Progenie de Susana Martín Gijón. Reseña de Mari Carmen Sinti.

Progenie, de Susana Martín Gijón, esa sensación de tener pendiente su lectura

Entre las novelas de los invitados que vienen a la radio, los que me piden leer para hacer una reseña y los de los clubs de lectura en los que participo, tengo copada mi lectura anual que pasa del centenar y que, en los últimos tiempos se compone, en un noventa y tantos por ciento, de autores del país, cosa que me está descubriendo a escritores desconocidos que me están sorprendiendo, tanto por su calidad como por el modo en que tratan el género.

Eso me ha sucedido con ProgenieSusana Martín Gijón, que tuve en lista inminente pues iba a moderar una mesa donde participaba el año pasado en el Festival Black Mountain Bossòst, pero al final no pudo ser y otra lectura pasó a ocupar su lugar. Sin embargo, esa sensación de tenerla pendiente me quedó latente en la memoria y este ha sido mi desquite. Quizás por eso la he cogido con más ganas.

Pero antes, la sinopsis

Sevilla, ola de calor. Todo el que puede huye a la playa. No así Camino Vargas, jefa accidental del Grupo de Homicidios desde el tiroteo que dejó en coma al inspector Arenas. Alguien ha atropellado salvajemente a una mujer y se ha dado a la fuga. Este asesinato se va a transformar en el foco de atención mediática cuando se filtre un dato aún más perturbador: el homicida introdujo un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. Todos los indicios apuntan a la expareja, un maltratador psicológico, y las estadísticas no están de su lado. Sin embargo, cuando la autopsia desvele que la víctima estaba embarazada y los asesinatos comiencen a sucederse, Camino comprenderá que se halla ante el caso más duro de su carrera.

Alguien atropella salvajemente a una mujer y se da a la fuga. El homicida introduce un chupete en la boca de la víctima antes de desaparecer de la escena del crimen. #Progenie @Alfaguara_es @SusanaMGijon #Reseña @Sintaxia_t Clic para tuitear

Hace calor, mucho calor… Reseña de Progenie

Y así será, el caso más duro con el que se enfrentará la inspectora Camino Vargas, la jefa del Grupo de Homicidios, que no tiene reparos en mostrar su carácter agrio y malcarado a todo el que se cruza en su camino. Ocupando este cargo casi impuesto por las circunstancias dramáticas que dejaron en coma a su compañero con el que le unía una sincera amistad, no entendida por todos, trata de solventar de la mejor manera posible un caso difícil y que necesita más mano izquierda de la que ella es capaz de usar. Camino es una mujer que se autoexige mucho, tratando de demostrar que es tan válida como lo era el inspector Arenas, incluso mejor que cualquier hombre. Se ha encontrado un equipo que no la acoge precisamente con los brazos abiertos y que tampoco la entiende, por lo que a lo largo de la historia tiene que imponer su autoridad, no siempre bien recibida.

Camino es una mujer que se autoexige mucho, trata de demostrar que es tan válida como lo era el inspector Arenas, incluso mejor que cualquier hombre. #Progenie @Alfaguara_es @SusanaMGijon #reseña de @Sintaxia_t Clic para tuitear

A Camino, al ser la inspectora segunda, le ha tocado asumir las funciones de coordinación del Grupo de Homicidios. Ha pasado a ser la jefa que dirige los casos, y aunque las malas lenguas puedan decir que le ha venido bien, lo cierto es que detesta esa posición de mando. No tiene ni la diplomacia para torear los intereses de los políticos, ni la empatía y las formas necesarias para lidiar con las sensibilidades de un equipo.

Y hace calor, mucho calor.

Los personajes secundarios la complementan. El oficial Pascual Molina, uno de los pocos que la entiende e intenta por todos los medios agradarle, no muy satisfecho con su físico, se pasa la novela a base de dieta, ejercicios y restricciones para sentirse mejor consigo mismo, lo que hace que este personaje te caiga bien desde el principio por lo sencillo y sincero que es. También tiene importancia el personaje de la forense, Micaela Velasco, única doctora que no disgusta a Camino y entre las que hay una relación que, lejos de constituir una estrecha amistad, sí tiene algo más de calidez que las relaciones con el resto de los personajes.

