Noelia Vicente Selfa, autora de En…., nació en Alicante. Licenciada en Filología Hispánica y profesora de danza clásica en el Conservatorio de Danza de Albacete, actualmente trabaja en el Conservatorio de Danza de Alicante. Por las fechas en las que este trabajo aparezca en MoonMagazine, Noelia Vicenta Selfa habrá publicado su segundo libro. Se llama Cuatro por cuatro y lo ha editado Olé Libros.

El microrrelato sigue de moda, y no son pocos escritores los que vierten su talento sobre este complicado género literario. Sin ser un experto, reconozco haberme aficionado a él por los libros del valenciano Ginés S. Cutillas y de la madrileña Ana Grandal, para mí, dos maestros del microrrelato español.

A mitad de camino entre la composición poética y el cuento, podría decirse que cuando el microrrelato da en el clavo participa de lo mejor de ambos géneros. Así, la intensidad, la concentración y la preferencia por la imagen precisa que todo buen poema persigue, se combinan con el ritmo acuciante y sin fisuras del relato —que aporta, además, su querencia por la pegada final—. En todos los microrrelatos que conforman En…, primer libro de este género que reseño para la revista de Txaro Cárdenas, brilla el talento generoso y deslumbrante de Noelia Vicente Selfa. La alicantina está llamada a convertirse, sin duda, en una consumada artista de la narración breve.

A mitad de camino entre la composición poética y el cuento, podría decirse que cuando el microrrelato da en el clavo participa de lo mejor de ambos géneros. Reseña: #En… de Noelia Vicente Selfa por Manu López Marañón. @Diverliteraria. Clic para tuitear

Si ya cuesta resumir un relato y hay que esforzarse para no destriparlo, imagínense en el caso de los microrrelatos. En…. tiene algunos en que incluso un par de líneas sobre ellos excede su tamaño. Basándome en las percepciones que su lectura me despierta, divido estos 62 microrrelatos en 5 secciones. En todas, su singular temática, sorprendente y ajena a repeticiones, me conduce a este agrupamiento bastante egotista, con el que se podrá estar de acuerdo o discrepar. Encarar así esta reseña sólo pretende ser un puente, espero que de cierta resistencia, entre lector y autora.

Cada microrrelato de En… pivota sobre dos sensaciones bien definidas con las que la autora juega para provocar diferentes estados de ánimo en quienes los lean. Complementarias o antitéticas (a veces ambivalentes o meramente enunciativas), cada par de sensaciones estimula una abundante diversidad de posibilidades –realizables unas, soñadas o inalcanzables otras–, que, supongo, es lo pretendido por Noelia para que cada lector seleccione.

En todos los microrrelatos que conforman En…, primer libro de este género que reseño para la revista de @txaro_cardenas, brilla el talento generoso y deslumbrante de Noelia Vicente Selfa. Manu López Marañón. @Diverliteraria. Clic para tuitear

En una primera sección de 12 microrrelatos ([2], [12], [17], [18], [26], [27], [28], [37], [40], [43], [47] y [51]) su lectura me produce un optimismo moderado, ajeno a cualquier estridente exageración. La contagiante felicidad de la soledad; los recuerdos olfativos corporizando a la persona querida; la satisfacción del socorro prestado; el imprevisto que genera una inopinada colaboración; el sexo imponiéndose a la discusión; el perfecto acoplamiento de una pareja borrando sus identidades masculina y femenina; el grito liberador como manifestación de pura vida; la palabra justa para llegar al orgasmo recordable; la soledad de una habitación iluminándose con su inquilino; el entorno doméstico que propicia el erotismo; la felicidad haciendo que la vida pase ingrávida, y ese barroco acto amoroso que genera el chiste, tales, han sido las impresiones generadas por este grupo.

En el máximo momento de plenitud escuchó la palabra justa, nunca antes pronunciada y su cuerpo eclosionó con esa conjunción de sonidos que quedaron por unos días en la memoria de sus sentidos.

[37] En la palabra pronunciada. En… Noelia Vicente Selfa

La más numerosa sección de En…, con 18 microrrelatos ([3], [7], [8], [9], [13], [15], [20], [21], [29], [33], [35], [36], [38], [41,] [48], [53], [54] [61]), despierta en mí impresiones de negatividad, a veces sutiles, otras de mayor contundencia. El aburrimiento momificante; la prepotencia a la hora de encarar el sexo; la solidaridad vergonzante; la frialdad de la impudicia; la libertad sojuzgada por la realidad; el enojo hacia el otro, igualándonos; el dolor del amor apenas susurrado; el silencio extremo acarreando la mudez; la imposibilidad de revivir un recuerdo amoroso; la desesperación que conlleva toda espera amorosa; la impericia llevando a la falta de empatía; la imposibilidad de ocultar el paso del tiempo; la palabra fallida desbaratando el orgasmo; la frigidez impidiendo la pasión; la gravedad aplastando a la vida; la poca pericia de un profesional; la falta de evolución de quien no echa raíces en ningún lugar, y el tamaño del corazón de un misántropo; todos estos microrrelatos provocan estremecimientos de grados diversos, como si el suelo temblara bajo mis pies. 

