El género epistolar toma impulso. Nos convoca para soltar sobres inflados como globos que escriben al futuro tiñéndolo de color. Burbujas y papel han dado a luz una nueva generación de envíos que estimulan la imaginación. 

          Sobres acolchados: confidencias entre burbujas y papel

Hay sobres que no vuelven la cabeza atrás, que nacieron con un destino: viajar. Y, sin embargo, hoy día lo hacen en primera clase, como confortables transportes que son.

Los sobres acolchados suponen, a veces, prolongaciones de abrazos, almohadillas que envuelven afectos; otras, diligentes mensajeros de información confidencial. Suena increíble, pero transferir necesidades —privadas, comerciales u oficiales; un CD, un DVD, un lápiz de memoria— a soportes tangibles sigue siendo un anhelo presente.

Burbujas y papel que estimulan la imaginación.Las cartas han cruzado mares y atravesado bosques; caminos de puntos suspensivos, privados y públicos; prosas, versos, peticiones, ofertas; venidas de mundos lejanos, ansiosas, aunque siempre con vocación de espera. ¡Cuántas historias no han comenzado con trazos temblorosos! Y cuántos finales no han sido rubricados con admirable dignidad. En papel o en soporte electrónico, son palabras que no se llevará el viento y que, custodiadas entre burbujas, cobran presencia ante sus destinatarios.

Es admirable, por otra parte, que sean tan asequibles y ofrezcan tal grado de practicidad a cambio de tan poco. Pero hay que saber elegir. Si en ningún campo es oro todo lo que reluce, el de los sobres burbujeantes no iba a ser menos: juegan el gramaje, la consistencia y textura del papel; juegan la hermeticidad de las cápsulas, el retractilado de la envoltura, el cierre autoadhesivo y ajustable de la solapa, la variedad de tamaños.

Los antiguos escenarios de lacre regresan así plenos de arrojo y vocación de servicio, reinventados en texturas gruesas y colores que despiertan los sentidos.

Burbujas y #papel para una nueva generación de envíos que estimulan la imaginación. @marianRGK Clic para tuitear

La distinción corporativa y el cuidado necesario

Todo cabe en un formato acolchado: la esponjosidad del abrazo y la distinción corporativa. Las necesidades de la industria con el foco puesto en su imagen, y lo íntimo, con el latido personal; múltiples propósitos que son territorio de sobres encomendados a buzones amarillos. El trazo que recorrió la mano amada. La petición o la oferta que se cuida hasta el mínimo detalle.

Un email nunca podrá ser santuario de un encuentro entrañable o de un trato distinguido.

Lo que se recibe es mucho más que un sobre mullido con un escrito, un dispositivo de memoria o una muestra en su interior. Arriban razones, el descuento de los días, las promesas y la vida encendida, el acuerdo comercial. Hay un mensaje, callado y elocuente, transferido al sobre: se cuida lo íntimo, se salvaguarda lo privado.

Un #email nunca podrá ser santuario de un encuentro entrañable o de un trato distinguido. El #papel cuida lo íntimo, salvaguarda lo privado. @marianRGK Clic para tuitear

Ese envío exige hoy un ritual acorde, una rúbrica personal. Es habitar un tiempo que envuelva al destinatario en sensaciones de respeto y consideración; una liturgia redentora de las prisas y de los desfiladeros del monstruo digital. Un patrimonio que arranca con la caña de bambú —que inspiró a los chinos la primera hoja hecha de pasta vegetal—, hasta la oferta exquisita de los personalísimos sobres actuales.

Recuerdos, peticiones, argumentos. Se ofrece un trato, en definitiva, que enriquece lo comercial y lo trasciende. Hoy viaja todo ello en piel de burbuja, tamaños y colores ajustados diligentemente a cada necesidad.

Volver a la liturgia redentora de las prisas y de los desfiladeros del monstruo digital. Recuerdos y peticiones que viajan en piel de #burbuja. @marianRGK Clic para tuitear

 

 

Sobres acolchados: confidencias entre burbujas y papel

 Marian Ruiz Garrido

Diseño de portada: David de la Torre