Publicada en 2015, la obra teatral Roja Caperucita de David Llorente volvió a escena el pasado 6 de diciembre de 2019 con su compañía Séptimo Miau y se representa en El Umbral de Primavera (Lavapiés, Madrid) hasta mediados de febrero.

Roja Caperucita, de David Llorente

Cuando decido ir a ver una obra de teatro, me decanto por no leer nada referente a ella, ni críticas, ni reseñas, ni valoraciones. Busco sentarme delante de los actores e intentar conectar con cada una de las almas que vagan por el espacio escénico, intento atravesar el personaje, incluso a la propia persona y poder alimentarme durante toda la función de la magia que desborda un trabajo bien realizado. Evidentemente no siempre ocurre así, pero cuando sucede una sale de allí totalmente transportado.

En el caso de obras que toman como referencia a nuestros cuentos clásicos, Blancanieves, Bella Durmiente, Cenicienta o Caperucita Roja, por mencionar algunos ejemplos, una siempre va entre el temor y la duda, al menos yo. No me gustan mucho las obras meramente reivindicativas, o aquellas en las que, simplemente, se le da la vuelta al clásico y hacen un cruce de personalidades entre los diferentes personajes. De la misma manera que tampoco me entusiasman demasiado las obras en las cuales gran parte de la trama y el final se prevé desde casi el principio. Una obra de teatro no deja de ser un texto llevado a escena, dirigido e interpretado para ser visto y escuchado por los espectadores, por lo tanto ha de reunir, desde mi humilde punto de vista, los mismos elementos que tendría, en principio, si fuese escrita para ser una novela, pero más reducido, y que son totalmente necesarios para que una vez realizado su montaje, se entienda, nos atrape y quedemos con ganas de más. Un buen comienzo, una trama ordenada y un desenlace, cuanto más inesperado este último, mejor.

Decido ir a ver Roja Caperucita, obra de David Llorente que actualmente se representa en El Umbral de la primavera, Lavapiés. Me siento en primera fila. En escena una mujer leyendo un libro va recibiendo a los espectadores. Escenario minimalista, tan solo seis o siete cubos geométricos en color negro, un montón de hojas amarillas esparcidas por el suelo y música ambiental. Comienza la función y ya desde los primeros minutos una sabe que aquello es algo totalmente diferente, innovador, tanto en el tratamiento que David Llorente ha hecho de su  texto, como en el desarrollo de las escenas. Diálogos profundos, sentidos, estremecedores en ocasiones. El movimiento en escena de los actores es armónico y natural, dejando ver el minucioso trabajo que lleva detrás.

Comienza la función y ya desde los primeros minutos sabes que aquello es algo totalmente diferente, innovador: diálogos profundos, sentidos, estremecedores. #RojaCaperucita @smrtelna @septimomiauCia @umbralprimavera @Sil_Monterrubio. Clic para tuitear

Sherezade Atienzar da vida al personaje de Roja Caperucita, una adolescente sobre la cual la luna ejerce una especial y extraña influencia, muy por encima de la que su propia madre —interpretada por la actriz Elena Kovasi—  es capaz de ejercer sobre ella. Protectora e insegura, su madre intentará disuadirla de que no atraviese el bosque por los peligros que conlleva pero sin darle ninguna razón de peso, lo que hace que a Caperucita le tiente aún más la idea de hacer lo contrario. Rebelde e inconformista, decide como adolescente que es, desobedecer la sugerencia y atravesar el bosque para ir a casa de su abuela —personaje interpretado por Val Nuñez— la cual guarda importantes secretos sobre el pasado de Roja Caperucita, su madre y algún que otro personaje de la historia. Roja Caperucita se adentrará en un bosque peculiar, tenebroso y temido por una leyenda: nadie ha logrado jamás salir de él, nadie regresa del bosque. En él se irá encontrando con diversos personajes.

Un leñador —encarnado por el actor Lázaro Mur—, cuya destreza con el hacha no solo ha quedado demostrada por la tala de árboles y al que le persigue, como a casi todos, un pasado. Una mujer, amante del lobo —interpretada por Laura Leal— que representa, bajo mi punto de vista, hasta dónde y cuánto puede una persona llegar a renunciar por tener y mantener a su lado a alguien de quien, supuestamente, está enamorada, esa delgada línea que se cruza por amar  y sentirnos amados a cualquier precio, abriendo la puerta a la sumisión y permitiendo que manipulen nuestra voluntad, acabando con la dignidad pisoteada.

