En plena Galicia medieval, cuando los castillos se alzaban como símbolos del abuso y el miedo, un grupo de hombres y mujeres decidió que ya era suficiente. Así comienza la historia —real, casi increíble— que Carmen Blanco Sanjurjo rescata en Gorriones y halcones. El viento en la piedra, una novela histórica que no solo reconstruye una revuelta popular.
Por qué leer Gorriones y halcones
Leer Gorriones y Halcones fue para mí todo un descubrimiento, porque esta novela reúne algo poco común: el talento y el rigor de una autora debutante y el compromiso, la honestidad y la calidad de una editorial como Ediciones del Viento.
Y porque narra las guerras Irmandiñas como no se había hecho en la literatura.
Argumento
En 1467, trescientos veintidós años antes de la Revolución Francesa, se instaura en Galicia el segundo gobierno democrático de Europa —después del griego—, con la primera Xunta de Melide. La carta del rey Enrique IV autorizando el derrocamiento de las fortalezas donde se ocultan malhechores protegidos por la nobleza predadora, enciende la chispa de la revuelta Irmandiña que hunde las raíces de la libertad bajo los muros de las fortalezas. Nobleza, clero, burguesía y pueblo llano, sin distinción de edad, raza o condición, luchan unidos contra los abusos generalizados y la violencia de muchos de los nobles, logrando echar del reino a todos aquellos que no juran la constitución de la hermandad aprobada por el rey.
Los nobles Diego de Lemos y Mayor de Ulloa, Pedro Osorio y Urraca de Moscoso, Alonso de Lanzós y María de Montaos, vivirán peripecias vitales que pondrán a prueba los límites de su valor y su temple. En este libro se narran los hechos que llevaron a aquella apasionante revuelta. Sin zombies ni dragones, la realidad de lo que pasó en Galicia a finales del SXV supera la ficción más descabellada.
En la novela histórica Gorriones y halcones Carmen Blanco Sanjurjo reconstruye la revuelta popular de las Irmandiñas, un episodio histórico singular que supera la ficción más descabellada. #Reseña: @soniayanezcalvo. Compartir en XEstilo
El lenguaje de Carmen Blanco Sanjurjo es cuidado y accesible, lo que permite que la historia fluya con naturalidad, manteniendo el interés y la emoción en cada página. La autora consigue un equilibrio notable entre el rigor histórico y la riqueza narrativa, esquivando la rigidez documental sin sacrificar la precisión. El ritmo es ágil y medido: se alternan con acierto los momentos de tensión política y social con pasajes más íntimos y reflexivos, lo que no solo aporta profundidad a los personajes, sino que los humaniza y los hace memorables.
Paisaje vivo
Uno de los puntos fuertes de este libro es la reconstrucción del paisaje y atmósfera gallego. No me costó imaginar las fortalezas, los caminos empedrados, los ríos, las cocinas, el humo de los hogares… y sobre todo la lluvia que parece no tener fin, y la niebla, esa humedad que se mete en los huesos y en las palabras. El territorio no es un simple decorado. Hay una mirada sensorial tan intensa que hace que te imagines en aquella Galicia: pisando barro, respirando heno mojado, escuchando el rumor del agua bajo un cielo empedrado.
Hay en esa Galicia antigua algo que todavía nos resulta familiar. La niebla sigue subiendo desde los ríos, la lluvia sigue cayendo sin tregua. La atmósfera no solo recrea un tiempo: se conecta con un presente que, en ciertos detalles, no ha cambiado tanto. Basta leer pasajes como este para percibirlo:
La mañana era fresca y la niebla, que subía blandamente del río, cubría los prados alrededor del castillo de Mesía. Los hombres de los Andrade y de Pardo de Cela aparecieron sin hacer ruido, como surgidos de la nada. El vigía hizo sonar su cuerno y María de Montaos, la mujer de Alonso de Lanzós, asomándose a las almenas, ordenó cerrar las puertas. A toda prisa, los centinelas soltaron el rastrillo, subieron el puente levadizo y todo quedó rodeado de silencio excepto por los perros, que ladraban sacudiendo sus cadenas.
