Timothy Dalton y Pierce Brosnan son los protagonistas de esta tercera entrega sobre el agente secreto más famoso del cine: James Bond.

Timothy Dalton: el Bond frío

Dalton fue tentado dos veces para encarnar al agente 007; la primera en 1968 en Al servicio secreto de su majestad, pero era demasiado joven para hacer el papel.  La segunda ocasión fue en Octopussyen 1983, pero de nuevo lo rechazó. Finalmente, debutó en 1987 con Alta Tensión, cinta dirigida por John Glen.

El renegado general ruso Koskov –Jeroen Krabbe– se alía con el traficante de armas Brad Whitaker, papel de Joe Don Baker que más tarde regresaría con Brosnan en otra interpretación, para desestabilizar en el conflicto que mantienen los rusos y afganos a favor de los primeros. Pero Bond no estará solo, además de valerse de los gadgets que le proporciona Q, cuenta con la ayuda de la antigua novia de Koskov, la bella chelista Kara Milovy, Maryam d´Abo.

La cinta fue un éxito de taquilla y no tardaríamos mucho en volver a ver a Dalton como Bond,  en 1989 llegaba  Licencia para matar. De nuevo John Glen en la silla del realizador. La película cuenta la venganza de Bond contra el traficante de drogas Frank Sanchez -Robert Davi- que ha matado a la esposa de su amigo Felix Leiter a quien ha dejado mutilado después de su arresto y posterior fuga. En su venganza, nuestro protagonista se verá sin su licencia para matar, pero cuenta con la ayuda de Q y de la agente de la CIA Pam Buvier,  interpretada por la que fue esposa de Richard Gere, Carey Lowell.

Timothy Dalton y Pierce Brosnan. Los Bond más breves. Artículo de Santiago Ruiz Mesa. Timothy Dalton en Licencia para matar.

Licencia para matar. Timothy Dalton.

La característica principal de ambos films es que tiran más hacía el thriller y las cintas de acción que en la etapa de Moore. Prueba de ello es que el tráfico de armas y drogas eran la base de algunas películas de esta época, por lo que no fue demasiado complicado hacer que estas tramas casasen con el famoso espía británico.

El Bond encarnado por Timothy Dalton es más frío y cruel, es decir, muy semejante al imaginado por Ian Fleming a la hora de dar vida a su creación. Dalton apenas hace gala de sentido del humor, es más seco que su predecesor. Y esto trajo un aire nuevo al personaje, algo que la audiencia agradeció. Quería ver a un agente 007 distinto al irónico de Moore, y lo tuvieron. A Dalton le sienta como un guante el smoking y sigue siendo eficaz y letal a la hora de cumplir sus misiones. Este Bond sangra, se nos muestra como un agente más humano, más vulnerable. En esta segunda aventura se mueve por impulsos personales, algo impensable en films anteriores.

El paso del tiempo ha tratado de forma correcta estas dos cintas, siguen siendo interesantes desde el punto de vista del cine de acción. Timothy Dalton firmó para un tercer film que finalmente no se llegaría a rodar debido a problemas con los derechos sobre el personaje. Una lástima. Por ello, cuando en 1995 la saga volvió, Timothy Dalton no se vio con ánimos para retomar su personaje, por lo que el elegido fue un intérprete que ya estuvo a punto de encarnarlo en un par de ocasiones, aunque se lo impedía una muy particular agencia de detectives: Remington Steele. Por supuesto, estoy hablando de Pierce Brosnan.

Pierce Brosnan, un Bond con carisma

Timothy Dalton y Pierce Brosnan. Los Bond más breves.

Pierce Brosnan, un Bond con carisma. Artículo de Santiago Ruiz Mesa.

Después de la extinción del contrato con el famoso show de televisión, Brosnan pudo encarnar al famoso agente para alegría de los numerosos fans que esperaban su incorporación como 007, debutando en 1995 con Goldeneye. Dirigida por Martin Campbell, Brosnan ha de enfrentarse a la organización terrorista Jano liderada por el antiguo 00 Alec Trevelyan –Sean Bean– que pretende desatar el caos financiero mundial con el satélite Goldeneye atacando Londres.

En esta aventura Bond habrá de hacer frente a una de las chicas Bond más letales, la asesina Xenia Onatop interpretada por la espectacular «Fénix», Famke Janssen, una auténtica mantis religiosa. Y al malvado general Ourumov, encarnado por Gottfried John. Pero nuestro protagonista contará con la ayuda de la bella informática Natalya Simonova -Izabella Scorupco-, que le ayudará a que Trevelyan no cumpla con su malvado plan.

Buen debut de Brosnan como agente 007, que supo dotar al espía del carisma que le faltaba a su predecesor. Brosnan es la suma de los tres anteriores, tiene el sentido del humor de Moore, la elegancia de Connery y la frialdad de Dalton en alguna que otra ocasión. Una de las secuencias que más se recuerdan es la persecución en Moscú, los villanos en coche y Bond siguiéndolos en un taxi, con la destrucción que ello provoca.

