Metamorfosis, has leído bien. Las mariposas no leen a Kafka, ni las crisálidas a Ovidio.

Metamorfosis es una serie de seis microrrelatos fruto de la imaginación de Judith Bosch.

¡Feliz lectura!

Metamorfosis

Sueños disecados

—Se convertirá en mariposa —explicó ella, mayor y paciente.

—¿Y después? —preguntaste tú, pequeño e inseguro.

—Después volará.

Aquella tarde, temeroso por el abandono inminente, atravesaste la crisálida con una aguja y detuviste el batir de mis alas, para siempre.

#Metamorfosis. —Se convertirá en mariposa y después volará. @JudithBoschM Clic para tuitear

Anorexia

Podía esconderse entre las ramas, quedarse quieto y esperar a que el peligro pasara. Sin embargo, cada vez que pensaba en la posibilidad de volar, cerca de los pájaros, las arañas y los niños, le sobrevenía un terror apabullante. Así que un buen día decidió no seguir creciendo y puso la excusa que le resultó más creíble: estas hojas no me sientan bien.

Ambición

—La larva que se acepta larva no sabrá aprovechar sus alas cuando se convierta en mariposa.

—No; la larva que se acepta larva seguirá su camino natural, luego se aceptará crisálida y luego buscará un lugar seguro y confortable en el que poner huevos, porque recordará de dónde vino.

El rockero

Tenía jarrones de siemprevivas por todo el salón, en las paredes cuadros de mariposas ensartadas y un reloj de arena al lado del mueble bar, justo debajo de aquel cartel que rezaba: “Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver”.

#Metamorfosis. “Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver”. @JudithBoschM Clic para tuitear

Renuncia

—Odio a los críos. Tan frágiles y blandos… y están todo el día comiendo.

—Es ley de vida –explicó Dios.

—Bueno, pero yo soy un ser demasiado bello y sutil como para estar cargando con críos y dejar de volar a cuenta de eso que llamas “ley de vida”.

Y Dios, con la bondad que le caracteriza, hizo que la mariposa de la seda, por ley de vida, jamás tuviera ocasión de ver nacer a sus larvas.

El ciclo de la vida

—Somos polvo y agua y en polvo y agua nos convertiremos, para volver a ser hierba, luego comedores de hierba y luego comedores de comedores de hierba. Y al finalizar cada vida individual, hayamos hecho bien o mal, nuestros jugos se evaporarán y subirán al cielo.

—Gracias, Padre, me deja mucho más tranquilo.

 

Microrrelatos de Judith Bosch

Fotografía de Rafa Hierro