Orson Welles le contó al director Peter Bogdanovich que una noche no podía dormir y se le ocurrió una historia sobre un anciano director de cine en la que diferentes voces se cruzaban para contarla. Esa historia sería el germen de Al otro lado del viento.

Se escucharán conversaciones grabadas, entrevistas, y se verán escenas muy diferentes entre sí que irán ocurriendo al mismo tiempo mezcladas con documentales, fotos fijas, películas, cintas magnetofónicas que serán testigos de su pasado. Haré la película a partir de todas estas materias primas. Todo esto, con un montaje atrevido, innovador.

En los años setenta se puso manos a la obra y estuvo trabajando hasta su muerte, habiendo terminado casi el cincuenta por ciento de lo que se proponía. Pero después de su fallecimiento, el film entró en un limbo del que no consiguió escapar hasta hace muy poco tiempo. Las razones son diversas, pero la principal tal vez haya sido la Revolución Islámica de Irán de 1979: una parte sustancial del presupuesto había sido aportado por el cuñado del Sha (Welles siempre dijo que el cine no tenía moral y había que recurrir a Dios y al diablo para conseguir dinero).

Al otro lado del viento. El testamento de Orson Welles

#OrsonWelles siempre dijo que el cine no tenía moral y había que recurrir a Dios y al diablo para conseguir dinero. Al otro lado del viento, un montaje atrevido e innovador. En #Netflix. #Cine con @plasencia_oscar. Clic para tuitear

Luego de los cambios políticos, la compañía iraní pidió un carísimo rescate para liberar la película y esta se quedó en una caja fuerte durmiendo un largo sueño hasta el rescate definitivo, financiado por diversas personas, instituciones y empresas hace menos de un par de años, y vio la luz por primera vez en una sala de cine en el marco del Festival de Cine de Venecia, treinta y tres años después de la muerte de su creador. Orson está de vuelta con una amplia sonrisa de dulce venganza.

El extenso e irregular rodaje dio como resultado más de cien horas de metraje bruto filmadas a lo largo de un lustro. Orson Welles gritó el primer «acción» en el apogeo del nuevo Hollywood de Coppola, Scorsese, Altman o Ashby, y terminó con el declive de ese Hollywood y la llegada del cine infantil de George Lucas y Spielberg que con sus enormes recaudaciones acabaron con un cine adulto, inteligente, creativo y arriesgado, algo que aún hoy seguimos padeciendo. Por suerte, Welles ya no está para verlo.

Al otro lado del viento tal vez sea la película más experimental de Welles. Va más allá de F for Fake, (Fraude) una de las grandes obras de su filmografía. Pero ¿cómo hubiera sido Al otro lado del viento si se hubiera rodado sin tantos parones y se hubiera editado sin tantas carencias? ¿Igual? ¿Completamente diferente? Imposible saberlo. Lo único cierto es que gracias al enorme talento de Orson para contar historias, con medios o sin ellos, siempre encontraremos más sorpresas en un minuto de su cine que en todas las sagas que hoy llenan los cines. En palabras de Josh Karp «una de las cosas que hay que comprender de Welles es que era un narrador extraordinario, en la pantalla, en la mesa a la hora de la cena, sobre el escenario, en su salón. Su vida, sus aciertos, sus errores, sus imponentes logros, sus fracasos épicos fueron todas magníficas historias que Orson contaba de forma magistral. Al otro lado del viento no hace más que confirmarlo con creces».

Al otro lado del viento confirma que #OrsonWelles fue un narrador extraordinario. Siempre encontraremos más aciertos en un minuto de su #cine que en todas las sagas actuales. En #Netflix. @plasencia_oscar. Clic para tuitear

 

 

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Dirección: Orson Welles.

Guión: Orson Welles y Oja Kodar.

Actores: John Huston, Oja Kodar, Peter Bogdanovich, Susan Strasberg y Robert Random.

Duración: 122 minutos

 

Artículo de Óscar Plasencia