David Parcerisa a la fresca

Desmontando a Charles Darwin

David Parcerisa a la fresca.

David Parcerisa a la fresca.

La noche del sábado 4 de julio asistí a la XI Jornada del Misteri de Palol de Revardit (Girona) y allí tuve el placer de conocer y de charlar con uno de los mayores investigadores españoles en el terreno de la ufología (que, quizá a muchos, por tal de preservar su propia salud mental dentro de cierto orden establecido, interese llamarla Ciencia Ficción). David Parcerisa es un tipo sencillo, escritor y periodista que ha librado en La Nave del Misterio auténticas batallas verbales contra los más acérrimos defensores del mundo científico, como José Manuel Nieves, un periodista especializado en Ciencia y Tecnología del diario ABC que también es un asíduo del programa de Iker Jiménez. Y, vosotros, los queridos lunáticos y lunáticas que me estáis leyendo desde algún asombroso lugar con sombra –pero no necesariamente con aire fresco-, escaqueándoos de vuestros suegros, de vuestros hijos y hasta de vuestra mujer o de vuestro marido, pero sobre todo del sol –la estrella que nos da la vida y que, paradójicamente, es una seria amenaza para la humanidad, según Parcerisa-, debéis saber que este valiente periodista se cargó de un plumazo la teoria evolucionista de Darwin. Sí, como oís. Y el hombre se quedó tan ancho, aunque todavía más ancho pareció quedarse el público, que en su mayoría estaba allí para relajarse y tomar la fresca veraniega, limitándose a oír sordamente las alarmantes revelaciones de Parcerisa bajo los reconfortantes tapones protectores del mercado esotérico. Durante la conferencia, David Parcerisa insistió en que la teoría del origen de las especies de Charles Darwin, por tantas veces repetida, se ha convertido en una verdad –a expensas de encontrar el famoso eslabón perdido– cuando, en realidad, a día de hoy, no se ha demostrado que el hombre sea propiamente una evolución del mono. A mi juicio, el susodicho y cansino «eslabón perdido» jamás ha existido y, aun así, probablemente lo seguirán buscando por los siglos de los siglos.

@Rimbel37 se cargó de un plumazo la teoría evolucionista de Darwin. @XavierAlcover Clic para tuitear

¿Pastilla roja o pastilla azul? Tú eliges

Antes de empezar la charla y durante un espectáculo de la Danza del Vientre, David Parcerisa me comentó que no busca ni quiere engañar a la gente. Lo contrario, vive honradamente del trabajo que más le gusta, de sus investigaciones a partir de manuscritos antiguos, de sus libros, de su empeño por saber de dónde demonios venimos y de qué va este Gran Circo llamado Mundo, aunque, en verdad –y disculpad mi tono- estas cosas no suelen importar un pepino a nadie. Lo entiendo. El verano está para refrescarse y no para «calentarse» la cabeza con historias que, en apariencia (y solo en apariencia) no tienen ni pies ni cabeza. ¿Por qué vamos a reflexionar sobre el sentido de la vida si no vamos a llegar a ninguna conclusión? ¡Joder, amigos, que han llegado las vacaciones de verano! Esto es así y también me alegro, pero a mí me preocupa que una de las cuestiones más fundamentales de nuestra existencia interese solo bajo el disfraz del esoterismo, porque pone de manifiesto lo hipnotizados (o idiotizados) que estamos en un mundo de autómatas que, por muchas luces y a pesar de sus permanentes y alargadas sombras, seguimos sin comprender. Sin embargo, David Parcerisa me comentó que cada vez hay más gente dispuesta a escuchar fantásticos argumentos colmados de verosimilitud, lo cual significa que las teorías clásicas sobre el origen de la humanidad ya no se sostienen. Cada vez hay más personas despertando del largo letargo del sinsentido de la vida. ¿Vas a seguir leyendo, amigo, o te vas a ir a dar un chapuzón? Ya sabes, pastilla roja (seguir leyendo) o pastilla azul (chapuzón). Tú eliges.

Si habéis decidido seguir leyendo os diré la verdad, señoras y señores, la verdad que se (nos) oculta tras un velo negro que apenas nos deja ver las estrellas. Pues bien, esta verdad no es nada idílica ni en el origen ni en la actualidad. ¿Quién o quiénes nos han creado? ¿Son benévolos o malévolos? ¿Por qué los seres humanos seguimos destruyéndonos a nosotros mismos? ¿Hay alguna semilla del mal dentro de nuestro código genético? ¿Estamos siendo manipulados e inducidos a hacer el mal por alguna razón? Con el corazón y la conciencia que los mismos dioses antiguos –unos favorables al control de la humanidad y otros partidarios de su libre albedrío- nos han dado, hago mía una cuestión que planteó enérgicamente el propio Parcerisa: ¿Seguís creyendo que el ser humano es tan cabrón por naturaleza? ¿Qué o quién nos impide evolucionar hacia un estado de auténtica paz y armonía?

