La célebre y retorcida Mildred Ratched regresa a la cultura pop, esta vez con una historia que pretende analizar el origen de su fría sonrisa y su solapada crueldad. Ryan Murphy crea para uno de los personajes emblemáticos del cine, un recorrido retorcido, angustioso y con tintes góticos, a través de la oscuridad interior, los espacios terroríficos del abuso y la maldad en estado puro. No obstante, el intento no es suficiente para abarcar la compleja personalidad de una de las criaturas favoritas de la imaginería de los villanos en la pantalla grande. 

La célebre y retorcida Mildred #Ratched regresa a la cultura pop con una historia que pretende analizar el origen de su fría sonrisa y su solapada crueldad. #Crítica @RatchedNetflix por @Aglaia_Berlutti. @MrRPMurphy. Clic para tuitear

Crítica: Ratched, de Ryan Murphy

La película Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) de Milos Forman desconcertó y conmovió al público por su extraña combinación de drama y crítica social, y la actuación de Jack Nicholson pareció encarnar todos los horrores de la demencia y la forma como la sociedad percibe los trastornos psiquiátricos. Pero más allá de la formidable actuación del actor y el triste destino de su personaje, el foco de atención del público y la crítica se dirigió hacia la enfermera Mildred Ratched, encarnada por la actriz Louise Fletcher. En la película, la enfermera de mirada fría y una crueldad aterradora fue el contexto para comprender la oscuridad que rodeaba a los pacientes que acompañaban a Randle P. McMurphy (Nicholson) en su batalla por la libertad, la individualidad y al final, sólo la cordura.

Louise Fletcher

Louise Fletcher, icónica nurse Ratched

Ryan Murphy, veterano en crear personajes inolvidables y, en especial, historias en las que el terror, el drama y cierto aire exagerado se mezclan para mostrar mundos surreales, intenta continuar la historia de Ratched, pero antes de que fuera la mujer cruel vestida de impoluto blanco, que el mundo del cine elevó a los altares de sus villanos favoritos. La nueva serie de Murphy explora los orígenes de Mildred Ratched y lo hace con toda la intención de trasladar la durísima mirada de Forman sobre la violencia solapada y el maltrato, a un estadio anterior en el que la enfermera fue de una u otra manera una víctima. En especial, el productor juega con la percepción inquietante sobre la naturaleza humana que tarde o temprano termina por enfrentarse a la oscuridad interior que le acecha.

Ratched, de Ryan Murphy: una impactante mirada sobre la maldad 2

Ratched llega a Lucía

Claro está, el recorrido se anuncia complejo desde las primeras escenas: para Murphy parece de especial importancia dejar claro que antes de Ratched existió Mildred y que una frente a la otra son monstruos en diferentes dimensiones de degradación, una idea incómoda en la que la serie reflexiona a través de un apartado visual cerca de lo onírico y una puesta en escena siniestra, con tintes góticos. Los colores acentuados, los primeros planos inmóviles y silenciosos se sostienen sobre un argumento que repasa punto a punto el trayecto del personaje hacia las sombras espeluznantes que aguardan por ella, incluso antes de que lo supiera. Hay un cierto desorden en la manera en que Murphy reconstruye el pasado de Mildred, como si las notas discordantes que sostienen la narración necesitaran enlazar una versión sobre el bien y el mal lo suficientemente extremo, como para brindar piso y sustento al personaje.

Para @MrRPMurphy parece de especial importancia dejar claro que antes de #Ratched existió Mildred y que una frente a la otra son monstruos en diferentes dimensiones de degradación. @RatchedNetflix #Crítica @Aglaia_Berlutti. Clic para tuitear

