The Mandalorian: 2×02. Capítulo diez. Cuando la historia es una colección de guiños bien construidos

Segundo episodio de la temporada dos de The Mandalorian, capítulo diez. Sin spoilers, sin destripes, seguimos la serie de mayor éxito de Disney Plus a través de los sumarios que Aglaia Berlutti nos trae cada semana.

The Mandalorian: 2×02. Capítulo diez

The Mandalorian conserva toda su elegancia salvaje y sofisticada de wéstern moderno en el capítulo 10, en el que la acción transcurre casi en la secuencia inmediata en que acabó el capítulo anterior. Una sabía decisión que deja claro que Favreau tiene toda la intención de construir una historia en que la noción sobre el pasado y el presente, sean contexto antes que elementos sustanciales para narrar lo que acontecerá a continuación. En una serie que ya anunció su intención de recurrir de a la mitología de Star Wars para establecer paralelismos con el tronco central de la trama, el interés del equipo de producción en que la serie tenga algo que contar antes de ser absorbida por una historia mucho más amplia, es de agradecer.

Si la semana anterior, Mando tuvo que recurrir a todos sus recursos para sobrevivir, conocimos algunos secretos de Tatooine y Timothy Olyphant encarnó la pista falsa más llamativa en la búsqueda del emblemático Boba Fett, el segundo episodio de la nueva temporada de The Mandalorian profundiza en la cuestión elemental del argumento. ¿A dónde nos conduce la desesperada búsqueda del mandaloriano por otros de su especie? El guion usa de nuevo un giro argumental propio del wéstern para brindar subtexto a la obsesión de Mando por encontrar a los de su tribu, a la vez que intenta revelar el misterio de Baby Yoda, que, por ahora, sigue en un sospechoso segundo plano.

La cuestión se plantea desde lo básico y quizás allí resida la importancia de la forma en que The Mandalorian avanza con cuidado en sus puntos más importantes: a pesar del empeño del mandaloriano por llevar al niño con sus congéneres o en todo caso, con quienes pudieran comprender sus poderes, también necesita comprender cuánto de esa decisión influye sobre su futuro. Para bien o para mal, Mando continúa siendo un cazarecompensas y uno que ahora lleva sobre sus hombros el estigma de haber traicionado a un cliente. Esta percepción sobre las decisiones morales de Mando y la forma como influyen en el programa, analizan con cuidado el recorrido del personaje por su propio laberinto de conflictos, incluso cuando el centro de interés sigue siendo la extraña relación que sostiene con la pequeña criatura que protege.

El episodio diez, dirigido por Peyton Reed (Ant-Man And The Wasp), une los hilos justo donde el showrunner Jon Favreau las dejó la semana pasada: Mando (Pedro Pascal) regresa a la chatarrería de Peli Motto (Amy Sedaris) en Mos Eisley para encontrar cualquier cosa  — por pequeña que sea —  que le lleve a la búsqueda de otros mandalorianos. Para Mando no se trata de una misión, se trata de una decisión basada en la posibilidad de que el Niño no sólo sea un encargo extravagante de un cliente misterioso, sino el centro de una batalla con fuerzas superiores a las propias que no podrá llevar a cabo de inmediato ni con facilidad.

Después de una bien coreografiada pelea en el desierto  — es evidente que la serie está interesada en mostrar que Mando es algo más que el tutor del niño más querido del borde exterior —  Motto le da a Mando su siguiente pista clara: hay noticias de otros mandalorianos han sido vistos en un planeta cercano. Lo siguiente es una extrañísima secuencia que tiene algo de tragicómica y que emparenta con los momentos más extraños de Star Wars, lo que hace aún más entrañable el hecho que la serie esté evolucionando hacia un nivel más intrigante sobre sus raíces como parte de la mitología de la Saga. Por supuesto, se trata de un guiño que supone una reinvención: la araña gigante  — leíste bien —,  con la que Mando se tropezará a no tardar, tiene una evidente relación con la pléyade de criaturas cada vez más elaboradas y extrañas que pueblan el universo del programa. Sin duda, The Mandalorian es todo lo que las recientes trilogías pudieron ser y no fueron: una combinación de aventura por momentos chillona e inexplicable  — esta lo fue —  y algo más oscuro y siniestro, que se adivina con lentitud a medida que el argumento demuestra que hay mucho que decir sobre la virtual desaparición de los mandalorianos. Para el siguiente capítulo, sabremos qué otro mandaloriano espera en Trask. ¿Podría ser el rumoreado debut en vivo de Bo Katan? ¿Sabine (de Star Wars: Rebels)?

¿Un pequeño regalo para fanáticos? Atentos al juego de cartas de Motto con el Doctor Mandible, una gran hormiga que tiene un aspecto muy semejante a… adivinaste: una de las mascotas imaginadas por Peyton Reed para Ant-Man y Ant-Man and The Wasp.

Un artículo de Aglaia Berlutti

Montaje de portada: David de la Torre

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