Mari Carmen Sinti y Alexis Ravelo mantuvieron una amena charla sobre Un tío con una bolsa en la cabeza en el programa Lletres i música. Para escucharlos, haz click aquí.

Reseña: Un tío con una bolsa en la cabeza

Hay libros que, durante tu vida lectora, se convierten en libros de cabecera. Son, ni más ni menos, que esas historias que no te cansas de leer, esa narrativa que fluye dentro de ti mientras te vas imbuyendo en el paisaje, en los personajes, en la vida que transcurre en otro mundo mientras olvidas absolutamente todo lo que sucede a tu alrededor.

Hay libros que, durante tu vida lectora, se convierten en libros de cabecera: historias que no te cansas de leer. #UnTíoConUnaBolsaEnLaCabeza es uno de esos libros. @AlexisRavelo1 @edicionesiruela. #Reseña: @Sintaxia_t. Clic para tuitear

La novela de la que os voy a hablar hoy se convirtió, desde la primera frase, en algo especial. Tanto que, cuando la acabé, tuve que volver a empezarla y leerla de nuevo. Y no fue hasta la tercera vez que la cerré tras el FIN, cuando tuve la sensación de que me había dejado satisfecha.

La ocasión de que Un tío con una bolsa en la cabeza cayera en mis manos y se antepusiera a todo lo que tengo por leer, la pintó el que Alexis Ravelo se ofreciera a venir a mi programa radiofónico y contribuyera a confirmar que todas las buenas críticas que había escuchado sobre la novela se quedaban cortas.

Alexis había publicado ya cinco libros de Eladio Monroy —y uno más que en el momento de la publicación de esta reseña ya está en librerías y del que, en su momento, nos dio en primicia el título: Si no hubiera mañana—, y otros cuantos independientes que rezuman todos ellos una calidad y un estilo que caracterizan a este autor canario. Por aquel entonces, Alexis Ravelo publicaba con una editorial pequeña hasta que Alrevés lo trajo a la península, para nuestro goce y disfrute.

Nos confesó en el programa que «desde la primera presentación en el pub donde trabajaba, donde vendí 40 ejemplares, y según te vas dando cuenta de que te siguen leyendo, experimentas cierto agobio por la responsabilidad que eso supone. Todo eso pesa, la mochila que llevas, que significa que alguien te va a leer… pretendes que tus lectores sigan siendo tus lectores». Y ahí radica, según mi punto de vista, el que Alexis Ravelo nos siga ofreciendo la misma calidad sin decaer, notando que mima cada uno de sus textos y cada una de sus historias.

Habría apostado cualquiera de mis muertes a que la que habría de tener no sería esta. Habría podido imaginar un ictus, una perforación intestinal, un hígado o un páncreas reventados de pronto sin darme tiempo a casi nada. O un cáncer. Un cáncer lento. (…/…) Pero, fíjate tú, quién habría podido pensar que al final el final llegaría porque dos chorizos de los torpes se olvidaron de hacer un puto agujero en una bolsa.

Un tío con una bolsa en la cabeza. Alexis Ravelo.

La idea de Un tío con una bolsa en la cabeza surgió cuando estaba escribiendo La ceguera del cangrejo, una novela que transcurre en Lanzarote y que trata sobre la corrupción urbanística, su relación con la función política y los atentados al medio ambiente y se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo reflejando en sus novelas una figura que es la del delincuente económico y criminal de cuello blanco, que aparecía al final, pero que era el responsable de la violencia económica que aparecía en la historia y que dicha violencia tiene mucho que ver con el delito de calle. Pero nunca había entrado a fondo con esos personajes, no daba tiempo a ver de dónde venía esa corrupción que convertía a los demás en víctimas suyas, incluso a gente que no conocería jamás. Estaba dando vueltas a cómo abordarlo cuando leyó una noticia en el periódico en la que contaba que una concejala de un municipio turístico de Tenerife había sido atracada en su casa y le habían cubierto la cabeza con una bolsa para que no los reconociera.

En el momento de morir nos pasa toda la vida por la cabeza, nos dijo, y pudo poner en práctica la técnica que siempre había tenido ganas de abordar que es la del monólogo interior. La fue escribiendo en aviones, con esa estructura en que cada capítulo es un solo párrafo, del tirón.

Y se fueron, con ese ruido de botas camperas y bolsa de plástico que luego fue el sonido de una moto alejándose. La bolsa de plástico en la que iban las perras. El problema es la otra, la de basura. La que me pusieron en la cabeza. La que me apretaron al cuello con cinta. Esa no me la quitaron. Por las prisas, porque estaban acojonados, porque se despistaron, porque se olvidaron o porque se la suda, pero no me la quitaron y por eso me voy a morir. Al final, después de tanto lío y de tanto plantarle huevos a la vida voy a cascar por ¿cuánto? ¿Cuánto tenía? ¿Cuatro ochocientos? Algo así: menos de cinco mil, en todo caso. Lo que me entregaron ayer más unos ochocientos que tenía yo. Vas a cascar por menos de cinco mil euros, Gabrielo. Pura calderilla.