A pesar de lo anterior, la premisa de Ratched no es del todo complicada: hay una serie de preguntas sobre cómo una mujer termina siendo un monstruo y la serie las responde con cuidado en un intento de crear un retrato psicológico detallado de la pérdida de la esperanza, la búsqueda de la venganza y por último, un tipo de violencia lóbrega que desconcierta por su extraña capacidad para resultar atractiva, incluso en los momentos más irritantes y duros de digerir. La propuesta de Murphy no es sencilla y, de hecho, el productor tiene la evidente intención de crear un escenario de horrores invisibles, en el que el espectador tendrá que hacerse preguntas sobre la naturaleza escindida de la maldad  — ¿proviene del interior, un mero instinto o es una consecuencia? —  para luego hilar con cuidado las piezas que le llevarán a mirar el mosaico entero de lo que la mente de Mildred puede ser. El guion no deja que el espectador lo olvide: el trayecto de la enfermera hacia la grotesca y despiadada capacidad para hacer daño no es sencillo ni empezó por un hecho único, sino que avanza de manera febril hacia espacios misteriosos que durante los primeros capítulos carecen de forma y sentido.

Ratched, de Ryan Murphy: una impactante mirada sobre la maldad 3

Sarah Paulson, nurse Ratched

No obstante, la percepción de lo incompleto de la serie desaparece a partir del quinto capítulo: en una inteligente decisión, Murphy comienza a unir los hilos conductores de una historia cada vez más oscura y complicada, en la que la necesidad de una retorcida justicia se emparenta con algo más duro de comprender, asimilar y, en consecuencia, de soportar. Para Paulson se trata de un regreso a terreno conocido: su personaje conserva algo de lo que Louise Fletcher le imprimió, sólo que la actriz fetiche de Murphy elabora una mirada más cautelosa y, aun así, depravada, sobre el poder que se ejerce desde el horror. Mildred nunca fue buena ni tampoco intentó serlo, sino que recorre los espacios de su mente, con la esperanza de reconstruir lo suficiente para entender el impulso que la empuja hacia la destrucción.

Ambientada en 1947, la serie tiene una impecable recreación histórica y es asombrosa la manera como logra recrear no sólo el aspecto de la época, sino su espíritu, lo que resulta mucho más importante para entender qué ocurre en la mente de Mildred. Para cuando el guion comienza a narrar su historia, es evidente que el trasfondo que esconde el rostro impasible de Paulson es un tapiz que conduce hacia el interior del miedo, un espacio retorcido y doloroso que evade explicaciones sencillas y se sostiene sobre una conjunción de ideas confusas sobre lo terrorífico. Por supuesto, hay una buena cantidad de referencias a otras series que derivan de historias más complejas y por momentos, el guion de Ratched sigue la concepción de Better Call Saul sobre Saul Goodman (el pasado es sólo una justificación de lo aborrecible) y evita establecer paralelismos directos, con la concepción que Milos Forman tuvo para con su personaje. Aun así, es evidente que ambas visiones sobre la enfermera subsisten bajo el mismo universo e interpretación: su capacidad para la manipulación se encuentra intacta y hay una concepción sobre el horror, tan orgánica como directa. Desde lobotomias, hasta la mirada fría de Paulson mientras somete a sus pacientes a todo tipo de terrores, es evidente que el argumento evade los puntos más duros que pudiera mostrar de inmediato. Una decisión inteligente que permite a la serie avanzar con paso firme hacia algo más elaborado y doloroso.

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En familia

Para Murphy, Mildred no es la caricatura de la autoridad femenina deformada que mostró Forman. Es una criatura inquietante que destruirá de cientos de formas distintas lo que esté a su paso. Ya no se trata de la enfermera que ejerce la autoridad con una crueldad alarmante: Mildred es malvada, tiene razones para hacerlo y ahora, las mostrará todas. Algo que el guion de Ratched parece disfrutar especialmente y que sin duda, es el oscuro corazón que late en cada brillante escena de colores saturados y extraña belleza secreta. Una flor maligna que espera el momento oportuno para mostrar su verdadera naturaleza.

Para @MrRPMurphy, Mildred no es la caricatura de la autoridad femenina deformada que mostró Forman. Es una criatura inquietante que destruirá de cientos de formas distintas lo que esté a su paso. #Ratched @Aglaia_Berlutti. Clic para tuitear

Un artículo de Aglaia Berlutti

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