Para su octavo poemario la ya veterana —a pesar de su juventud— poeta Itziar Mínguez Arnáiz (Barakaldo, 1972) ha escogido como principal temática lo que ella misma califica como una «autobiografía poética». Así, en los cincuenta y un poemas que conforman Qwerty ella busca entender, mediante un minucioso rastreo, algo realmente complejo: su relación con el poema, una unión apasionada y contada en clave de historia de amor (y desamor, añado yo).

Quizá sea debido a que la experiencia es un grado, pero he tenido que aguardar hasta este momento para encontrar, en otro verano sin crímenes leídos, un poemario monotemático que se proponga exprimir hasta la última gota al asunto elegido. No era tarea fácil, y más cuando se ha optado por un contenido de calado intelectual —una suerte de metaliteratura— al que felizmente la autora sabe explotar en decenas de accesibles composiciones.

Estos triples saltos mortales sin red (tanto en verso como en prosa) siempre cuentan con mi entusiasta aplauso.

Y de entrada hay que dejar constancia de cómo la lectura de Qwerty supone una notable sacudida. Tanta vitalidad creadora, desplegada en una estrategia independiente frente a cualquier precepto literario de curso legal, no debería dejar indiferente a nadie. Porque en todo momento defiende Itziar Mínguez lo que el ejercicio de la literatura —sin distinción de géneros, aunque la apología parta desde la poesía— tiene de aventura, de peligro indagatorio, de búsqueda de normativas no coincidentes con los patrones de más habitual divulgación.

En su poesía, Itziar Mínguez defiende lo que el ejercicio de la literatura tiene de aventura y peligro indagatorio. #Qwerty, vitalidad creadora. #Poesía. @Siltola. #Reseña de Manu López Marañón. Clic para tuitear

Cualquier vocación desarrollada paciente e intensamente acaba por convertirse en una función casi física, en una forma de existir que abarca a todo el individuo. La vocación poética de esta baracaldesa es de ese tamaño. Un extenso grupo de poemas cabrían ser citados aquí: «Reencarnación», «Tengamos la fiesta en paz», «Ensayo y error» o «Ser poeta» son una buena muestra.

Quiero subrayar que los versos de esta autora no aspiran a ser expresión incondicionada de una subjetividad, sino a plasmar la relación en que ésta se encuentra con respecto a un mundo tan particular —y en ocasiones tan desquiciado— como resulta ser el de la creación (en este caso con palabras). No es Itziar Mínguez una de esas poetas menores cuya voz está siempre a favor de sus propias emociones. Muy al contrario, en Qwerty hay una conseguida interacción, en permanente tira y afloja, entre experiencia y creación. Y eso es lo poéticamente interesante y que tan brillantes frutos da. Ejemplifican a la perfección este casi cruento combate: «Ni contigo ni sin ti», «Último asalto» o «Enemigos íntimos».

Itziar Mínguez no es una poeta cuya voz está siempre a favor de sus propias emociones. #Qwerty es un poemario en permamanente tira y afloja entre experiencia y creación. #Poesía. @Siltola. #Reseña de Manu López Marañón. Clic para tuitear

Es Itziar Mínguez una poeta acerada, de sutiles mañas críticas. Pero no es el suyo —desde luego— un humor de descalificación ni de bajo calado: está inscrito en una especie de variante de la tradición satírica latina. Desde este registro, su crítica de la sociedad («Libertad de expresión»), de sus actitudes morales («Artistas», «Los críticos»), o las metafóricas caricaturas de la vida («El censor», «Leyenda urbana»), desembocan en una crisis de escepticismo («Happy end») donde hasta la ironía se convierte en sátira («Confesiones de poeta»), en parodia o simplemente en chiste («Protocolo»).

El defecto general de los poetas es la extensión, así como el defecto de los prosistas es la vulgaridad, lo que hace a los primeros aburridos y a los segundos evitables. Qwerty puede leerse de una sentada. Yo lo he hecho en dos, pero es porque he tomado notas. Si habitualmente no leen poesía, o llevan sin hacerlo desde la última vez que se confesaron, anímense con los versos de Itiziar Mínguez Arnáiz. No vendrán a pegarme. Ahora mismo yo voy a hacerme con Idea intuitiva de un cuerpo geométrico, último poemario de esta prolífica y genial autora. Que no pare la fiesta.

ENSAYO Y ERROR

En la vida / como en la escritura / hay que fallar muchas veces / para acertar una / y en ocasiones ni eso.

 

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Reseña de Manu López Marañón

Como casi siempre, la portada de esta reseña es obra de David de la Torre