Descubrirá también a un personaje muy singular que se hace llamar Liendres, —al que da vida la actriz María Bellver:  impresionante resultado tanto de expresión corporal como vocal—  una especie de parásito, como su nombre indica, con aspecto de duendecillo del bosque. Para mí representa la parte de debilidad total y absoluta de ser sometida al miedo y a la falta de voluntad, la lealtad incondicional como respuesta al pánico. Es un personaje que desata en el público ternura en algunos momentos, compasión en otros y arranca alguna carcajada que consigue suavizar, brevemente, la tensión que el espectador va acumulando durante la trama.

Y dejamos para el final el encuentro del  temido Lobo, —que cobra vida a través del actor Ramón Nausía— con Roja Caperucita, y a partir de ese momento la sala se transforma, el aire se impregna con esa interpretación maravillosa de los actores de los que emanan  emociones arrebatadas, deseos incontrolados,  sentimientos secuestrados, abriendo las ventanas del alma dejando escapar  la parte más temida que existe en cada uno de nosotros, nuestras miserias, esa parte oscura dominada por la ambición, el afán de poder, de conquistar, de perdurar y permanecer por encima de todo, esa parte que queda atrapada  en los celos, en las mentiras, en la frustración o en el fracaso más absoluto de nosotros mismos. En esa necesidad de demostrar aquello que no hemos podido alcanzar, de obtener aquello que creemos nos pertenece, de abandonar los sentimientos auténticos y enrolarnos en la sed de venganza.

La dirección, por parte del propio autor David Llorente, ha sido enormemente cuidada y medida, casi diría que al detalle y eso se trasluce al haber conseguido que los seis personajes que están casi de continuo en escena adquieran una importancia similar, a pesar de que la cantidad de texto o la profundidad de éstos varíe notablemente de unos personajes  a otros, aun así como digo, ha conseguido que ninguno sobrepase en exceso a los otros y les hagan sombra, tarea nada fácil y que no siempre se consigue.

Pero probablemente lo que más me impactó y más satisfacción me dio fue el desenlace que su autor ha elegido para el final de Roja Caperucita. Impactante, como digo, pero sobre todo inesperado, porque una se cansa de ver siempre los mismos finales, predecibles, donde el bien sobrevive por encima del mal y al final todos son salvados y redimidos, donde la moral se impone a los instintos más primarios y el amor nos aparta del animal irracional que todos llevamos dentro. Roja Caperucita muestra que la esencia del ser humano, tal cual, sin adornos ni puntillas, prevalece dentro de cada uno de nosotros, aunque a veces la circunstancias la hagan aparentar estar dormida, pero se encuentra ahí, alojada en nuestros genes y en nuestra alma, esperando simplemente el momento. David Llorente ha sabido combinar en su texto elementos  con los que todos, y en los que cada uno de nosotros, podemos reconocer y reconocernos; así reúne magistralmente en sus escenas el amor, el poder, el valor, el miedo, el deseo, los celos, la mentira, la bondad, la crueldad, el ego, la pasión, el fracaso… para deleitarnos con un final que se queda inevitablemente grabado en la memoria de nuestras retinas para siempre.

#RojaCaperucita muestra que la esencia del ser humano, tal cual, sin adornos ni puntillas, prevalece dentro de cada uno de nosotros. Quedan pocos días: tenéis que ir a verla. @Sil_Monterrubio @smrtelna @septimomiauCia @umbralprimavera. Clic para tuitear

Mi enhorabuena a David Llorente por un texto tan innovador con un final tan exquisito, para mí así lo ha sido, excelente dirección y puesta en escena. Y un reconocimiento más que merecido para todo el elenco de actores y actrices. Entre todos conseguisteis atraparnos en ese bosque sin árboles, erizarnos el vello y hacernos contener la respiración en algunos momentos.

Gracias.

 

Enhorabuena al elenco y a @smrtelna por un texto tan innovador y un final tan exquisito, excelente dirección y puesta en escena. #RojaCaperucita @septimomiauCia @umbralprimavera @Sil_Monterrubio. Clic para tuitear

 

 

Roja Caperucita

Autor y dirección: David Llorente Oller
Intérpretes: Elena Kovasi (la madre), Laura Leal (amante), Lázaro Mur (leñador), María Bellver (Liendres), Ramón Nausía (el lobo), Sherezade Atiénzar (Caperucita), Val Nuñez (abuela).
Escenografía: Josef Cerveny
Producción: Ramón Nausía
Compañía: Teatro Séptimo Miau

 

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Silvia Monterrubio

Fotografías de los actores: Silvia Monterrubio

 

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