Timothy Dalton y Pierce Brosnan. Los Bond más breves. Artículo de Santiago Ruiz Mesa

Judy Dench, M.

Además, esta cinta supuso el debut de la oscarizada  Judi Dench como M que no lo hizo nada mal tanto en su etapa junto a Brosnan, como en la posterior con Craig. Sabe ser dura cuando hay que serlo, y siente un gran respeto por su agente doble cero, no está de acuerdo en la forma en que resuelve sus casos, pero no duda de su eficacia a la hora de hacerlo. Aquí por primera vez vemos a  Valentin Zukovsky, papel de Robbie Coltrane, antiguo agente de la KGB que luego volvería en El mundo nunca es suficiente, y la aparición del agente de la CIA Jack Wade, que sería encarnado por Joe Don Baker y que volvería en El mañana nunca muere.

No habría que esperar mucho para que Brosnan retomara su papel,  por lo que en 1997 llegaba a la gran pantalla El mañana nunca muere. En este film de Roger Spottiswoode,  Bond ha de impedir que un magnate de los medios de la comunicación llamado Elliot Carve (Jonathan Pryce) provoque la tercera guerra mundial entre Gran Bretaña y China para aumentar sus ventas y audiencia en sus medios de comunicación. Para ello Bond se aliará con la agente china Wai Lin, rol de la actriz especialista en cine de acción Michelle Yeoh (Tigre y Dragón). Y en menor medida con la esposa de Elliot Paris, encarnada por Teri Hatcher.

Simpática cinta de acción, en el que el director demuestra su buen hacer tras las cámaras, puesto que no es la primera vez que dirige una producción de estas características. Eso se nota en algunas set pieces, como por ejemplo la huida de los dos agentes del edificio del villano o el climax final. Buena química entre ambos protagonistas, que consiguen hacer pasar un buen rato a los espectadores.

Cómo no podía ser de otra forma, en 1999 nos llega El mundo nunca es suficiente. Dirigida por Michael Apted, Bond es enviado a proteger a Elektra King, papel Brosnan el mundo nunca es suficientede Sophie Marceu, hija de un industrial petrolero amigo de M de las garras del terrorista Renard, encarnado por Robert Carlyle, que pretende detonar una bomba nuclear en el Bósforo para que el precio del petróleo se incremente.  Bond contará con la ayuda de la científica nuclear Christmas Jones, interpretada por Denise Richards y de los inventos de Q.

Esta cinta se recuerda sobre todo por la despedida del actor que encarnó a Q,  que fallecería poco después, siendo sustituido por R, el genial John Cleese, que volvería en la siguiente aventura de 007. Este es un film irregular, si bien su principio es espectacular con Bond visitando nuestro país y la posterior persecución en lancha por el Támesis, luego entra en un bache que parece retomar algo de interés en su tramo final. La parte central parece un culebrón.

Tal vez parte de la culpa sea de Apted, cuya carrera en el mundo del cine ha estado alejada del género de acción, centrándose más en los personajes que en set pieces espectaculares. Pese a ello, aquí se nos muestra a un Bond más humano y débil que nunca, que expone sus sentimientos lo que es aprovechado por los villanos de la cinta en su provecho.

En 2002, y coincidiendo con el 40 aniversario de la saga se estrenaba Muere otro día dirigida por Lee Tamahori. Bond ha de impedir que un coronel norcoreano  se haga con una partida de diamantes ilegales. Tras conseguir su misión es capturado siendo liberado un año después sin su licencia doble 00. Muere otro día cuenta con la participación de una Halle Berry en lo más alto de su carrera. Una de las chicas Bond más espectacular y carismática de las últimas etapas.

Timothy Dalton y Pierce Brosnan. Los Bond más breves.

Halle Berry a lo Ursula Andress en Dr. No.

Cinta fantástica a más no poder, lo que hace que parezca más un videojuego que una cinta de acción. Un nuevo coche con la capacidad de pegarse a las paredes y hacerse invisible y los consabidos extras creados por R acentúan la sensación. La cámara se acelera por momentos, lo que descoloca y más tratándose de un film de Bond, no de Transporter. En mi opinión, es una película irregular y puede que la más floja de la etapa de Brosnan como Bond.

Menos mal que los villanos están a la altura y que Berry roba las escenas en las que aparece con Brosnan, amén de hacer un bello homenaje a Ursula Andress, que sale con un bikini naranja emulando a la actriz en 007 contra el Dr. No.

Las etapas de Brosnan y Dalton nos regalan momentos chulos, otros no tanto. La etapa de este, con solo dos cintas en su haber, es la más redonda. Pese a esto, los seis filmes dan a los espectadores y fans de Bond lo que uno espera de ellos: impresionantes localizaciones, espectaculares secuencias de acción, mujeres bellas y los consabidos gadgets.

Hasta aquí las etapas de Timothy Dalton y Pierce Brosnan, el mes que viene cerramos con Craig y más adelante habrá una pequeña sorpresa…

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Roger Moore, un Bond con sentido del humor

Bond, todos son Bond.

Bond, todos son Bond.

Hasta entonces, nos vemos en los cines.