Los refugios de la memoria: allí donde se cruzan los tiempos, las miradas. El lugar donde José Luis Cancho se pregunta, como escritor, quién o quiénes fue, quién o quiénes es ahora. Hay, en la memoria en la que no sin riesgo se refugia, muchos recuerdos de otros. Lo sabe. Su intención, escribe, «es erigir una memoria personal que sirva al mismo tiempo de enlace o puente con la memoria de los otros».

Sueño con habitar en el corazón de las cosas.

#LosRefugiosDeLaMemoria: erigir una memoria personal que sirva al mismo tiempo de enlace o puente con la memoria de los otros. Carmen Pinedo (@arteyprecine) comenta la obra de José Luis Cancho. Clic para tuitear

Los refugios de la memoria

No voy a escribir una reseña sobre tu libro, José Luis. Haré algo que no se debe hacer: dirigirme a ti, autor y personaje de Los refugios de la memoria, como quien charla. Podemos pasear, mientras tanto, por un descampado, en busca de algunas de esas flores silvestres que te recordarán el milagro de Atacama, o sentarnos en el banco de una plaza para ver jugar a los chiquillos.

Me atraen los extrarradios de las ciudades, los márgenes de la literatura. El sentimiento de extrañeza es una constante en mí.

Escribes desde el instante de tu muerte, como Blanchot, pero con razón rechazas quedarte suspendido en el aire. «Solo Butes saltó», escribe Pascal Quignard. O le hicieron saltar. Butes es el disidente. El que se levanta de su asiento y se va. Quignard habla también de los pocos humanos «que se lanzan al agua para alcanzar la voz del agua, la voz infinitamente lejana, la voz sin ser voz, el canto todavía no articulado que viene de la penumbra». Entre ellos, algunos «escritores más silenciosos que los demás, en páginas más mudas todavía».

Los refugios de la memoria, José Luis Cancho. Papeles Mínimos, 2017

El nadador, Paestum

Creo —corrígeme si me equivoco— que tú siempre te has lanzado al agua. Incluso donde no sabías si había agua. ¿Y voz? Sí, había —hay— voz.

Me tiraron porque pensaban que me habían matado. Pero lo curioso fue que no solo no me habían matado sino que tampoco me mataron cuando me tiraron.

La militancia, las detenciones, la tortura, la ventana, el hospital, la prisión. Basta con eso. Sucedió. Te vas de allí, abandonas el partido: años después, renuncias también a tu trabajo como maestro. Tienes que irte, irte siempre, irte sin nada. Marcharte, despojarte, desprenderte poco a poco también de las palabras. Todo sobra. Echas a andar: «no dejaba de pensar —dices— en que todos los caminos del mundo cabían en mis manos».

Sueño con desaparecer en un país donde nadie me conozca.

Has caminado mucho, aunque sospechas que no has dejado de recorrer el paisaje de tu infancia: barrio, prisión, cementerio. Te acompaña la ficción, la escritura antes de ser escrita. Paso a paso, urdes fábulas, elaboras máscaras. «Era un yo que creaba otros yoes para descubrirse», escribes. Y también: «Todos los que he sido están ahí, al acecho. Todos los que he imaginado también están ahí». Están, y cuentan sus historias: tuyas, suyas, ¿qué importa? Son cosas del lenguaje.

Sueño con desaparecer en un país donde nadie me conozca. #LosRefugiosDeLaMemoria de José Luis Cancho. #Reseña de @arteyprecine: Te acompaña la ficción, la escritura antes de ser escrita. Clic para tuitear

Los refugios de la memoria, José Luis Cancho. Papeles Mínimos, 2017 1

 

El viaje, nos cuentas, es «una forma de espera, también una forma de disolución y de expansión sin límites». Ves transcurrir el tiempo. Aguardas, paciente, esos instantes «en los que todo adquiere su pleno sentido, su total y absoluto significado». Fugaces. Sorprendentes. Y entonces, junto a la comprensión, estalla la gratitud. Es un gracias por las flores del desierto, por existir en ese aquí y en ese ahora para ser atravesado por la intensidad del instante y por poder contarlo —¡la escritura!—; es el agradecimiento hacia tantas personas, tantos amigos. «Me pregunto si tengo el don de recibir», dices. Sí, lo tienes. Porque va unido al don de agradecer.

Permíteme que sea yo quien ahora te dé las gracias, José Luis. Gracias por este libro en el que, diciéndote, nos dices.

José Luis Cancho Beltrán

José Luis Cancho ha publicado las novelas El viajero junto al mar (Dossoles, Burgos, 1999), Grietas (DVD ediciones, Barcelona, 2001), Indicios (DVD ediciones, Barcelona, 2004) y Lento proceso (Papeles Mínimos Ediciones, Madrid, 2013). Su obra autobiográfica Los refugios de la memoria ganó el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2018.

 

#LosRefugiosDeLaMemoria de José Luis Cancho ganó el Premio de la Crítica de Castilla y León en 2018. @arteyprecine. Clic para tuitear

 

Los refugios de la memoria, José Luis Cancho. Papeles Mínimos, 2017 2

 

 

Los refugios de la memoria

José Luis Cancho
papeles mínimos ediciones
Páginas: 96
Tamaño: 13,5×20 cm.
Encuadernación: rústica con sobrecubierta.
ISBN: 978-84-946455-3-2
Año: 2017

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Carmen Pinedo Herrero