—Ahora vemos qué nos cuenta. ¿Quién está de guardia?

—La doctora Velasco.

Micaela, bien —el humor de la jefa mejora. Es su forense favorita. Además de competente, es una mujer alegre y siempre dispuesta a echar un cable en lo que haga falta—. ¿Y el juez?

San Millán.

—¿El novato? No todo iba a ser bueno.

Y con el tremendo clima estival de la capital sevillana como escenario de fondo, Progenie va adentrándose en una trama compleja cuyo tema principal es una serie de asesinatos muy peculiares perpetrados por una mente enferma y cuyas víctimas tienen un nexo común: todas estaban embarazadas y eran pacientes de la misma clínica de fertilidad por lo que, paralelamente a esta búsqueda de un asesino en serie, Camino Vargas y su equipo, Pascual Molina, el joven subinspector Fito Alcalá, Lupe Quintana, una policía tímida pero laboriosa que se ha unido con el último traslado y Teresa Amador, que porta los nada desdeñables galones de ser la mujer con más veteranía en el cuerpo, lidian con el aderezo de las relaciones de parejas homosexuales, las técnicas de fecundación artificiales y los efectos hormonales devastadores, el maltrato psicológico, las relaciones paterno-filiales o el respeto en el trabajo.

Cuando se metieron en el tratamiento, ninguna de las dos alcanzaba a imaginar las consecuencias. Nadie las avisó de lo duro que sería. «Es un tratamiento sencillo, no invasivo», les decían entre falsas sonrisas. Y un carajo, no invasivo. Es tan invasivo que ha ido conquistando cada una de las parcelas de la vida de ambas. Primero empezó con el cuerpo de María Jesús, con los cambios hormonales, la hinchazón, las molestias, las cefaleas. Después fue creciendo hasta llegar a su cabeza, ganando la batalla a su eterno buen humor, borrando las sonrisas de su rostro cada día un poquito más, sustituyéndolas por llantos repentinos, por taquicardias, por una ansiedad que le entraba cuando menos lo esperaban y que era incapaz de manejar. Y cuando no tuvo bastante con María Jesús, fue a por ella, a por la relación que habían construido.

 

Hasta alguien como Camino, que no siente simpatía por los misterios de la reproducción ni por los mocosos que derivan de ella, es capaz de comprender la carga de frialdad añadida que se requiere para perpetrar un crimen así. Y de indignarse por ella. Porque las injusticias son la gasolina que la pone en marcha, y quitar de en medio a una futura madre es de las más despiadadas con las que le ha tocado lidiar. Y no va a parar hasta encerrar a quien haya sido capaz de cometerla.

Con el tremendo clima estival de la capital sevillana como escenario de fondo, @SusanaMGijon nos introduce en una trama compleja cuyo tema principal es una serie de asesinatos perpetrados por una mente enferma. #Progenie @Sintaxia_t. Clic para tuitear

Progenie y Camino Vargas, ¿la primera entrega de una nueva serie?

Con capítulos cortos que empiezan por una frase sentenciosa, un lenguaje elaborado pero ágil y unos diálogos jugosos que no tienen desperdicio, Susana nos sumerge en la velocidad de este policial con ritmo de thriller, sin su protagonista anterior, la agente Annika Kaunda, pero que muy bien podría ser la primera entrega de una nueva serie.

Ah, y notando ese sudor pegajoso mientras leemos Progenie, propio de la ola de calor que acompaña a los personajes, tan bien descrito por una sevillana con conocimiento de causa. Esperemos que la próxima aventura de Camino Vargas y su equipo suceda en invierno. Y que Susana Martín Gijón nos la quiera narrar.

Con capítulos cortos que empiezan por una frase sentenciosa, un lenguaje ágil y unos diálogos jugosos que no tienen desperdicio, @SusanaMGijon nos sumerge en este policial con ritmo de #thriller. @Alfaguara_es #Progenie @Sintaxia_t Clic para tuitear

 

Progenie de Susana Martín Gijón. El caso más duro de la inspectora Vargas

 

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Reseña de Mari Carmen Sinti

Montaje de la portada David De la Torre

 

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