Un tío con una bolsa en la cabeza. Alexis Ravelo.

El principio de la novela, ese monólogo es un caos, las ideas se le agolpan y conforme él va narrando, esas ideas se le ordenan y lo cuenta todo con un tiempo preciso. Una vez llega al acuerdo de que la situación a tiempo real es angustiosa, sienta la premisa de que esa es la situación y empieza a relatar lo que fue su vida y qué le hizo llegar a ese presente en que se encuentra.

En el fondo del mar no se oye la risa. Qué horror. Entonces morí. Morí para los restos aunque seguí caminando, hablando, durmiendo, despertando, trabajando, follando, convirtiéndome en esto. Ya muerto. Ya estaba muerto. Como ahora. Pero ahora no. No estoy muerto. Sigo pensando. Así que todavía estoy vivo. Si pienso, aún vivo.

Un tío con una bolsa en la cabeza. Alexis Ravelo.

Cómo llega un corrupto a comportarse de esta manera como algo natural y justificándose. Qué hace que alguien se convierta en un corrupto. Interesa ver lo que hay tras el ser humano que le convierte en corrupto. La corrupción que se explica en Un tío con una bolsa en la cabeza está basada en casos reales, pero Alexis la narra de tal manera a través de los pensamientos del protagonista, que la vida de Gabrielo se convierte en la génesis de un corrupto, paso a paso, de la manera más obvia y delante de nuestras narices, sin darnos cuenta todo encaja, se retuerce y forma una maraña sin retroceso de la que no puede escapar.

Una de las emociones que descubrimos en el protagonista es que se siente muy solo, ha sustituido sus relaciones afectivas por relaciones de interés, y se da cuenta al final de su vida que no tiene a nadie y que quizás todos estarían mejor sin él.

Viejita linda. Encogida. Arrugadita como una pasa. Así de dulce también, mi viejita, como una pasita de Corinto. Pero mejor en la residencia. Huele siempre a la colonia que le ponen, esa colonia de nenes. Si no, olería mal. A meados. A viejo. Se perfuma a los viejos como se perfuman las bolsas de basura. Porque todos los viejos huelen a muerte anunciada. Todos vamos a oler así. Los que lleguemos. Igual esa puede ser una ventaja: no voy a llegar a eso, a arrugarme, a encogerme, a oler a muerte. No habrán de perfumarme. Me moriré siendo lo que soy ahora, que tampoco es para presumir, pero con todo el tino y la cabeza funcionando. Quizá funcionando demasiado. Quizá no conviene tanto recuerdo y tanto ver quién es uno de verdad. Porque al final no soy Gabrielo, el alcalde. Al final no soy más que el chiquillaje aquel, Yeyé, Gabrielito, Gabriel, el hijo de Juan el Albañil.

Un tío con una bolsa en la cabeza. Alexis Ravelo.

Conclusión personal: A través de un relato en primera persona donde no hay punto y aparte, Alexis nos sumerge de lleno en la mente de Gabrielo, alcalde de un pueblo turístico cualquiera que, abocado a una situación límite, no tiene otra salida que pensar y, mediante un monólogo interior impecable, nos desgrana su vida, su trayectoria política, la caída a su propio infierno personal y la repercusión en las personas que le han querido, le han tratado o simplemente se han cruzado en su camino.

Alexis ha sabido reflejar en Un tío con una bolsa en la cabeza todas las miserias humanas, las justificaciones a nuestros errores, la culpa, el ansia de poder, la pérdida de empatía, la falta de cariño… Esos y muchos más sentimientos que tan humanos nos hacen y en los que, irremediablemente cada lector se va a ver reflejado. Una narrativa pulida hasta la perfección, frases para anotarte y grabarlas en tu memoria, y una historia redonda de principio a fin. Sencillamente, una obra de arte que, creo, no deberías perderte.

Una narrativa pulida hasta la perfección, frases para anotarte y grabarlas en tu memoria, y una historia redonda. Una obra de arte que no deberías perderte. #UnTíoConUnaBolsaEnLaCabeza. @AlexisRavelo1 @edicionesiruela @Sintaxia_t. Clic para tuitear

Un tío con una bolsa en la cabeza

Alexis Ravelo

Ediciones Siruela

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Reseña de Mari Carmen Sinti
Diseño de la portada de la reseña: David de la Torre

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