis de contraportada:

«Todas las historias de fantasía comienzan con un muchacho huérfano que emprende un viaje de aprendizaje en busca de su destino… O no.

Una falsa peregrinación, una excusa para emprender un periplo que la aleje del hastío y la soledad de la vida en Valenda. Lo que empieza como una simple excursión se convertirá para la royina viuda Ista en una prueba de fuego, una peligrosa aventura en la que peligrarán vidas y almas, pero cuyo premio bien pudiera merecer la pena».

Paladín de almas obtuvo los premios Hugo y Locus 2004 y Nébula 2005.

 

Paladín de Almas. Reseña de Aránzazu Mantilla Santiuste

Fotografía de portada: https://unsplash.com/