Se quedó instaurado en él, dejándose llevar cada día un poco más despacio, dulcemente, hasta que nada consiguió mover su corazón ni su alma ni sus miembros. Lo que se convirtió en pasatiempo banal, le inmovilizó en su vida.

[3] En el aburrimiento. En... Noelia Vicente Selfa

Para mostrar cualquier acto artístico cruza Noelia Vicente Selfa dos sensaciones que generan ambivalencia o complementariedad. En el [30] un escritor, ante una página en blanco, puede sentirse ante el inicio de una genialidad o de un fracaso. En el [34] una bailarina vislumbra un pedazo de cielo que favorece un mayor ensimismamiento para su arte. En el [39] un superviviente del verano encuentra su premio en la escritura. Otro exigente escritor que ha quemado su manuscrito descubre cómo está siendo plagiado [46]. La propia autora en [1-62] conjuga para sus creaciones impotencia y admiración. Ajeno al hecho artístico, encontramos un microrrelato [16] en el que alguien con memoria limitada encuentra en esa tara suya tanto el castigo como la bendición.

En cuanto se convirtieron en grafías las historias dejaron de pertenecerme; ahora son ficción de una ficción de algo que se parecía a lo que me pasó o sentí y yo misma ficcioné: literatura.

[1-62] En la ficción. En... Noelia Vicente Selfa

Otro grupo poblado es el de aquellos microrrelatos ([10], [11], [14], [23], [24], [31], [42], [49], [55], [56], [57], [58], [59] y [60]) cuyas dos sensaciones se aúnan para describir el completo proceso de una acción. El acto amoroso con sus preliminares y culminación, el deseo insatisfecho convertido en sueño, la certeza de la intercambiabilidad entre personas, la oscuridad generando más oscuridad, ese ejemplo de memoria involuntaria que es el humo del cigarro retrotrayendo el recuerdo del amante, la soledad acentuada entre una multitud, la mirada individual alumbrando a la masa, la soledad en compañía de objetos, la depresión dominical, la perdurabilidad de la música, el acompañamiento que no enamora, la escisión entre las mentes nacidas para las ciencias y las nacidas para las letras, cómo al amor le es ajeno la noción de cantidad, y cómo puede pasarse de la negación de algo a su más exagerado exceso.

La soledad pasea sus rostros en las calles más transitadas de la ciudad, arrastrando los ojos vacíos que se abren por la inercia de la rutina. Una mirada distinta se abre paso en la grisácea multitud, ilumina débilmente, pero su aura se percibe incluso a lo lejos. Cuándo perdimos ese instante de felicidad inocente, ajena al desvarío cotidiano: sigo su estela a pesar de cierto escepticismo.

[42] En las calles de Madrid. En… Noelia Vicente Selfa

El último grupo viene conformado por una serie de microrrelatos ([4], [5], [6], [19], [22], [25], [44], [45] y [50])en los que la suma de las dos sensaciones da como resultado un tema «abierto» en el que cada lector debe implicarse para su resolución. Así, el sueño de todo autor de microrrelatos, que es escribir una novela, puede convertirse en pesadilla; la diferencia de edad entre dos amantes es motivo de pasión o miedo; la ternura de una despedida conlleva angustia ante el solitario que la ve; ¿disfruta más el pintor regodeándose en su modelo que pintándola? Yo apuesto por lo primero; la relación amorosa terminada se debate entre alegrías del pasado y un presente lleno de dudas; una chusca equivocación abriría o no caminos para el inicio de una relación; el imborrable recuerdo de un desconocido quizá encienda las intuiciones para el amor; en medio de la desgracia de una ruptura, una frase feliz del amante puede perdurar, y el silencio del corazón esconder quizá en sus latidos el nombre del elegido. 

Los pintores ofrecen su arte cada día en la larga espera en la que se demoran las horas. Voyeurs incansables con restos de pintura en las manos, se deleitan contemplando los cuerpos accesibles de las jóvenes con provocativas vestimentas, en el delirio de la piel y los sentidos.