La Teoría de los Antiguos Astronautas, de Zeccharia Sitchin, una alternativa a La Biblia y a Darwin que explica el origen de la humanidad

El escritor y periodista catalán se basa en el trabajo iniciado por el malogrado periodista Zeccharia Sitchin, quien intepretó, siempre según los hallazgos arqueológicos (unas tablillas de arcilla pertenecientes a la antigua civilización sumeria) que los Anunnaki (que literalmente significa “los que vinieron de los cielos”), auténticos maestros de la genética, vinieron del espacio exterior y crearon al ser humano (o lo recrearon según sus propios intereses, haciéndolos esclavos para la extracción de oro en las minas) y, antes de irse dejaron en todo el mundo un linaje de sangre a través de las eternas y tiranas monarquías formadas por hombres y mujeres que nacieron alrededor del símbolo de la serpiente o del dragón (lo cual no es casual, pues en cualquier rincón del planeta, cualquier manuscrito perteneciente a cualquier civilización antigua hace mención de los susodichos dioses-lagarto).

Zecharia Sitchin. David Parcerisa a la fresca.

Zecharia Sitchin

Las monarquías estarían formadas por híbridos humanos con sangre perteneciente a la realeza de los Anunnaki, los gigantes seres escamados de lengua bífida y ojos ofidios que, en resumidas cuentas, serían los dioses que nos crearon. Esta es la Teoría de los Antiguos Astronautas, que propone una versión distinta a la de los orígenes de la humanidad y que supone una alternativa más creíble que la propia Biblia (donde el Génesis no es más que un mito) e incluso más creíble que la propia teoría evolucionista de Darwin, completamente a la deriva y más perdida que su propio eslabón. Según la teoría de los Antiguos Astronautas fuimos creados por razas alienígenas que vinieron a la Tierra hace varios miles de años, allí encontraron a una raza humana evolucionada y la cruzaron con el mono para minimizar sus virtudes y esclavizarla a lo largo de la historia. No es que sea una teoría increíble –más digna de un guión de una serie de ciencia ficción como “V”- es a mi juicio la teoría más creíble que, hoy por hoy, existe sobre la faz de la tierra. David Parcerisa empezó siguiendo a Sitchin, lo investigó a fondo y acabó por alinearse con las tesis del francés Anton Parks. Sin embargo, ambos coinciden con SiTchin en la idea básica: los numerosos manuscritos de las civilizaciones antiguas (incluso los encontrados recientemente en las cuevas de Qumran) hablan de que nuestros creadores vinieron de los cielos y nos esclavizaron. El resto de la historia que SiTchin explica en sus libros es una interpretación de las tablillas sumerias que Parcerisa cree exagerada –quizá interesadamente para desinformar- pues, él mismo, que ha estudiado minuciosamente dichos manuscritos, asegura que en ningún caso en las tablillas sumerias se habla de planeta alguno llamado Nibiru, ni de que los dioses vinieran exclusivamente para explotar las minas de oro de la Tierra, esclavizando para ello a la raza humana.

Anton Parks y David Parcerisa se desmarcan de la teoría de Sitchin

Anton Parks. David Parcerisa a la fresca.

Anton Parks.

Hay una idea de fondo mucho más brutal y estremecedora: el ser humano, según Parcerisa y Parks, sería un mero campo de cultivo (aquí entra de lleno la idea de Matrix, donde los seres humanos serían meras pilas necesarias para el funcionamiento de un sistema controlado por las máquinas), esto es, una granja cuyos ramaderos, al tratarse de seres más evolucionados que nosotros -interdimensionales y psíquicos- se alimentarían presuntamente de nuestras emociones negativas y no solamente de carne humana. Sí, habéis escuchado bien: “No solamente de carne humana”. Esto no lo digo yo ni lo dicen cuatro gilipollas para que nos lo creamos. Esto lo han revelado testimonios creíbles, personal militar que, debido a su estado critico de salud, o bien a su «mala conciencia» y sentido de responsabilidad, han roto el pacto de silencio que, en realidad, siempre se sostuvo a partir de la coacción desde las Altas y Oscuras Esferas. De ser todo esto cierto, estaríamos hablando de una realidad escalofriante: no solo estamos manipulados por nuestros propios políticos, sino que, desde nuestros orígienes, estamos manipulados por una raza extraterrestre que nos ha creado para exprimir al máximo nuestra maldad y beberse el néctar de nuestra energia negativa. Demasiado fantástico para ser cierto, ¿verdad? Pero ¿qué otra explicación encontráis sino a una historia humana plagada de guerras y de miseria? Muchos están empezando a intuir que matarnos entre nosotros está probablemente enriqueciendo a alguien. Es un negocio redondo que no solo implica dinero para la indústria armamentista, la más poderosa del mundo, sino un rico manjar para la élite humana iluminati de sangre fría –las actuales monarquías y élites gobernantes- que controlan a la humanidad y que están todavía al servicio de nuestro mayor enemigo: la raza reptiliana pura que está por todas partes y que cuando se materializa vive bajo tierra, en una suerte de averno donde se les proporciona carne fresca de bebés humanos como condición sine qua non para evitar que los demonios -nunca mitos, siempre reales- suban a la superfície a procurarse el alimento para garantizar su propia subsistencia. Estas son las cloacas de nuestro mundo según la Teoría de los Antiguos Astronautas. Y, cuidado, esta teoría está siendo corroborada por muchos ex militares que en su día poseyeron acreditaciones top secret del más alto nivel, que han visto con sus propios ojos cosas inaceptables y que ahora han decidido revelar al mundo la verdad sobre el origen extraterrestre de la humanidad (podéis mirar, por ejemplo, el Disclosure Project en Youtube).

¡Venga, ahora tomémonos la pastilla azul y vayamos a pegarnos un buen chapuzón!

David Parcerisa a la fresca. Desmontando a Charles Darwin, de Javier Alcover