Dos miradas, sólo dos, le bastan a Carlos Bassas para mostrarnos los rincones más oscuros del alma humana. Son recovecos que todos sabemos que existen, algunos incluso somos conscientes de su existencia en nuestro interior, pero, sin embargo, nos esforzamos para mirar a otro lado cada vez que asoman por alguna esquina. Inmunes como somos al sufrimiento televisado, nos molesta el dolor cercano, el que se refleja en la cara de quienes nos cruzamos por la calle. Por eso no vemos, tantas veces, el drama que se vive aquí mismo, a nuestro lado.

Soledad es una novela dura, porque nos muestra un dolor cotidiano, real, cercano, perfectamente reconocible. Y lo hace sin artificios, sin un solo adjetivo de más, lanzando las palabras como dardos que atinan en nuestras terminaciones nerviosas y nos sacuden de la cabeza a los pies.

#Soledad, de @BassasCarlos, es una novela dura, porque nos muestra un dolor cotidiano, real, cercano, perfectamente reconocible. Y lo hace sin artificios, sin un solo adjetivo de más. @AlrevesEditor. #Reseña: @SusanaRLezaun. Clic para tuitear

Dos miradas, la de Soledad y la de Romero, bastan para devastarnos el alma.

Pero no es mi intención asustar al lector, ni alejarlo de estas páginas. Al contrario. Es una delicia acompañar la afinada prosa del autor a través de la historia: la nena ha muerto. La han matado. La nena, de solo catorce años, la hija de Soledad, ya no está. Hacía tiempo que nada era como antes, aunque Soledad se negara a darse cuenta, pero ahora ya no tiene excusa ni rincón en el que esconderse. Tendrá que enfrentarse a su devastadora realidad: inmigrante, violada de niña por el que hoy es su marido, esclava de su suegra, madre de lo único que la hace feliz, su razón para seguir viviendo, y que ahora alguien le ha arrebatado. Arde de ira y de dolor. De soledad.

Los otros ojos son los de Romero, el policía encargado de investigar el caso. Unos ojos cansados, que llevan demasiados años contemplando el lado más oscuro de la vida y que no sabe si quiere seguir haciéndolo.

Hay pesar en esta novela. Lo hay en cada página, casi en cada palabra. Es el dolor de Carlos Bassas, que se muestra como nunca hasta ahora lo había hecho.

La novela es la búsqueda del asesino de la nena. Sin embargo, quizá esta vez la verdad no nos libere, sino que sea tan devastadora como un tsunami. Saber, descubrir qué, quién, cómo, dónde y por qué, puede matarnos.

Estamos, en mi humilde opinión, ante una de esas pocas novelas que HAY que leer. Al terminar, cerraréis los ojos y recordaréis el regusto amargo de un trago largo. Sanador y cálido a pesar de abrasarnos la garganta a su paso. Así es Soledad.

Una #novela que hay que leer: como un trago amargo, sanador y cálido. Así es #Soledad, de @BassasCarlos. @AlrevesEditor. #Reseña de @SusanaRLezaun. Clic para tuitear

 

 

Soledad, de Carlos Bassas. Dos miradas sobre los recovecos del alma 1

 

 

Soledad

Carlos Bassas del Rey

Mayo de 2019

Editorial Alrevés

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Reseña de Susana Rodríguez Lezaun

Y el montaje de la portada también es de ella