[19] En el pasaje. En… Noelia Vicente Selfa
 

Si el microrrelato forma parte de vuestros hábitos literarios, En… os cautivará desde su primera línea. Si no habéis leído un libro de microrrelatos con este tendréis un inolvidable debut. En cualquier caso, no os lo perdáis esta joya. 

Entrevista con Noelia Vicente Selfa

¿Cómo decides que tu primer libro publicado sea de microrrelatos?

La verdad es que no fue una decisión, sino más bien una forma de expresión que, en ese momento determinado, me atrajo y me sirvió para alejar algunos fantasmas y curarme algunas heridas a través de la escritura.

¿Tenías experiencia previa con este género que, a pesar de su popularidad, es bastante complicado?

No tenía experiencia con el género; cuando empecé a escribir (en mi adolescencia) lo hice con relatos más largos, también con algunos versos sueltos que descarté enseguida, al darme cuenta de que la poesía no era mi terreno. Pero he de decir que, en algunas ocasiones, soy bastante sintética, escueta en la expresión y en la acción, y creo que estos rasgos de mi carácter congenian bien con este género. He de decir que, como lectora, mis preferencias se sitúan en la novela; pero en ese momento y durante algún tiempo, mi forma de expresión fue el microrrelato; me sentía cómoda en la concisión, en lo diminuto, en el detalle.

Hay autores que deciden convertir un libro de microrrelatos en una serie de variaciones sobre un tema como hilo argumental. Así, Ginés S. Cutillas en Vosotros, los muertos (Cuadernos del Vigía, 2016) se centra en la muerte; Ana Grandal en Te amo, destrúyeme (Amargord, 2015) encara de forma casi obsesiva las relaciones amorosas. Ajeno a un asunto aglutinador En… resulta un original mosaico de situaciones en las que pocas veces se produce la repetición.

Por lo general las repeticiones me aburren, creo que, en ese sentido has estado muy atento en tu lectura. Pero hay una historia que subyace, de amor y desamor, con encuentros y rupturas, salpicada por muchas otras estampas de la vida cotidiana, de reflexiones sobre el proceso creativo.

¿Decidiste que tu libro tuviera forma de collage desde un primer momento?

Prefiero considerarlo más bien un mosaico, donde las teselas, aparentemente dispersas, de tamaños distintos, acaban configurando una imagen, quizás no muy definida, quizás sí (eso depende en todo caso del lector), de la narradora-escritora.

¿Puede que En… sea una recopilación de microrrelatos desperdigados que decides reunir?

En un principio fue así, tenía varios microrrelatos sobre temas diversos. Sin embargo, en un momento dado decidí darles un punto en común, una idea: la de mostrar lugares físicos y emocionales, territorios conocidos pero también a veces irreales, y, a partir de ese momento, fui construyendo el resto del libro.

¿Te planteas un libro de microrrelatos con tema único?

Ahora mismo estoy inmersa en otros proyectos, así que, de momento no contemplo esa posibilidad.

En En…, 45 de los 62 microrrelatos están escritos en tercera persona frente a los 17 en que has preferido usar la primera. ¿Puedes contarnos si aplicar una u otra persona responde a algún criterio?

El uso de la tercera persona me permite la sensación de alejamiento, de ver la acción desde arriba para poder describirla con algo menos de intensidad emocional, al menos en apariencia; esa distancia buscada permite variar la perspectiva y, por tanto, la escritura. Los relatos en primera persona son más intensos, en ellos he derramado mis sentimientos; aunque he de decir que, al pasarlos por el tamiz de la escritura, estos se han transformado para el propósito literario.

Experiencias personales magníficamente aprovechadas en muchos de tus microrrelatos alternan con otros de mayor calado descriptivo. En estos últimos apareces más como privilegiada y aprovechada testigo de lo narrado. ¿Cuál de estos grupos te ha costado más plasmar? ¿Estás satisfecha de los resultados obtenidos por microrrelatos tan diferentes?

Utilizar las experiencias personales para crear literatura quizás sea más laborioso por la implicación emocional que desprenden. Saber aprovechar el sentimiento y transformarlo es un proceso con el que se aprende mucho, sobre una misma y sobre las diferentes maneras de expresar.

#Entrevista con Noelia Vicenta Selfa: Utilizar las experiencias personales para crear literatura quizás sea más laborioso por la implicación emocional que desprenden. Manu López Marañón. @Diverliteraria. Clic para tuitear

La satisfacción es una emoción breve y pasajera que he experimentado; sí, con este libro, pero no he perdido la perspectiva sobre qué tipo de obra es y sobre quién soy dentro de este mundo. Después del tiempo transcurrido desde la publicación he releído el libro desde fuera, como si fuera ajena; el resultado es positivo; sin embargo he de confesar que soy una inconformista, y, como tal, empiezo por mí misma.