Resiliencia femenina gallega
Entre derribos de fortalezas, pactos secretos y sueños de justicia, emerge con fuerza una verdad: la resiliencia femenina como columna vertebral de la resistencia gallega. Desde las Irmandiñas, entre las cuales Mayor y María de Ulloa, personajes memorables de la novela, se destacan con particular fuerza, hasta las mariscadoras y poetas de hoy, esta novela traza una línea invisible y poderosa entre generaciones de mujeres que no se dejaron domesticar por el silencio ni por la derrota.
Carmen me comentó en una ocasión que le llamó poderosamente la atención la fortaleza de las mujeres Irmandiñas y su papel en la historia. En ese momento yo le dije que no me sorprendía, siempre han sido así las mujeres gallegas.
¿No hay algo de las Irmandiñas en las mariscadoras que defienden su oficio?¿En las curanderas que, con hierbas y saber antiguo, tejían salud y comunidad cuando nadie más lo hacía? ¿En las mujeres que sostienen la lengua, la tierra, las redes de cuidado en las aldeas? ¿En las que marchan por sus derechos en Compostela o Ferrol, con una pancarta en una mano y la memoria en la otra? La novela funciona en ese sentido como espejo invertido y genealogía viva: no solo nos cuenta lo que fue, sino que nos recuerda que la resistencia femenina no es un episodio, sino una forma de estar en el mundo. La dignidad se hereda, pero también se conquista.
#Gorrionesyhalcones nos recuerda que la resistencia femenina no es un episodio, sino una forma de estar en el mundo. La dignidad se hereda, pero también se conquista. #Reseña: @soniayanezcalvo. Compartir en XEl grito que cruza siglos
Hay libros que se escriben con tinta. Otros, como este, también se escriben con voz. Durante el pregón en Pontedeume, en el marco del Castelo Folk, Carmen Blanco Sanjurjo alzó la mirada, tomó aire y gritó como una Irmandiña. «Me apeteció aturuxar e aturuxei», escribió después.
Dice Carmen que aturuxa mal, pero cuando escuché el grito en sus redes sociales me atravesó, como si viniera de muy lejos y, al mismo tiempo, de muy dentro.
Este gesto final de Carmen en el pregón no es un cierre: es una apertura. Un grito que cruza siglos y desgarra la piedra.
Como dice María Fidalgo en la publicación de ese pregón, «quién sabe si los irmandiños cuando atacaban gritaban así».
Gorriones y halcones: del texto al acto
La novela no es solo parte de una investigación rigurosa —cuyas lagunas se suplen con imaginación—, sino que posee una sensibilidad tan intensa que uno termina respirando la lluvia y poniéndose, sin dudarlo, del lado de los buenos de la historia. Y esa conexión, esa empatía, son hoy más necesarias que nunca.
Porque esa sensibilidad y compromiso no son casuales, es su manera de estar en el mundo. Carmen vive en un entorno privilegiado que defiende con su voz y sus actos: desde bañarse en el acceso de las Fragas do Eume para denunciar el abandono institucional, hasta alzar la voz contra la instalación de la macrocelulosa de Altri, que amenaza la naturaleza, la vida de las personas y el patrimonio cultural y paisajístico de Galicia.
Al cerrar el libro, tuve claro que la literatura, cuando es verdadera, no solo cuenta lo que pasó: lo convoca.
Sobre la autora de Gorriones y halcones
Carmen Blanco Sanjurjo (Ferrol, 1963) es licenciada en Derecho por la Universidad de Santiago, después de ejercer en Santiago, Madrid y Sevilla como abogada, regresa a Galicia para trabajar en diversas empresas privadas. Desde hace once años gestiona un negocio familiar: la Taberna de Caaveiro, ubicada en el propio monasterio de Caaveiro, en pleno corazón del parque natural Fragas do Eume. Formada como actriz y dramaturga en la Escuela de Teatro de Narón, escribe, interpreta y dirige numerosas obras teatrales, recibiendo el premio de teatro infantil O Facho por su obra A Fuga y el premio de Teatro Radiofónico de RTVG por la obra A primeira vez. Después de una labor de investigación y escritura de casi cinco años, Gorriones y Halcones es su primera incursión en la novela histórica.
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