Creo que de Juan Ramón Biedma lo he leído todo. O casi. Y algunas de sus novelas, más de una vez. Y es que Biedma es uno de los autores más felizmente reconocibles del panorama literario español de los últimos años.
Es reconocible porque tiene un universo propio, personal y único. No importa que escriba de zombis o de la Sevilla contemporánea, del Madrid de principios del siglo XX o del Londres victoriano de toda la vida.
No pasa nada si sus aventuras las protagonizan Sherlock Holmes y Moriarty o el mismísimo Enrique Jardiel Poncela.
Porque la profunda voz de Biedma y su poderosa escritura hacen que todos esos escenarios pasen a formar parte de un universo mítico, mágico… y pútrido: Biedmaland.
Welcome to Biedmaland!
@JRBiedma Un universo mítico, mágico… y pútrido. Welcome to Biedmaland! @Jesus_Lens Share on XTierra de sueños agitados e intensas pesadillas, de aires viciados y ambientes enrarecidos, de calles oscuras y mugrientas y de personas diferentes y canallas.
La última novela de Juan Ramón Biedma se titula La lluvia en la Mazmorra, la publica la editorial Versátil y sus 400 adictivas e intensísimas páginas cuentan una historia que sucede en tres días nada más. Los tres días que precedieron la salida de Primo de Rivera del gobierno de España, allá por lejanos años 30 del pasado siglo.
¿Una historia? ¿He dicho UNA historia? ¡Por favor! En un libro de Biedma no cabe una historia. Caben… tantas como sean ustedes capaces de imaginar. Por ejemplo, cabe la historia de Ana, una actriz que muere en el primer acto.
En un libro de @JRBiedma no cabe una historia. Cabe tantas como sean Uds. capaces de imaginar. Share on XSí. Acto. Porque La lluvia en la Mazmorra es un homenaje al teatro. Y a los actores. Y a autores tan imprescindibles como Enrique Jardiel Poncela, al que Biedma convierte en personaje de su obra y cuya memoria, obra y biografía hay que reivindicar.
La lluvia en la Mazmorra es un homenaje al teatro. Y a los actores. @Jesus_Lens Share on XY hay un Teatro de Autómatas. Y un muchacho que los repara. Y hay serenos por las calles. Y vanguardistas autoras teatrales que, también, son mujeres de acción. Y están los niños, esos pilluelos tan de Biedma. Y están los reyes, los nobles y los grandes burgueses. Los burguesones. Alguno, que hasta vuelve de entre los muertos. Por eso son necesarias las espiritistas. Y las doncellas. Y las damiselas. ¡Si hasta a un mayordomo, encontraremos en esta novela!
El derroche de imaginación de Biedma solo está a la altura del barroquismo del Madrid de comienzos del XX que describe, con todo lujo de detalles. Descripciones, siempre, incluidas en la trama, nunca gratuitas. Un Madrid que, por supuesto, es otro de los grandes personajes de la novela. Un Madrid en que se respira la insania que era necesaria para convertir un poblaco en una gran capital.
Y están sus prodigiosos diálogos, con los mordaces y acerados sarcasmos de Jardiel, por supuesto.
Y están sus prodigiosos diálogos, con los mordaces y acerados sarcasmos de Jardiel. @Jesus_Lens Share on XY está el amor. Romántico. Y el menos romántico. Y las conspiraciones. Y los cafés. Que en la vida de la bohemia madrileña, los cafés desempeñaban un importante papel. Y otros garitos menos recomendables, mucho más salvajes que los cafés.
Porque, como en todas las novelas de Biedma, hay un importante número de personajes, principales, secundarios y accesorios, que caminan por el lado oscuro de la vida.
Aunque, cuando hablamos de Biedmaland, el lado oscuro y el reverso tenebroso no son precisamente los peores lugares en los que cobijarse.
Bajen. Bajen a la Mazmorra y déjense empapar por la lluvia que, oscura, incesante y densa, exuda la nueva y extraordinaria novela de Biedma.
Bajen a la Mazmorra y empápense con la lluvia de la nueva y extraordinaria novela de @JRBiedma Share on X
Reseña de Jesús Lens, director de Granada Noir
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