Hay otra sección de microrrelatos en En… en la que me ha parecido que dejas abiertos sus asuntos para que el lector se implique y participe en su resolución. Yo, por lo menos, me he sentido así y he apostado por unos finales con los que la autora, tú, quizá no estés precisamente de acuerdo. ¿Buscas de forma consciente esa participación en varios de tus microrrelatos o seré yo, como activo lector, quien se siente implicado a ello?

Me gusta, cada tanto, dejar finales abiertos, suspender la acción y que el lector fantasee con lo que se le propone, que imagine y concluya con lo que le parezca. Cada lectura es distinta y personal, los matices de cada lector, según mi parecer, enriquecen el texto. Cuando el lector resuelve, como tú dices, se implica en la historia, forma parte de ella; y ese aspecto me parece muy interesante.

Para cuando este trabajo aparezca publicado en MoonMagazine, tu siguiente libro, Cuatro por cuatro (Olé libros, 2021), estará saliendo de la imprenta (y hasta es posible que lo encontremos ya en las librerías). Me cuentas que es también de relatos, pero algo más largos.

Sí, el libro ya está disponible en la web de la editorial; unas semanas después lo haré en las librerías. La presentación se realizará, espero, a mediados de junio en Alicante.

Con Cuatro por cuatro decidí abordar la escritura con algo más de detalle pues el microrrelato, al ser tan conciso, obliga a trabajar el lenguaje y las emociones de otra forma. Al principio fue una suerte de ejercicio en el que buscaba expresar con algo menos de concisión que en el libro anterior. En ese sentido me resultó interesante el proceso; escribí los primeros relatos con algo de esfuerzo, mientras que en los últimos debía frenarme, contenerme para continuar con la idea de homogeneidad formal que me había puesto a mí misma como meta. Recuerdo ir borrando líneas, pequeños párrafos que emergían como torrentes, desbordando los límites.

Después de terminar Cuatro por cuatro me lancé a escribir otro conjunto de relatos, mucho más extensos, aprovechando ese impulso creativo; pero esa es otra historia.

¿Tendrá algo que ver en su estructura con En…

Tiene que ver en cuanto que muestro mi forma de pensar, de estar en el mundo, de fantasear con la realidad. Al principio fue más bien, como he dicho, un experimento formal, un trabajo literario autoimpuesto, pero, también he de decirlo, una felicidad al volverme a encontrar con la escritura, con esa joie de vivre de sentirme viva en la creación. Después de haber escrito unos pocos relatos me di cuenta de que subyacía una idea y decidí continuarla hasta explotarla todo lo que pude. 

Adelantas que es una propuesta arriesgada… Por favor, cuéntanos lo que creas oportuno sobre Cuatro por cuatro. Los lectores de MoonMagazine estamos atentos a tus palabras sobre un libro que, tras los magníficos logros de En…, promete mucho.

Cuatro por cuatro es un viaje, en el que, como se dice en la sinopsis, quizás la mejor de las opciones sea perderse, aunque sea un poco. Un recorrido —por la vida, por los temas que me preocupan y me interesan– en todoterreno, como es nuestra existencia, con sus altibajos, sus llanuras de placer, sus descensos a los infiernos, sus subidas escabrosas. Los relatos están ordenados con esa intención: la de sacudir al lector y también hacerle partícipe de mis emociones. Hay relatos muy intensos, seguidos de otros más ligeros (aparentemente) para restarle dramatismo, solemnidad; a fin de cuentas nuestra existencia puede considerarse un viaje donde los paisajes distintos se suceden.

Cuatro por cuatro es un viaje, en el que, como se dice en la sinopsis, quizás la mejor de las opciones sea perderse, aunque sea un poco. Noelia Vicente Selfa. @olelibros. Clic para tuitear

Se podría decir que es un libro programático, obedece a un plan trazado basado en la estructura. El número sobre el que circula el libro es el cuatro, como juego también con el título; la obra se organiza en bloques de cuatro relatos que se relacionan entre ellos por una analogía, un tema, un sentimiento, una persona… Estos relatos pueden ser completamente distintos o continuarse, a modo de pequeños capítulos que configuran una sola historia; por eso considero que es una propuesta arriesgada. Pero la última palabra la tiene, siempre, el lector.

En… Noelia Vicente Selfa

En…

Noelia Vicente Selfa

Diversidad Literaria (2015)

Reseña y entrevista: Manu López Marañón
Diseño de la portada: David de la Torre

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