Hace unos días estuve hablando con un compañero escritor sobre el papel de los blogs y las redes sociales en el mundo de la literatura, y me planteó una pregunta muy interesante: ¿quiénes somos los blogueros para escribir reseñas de libros? Y quien dice blogueros, dice reseñadores de Goodreads o incluso de Amazon. ¿Cuál es nuestra autoridad?

La pregunta tiene sentido: muchos blogueros no tienen formación en crítica literaria ni literatura comparada, y probablemente no hayan tenido tampoco experiencia en revistas, académicas o populares, publicando reseñas. Si ni nuestra formación ni nuestra experiencia nos avalan para dedicarnos a la crítica literaria, ¿por qué lo hace tanta gente?

En su Anatomy of Criticism (1957), Northrop Frye, excelente mitógrafo y experto en crítica literaria, denunció los errores que cometían varias de las ramas que se dedicaban al estudio de la literatura durante el siglo XX. Aquí hago una breve introducción de algunas de ellas:

Por una parte, están los enfoques historicistas y biográficos que reducen cualquier obra literaria a las circunstancias sociales y los eventos ocurridos durante la vida de un escritor. El único interés que tiene un texto es el de ilustrar cómo estos sucesos han influido a determinados artistas en determinados momentos históricos.

Por otro lado, están aquellos que son expertos en sus propias doctrinas (marxismo, tomismo, psicoanálisis…) y que consideran a la literatura como algo secundario, un mero accesorio que ilustra y ejemplifica el campo que están estudiando. En este caso, no se puede decir que se esté hablando de la literatura como área de estudio, sino como un simple corpus del que se extraen ejemplos para investigaciones bien distintas.

También existen críticos que pretenden ser los ejemplos del gusto y el refinamiento cultural de su época. Estos son los que deciden qué autores llegan a ser famosos y cuáles son relegados al olvido, ya que en muchas ocasiones ejercen de porteros del umbral del canon literario y eligen quién entra y quién no. El problema de este enfoque es que es demasiado subjetivo y no dice mucho de la obra en sí, sino de lo que una persona concreta piensa de ella.

Pero entonces, si ya hay críticas que se dedican a analizar obras literarias en publicaciones académicas o revistas divulgativas, ¿de qué sirve que nosotros, el pueblo llano, compartamos nuestros opiniones sobre los libros que caen en nuestras manos?

¿Para qué escribimos reseñas? ¿De qué sirve que nosotros, el pueblo llano, compartamos nuestros opiniones sobre los libros que caen en nuestras manos? @MiguelWrites. Clic para tuitear

Según creo, la gente que sigue este tipo de reseñas, ya sea a través de WordPress, Goodreads o redes sociales, lo hace porque les gustan los temas que trata una persona particular desde su punto de vista concreto, por la forma en la que hablan, o por cualquier otra cualidad distintiva de esa persona que ninguna otra pueda ofrecer. Así se llegan a unir personas con gustos similares; en otras palabras, se forma una especie de comunidad, un nicho de lectores con gustos similares.

Y lo mismo ocurre con todos los blogs. Lo valioso que tienen las bitácoras de reseñas literarias es que cada uno de sus administradores es una persona con gustos y preferencias concretos, con una personalidad que se refleja en los libros que leen y en la forma en que hablan de ellos. Lo que cada uno de nosotros puede decir de una obra es completamente personal, y es por eso que quienes sienten afinidad con nuestros puntos de vista confían en nuestro criterio.

La labor del bloguero es diferente a la del periodista que trabaja para una revista. Por una parte, la obra de este último será más profesional, pues se atiene a un código ético y a una guía de estilo estrictos y reforzados por un organismo superior. Sin embargo, la labor de los reseñadores es más libre y personal, pues no tienen que responder a la ideología de una publicación, ni están obligados (en la mayoría de los casos) por sus patrocinadores a emitir juicios de valor con los que no están de acuerdo. Su autoridad es la del boca a boca, la de una comunidad que se recomienda libros los unos a los otros. Somos un pequeño pueblo virtual que discute y debate las cosas que nos interesan sin la interferencia de empresas ni academias.

Cuanto más popular sea un #bloguero, mayor será su responsabilidad con respecto a sus #lectores, ya que su influencia sobre su público será mayor. ¿Para qué escribimos #reseñas? Un artículo de @MiguelWrites. Clic para tuitear

Todo esto no quiere decir que debamos descuidar nuestra labor como críticos. Cuanto más popular sea un bloguero, mayor será su responsabilidad con respecto a sus lectores, ya que su influencia sobre su público será mayor. Es por eso que, aunque nuestras nóminas no dependen de ello, debemos ser responsables con nuestros comentarios y con el mensaje que transmitimos a nuestros lectores. Si hemos de ser un ejemplo, mejor que seamos uno bueno a uno malo.

Y vosotros, ¿consultáis vuestros blogs favoritos antes de comenzar una nueva lectura?

¿Para qué escribimos reseñas?, un artículo de Miguel Olmedo Morell
Portada de la reseña de David de la Torre 

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