El próximo 27 de septiembre se estrena en la sala Intemperie de Madrid la obra de teatro Gregor Samsa de David Llorente. Aprovecho el evento para hablaros de este genial escritor (leedle y me lo agradeceréis). No sabéis las ganas que tengo de ver las ideas de David plasmadas en una obra de teatro —en  vivo y en directo— y poder experimentar la sensación de estar participando activamente en un espectáculo que lleva su firma.

Desde que leí Te quiero porque me das de comer, no he podido —ni querido— perderle la pista.

Profesor de Instituto, creador de mundos imaginarios en sus novelas y obras de teatro, y crítico literario, David Llorente es un escritor valiente y comprometido. A través de su obra, pone en conocimiento de la sociedad lo que ésta no quiere ver ni oír.

El escritor (me refiero al verdadero escritor) rodea con un círculo el área del tumor y después, mediante el ensalmo de la literatura, lo extirpa. Al escritor le fue encomendada la misión de levantar la alfombra y destapar la podredumbre. El escritor es el que grita y el que denuncia, el que levanta la bandera de la verdad y el que asume las consecuencias.

Web de David Llorente

 

¿Entendéis ahora por qué es David Llorente un escritor comprometido?

He leído casi todo lo que ha escrito, ha presentado dos novelas en mi antigua librería; siendo sincera, os cuento que asistí a la presentación de Kira, la grabé, la transcribí, hice la reseña y… la rompí. No fui valiente, no se puede hacer una simple reseña de un cuento con tantas lecturas, por eso no la compartí: cada cual tiene sus propias babosas comiéndole las dalias.

Con Te quiero porque me das de comer, «flipé», no encuentro palabra que describa mejor lo que sentí durante toda su lectura. Estáis tardando si no la habéis leído.

Me quedé sin palabras con Madrid: Frontera y su descripción de un Madrid apocalíptico que tiene sus días contados es extrapolable a cualquier ciudad del mundo y está muy cerca de que en cualquier momento se produzca la «hecatombe».

Una conversación con David Llorente

Vayamos al lío: le propuse a David hacerle algunas preguntas, no sólo relacionadas con el mundo literario. Me interesa su punto de vista sobre lo que acontece en el mundo en la actualidad y que él refleja tan bien en sus novelas. Por supuesto, me dijo que sí. Es cercano, muy cariñoso, y yo le quiero y no, no porque me dé de comer...

«Nací así»

  • En tu página de autor hablas de un niño que se aparta de los demás. ¿Se aparta, lo apartan?

David Llorente: De mi infancia, como de todas las etapas de mi vida, gracias a mi memoria, que es bastante buena, guardo muchos recuerdos y una imagen muy precisa. Yo me apartaba de los demás niños (y adultos) por la sencilla razón de que la gente no me gusta, ni ahora con 45 años ni antes con 10. La culpa no es de nadie. Nací así.

Al mismo tiempo, sin embargo, sí me sentí apartado. Recuerdo que cuando era niño veía colores en las palabras y me entristecía cuando (por ejemplo) la palabra casa, que era claramente verde, aparecía de color negro en un libro o la profesora la escribía en la pizarra con tiza blanca. En esos momentos, experimentaba una profunda sensación de desamparo, como si fuese la prueba irrefutable de que el mundo estaba mal hecho. Un día lo dije en clase y la reacción de la profesora fue lo suficientemente sangrante como para no volver a decirlo en alto nunca más. 30 años más tarde encontré una explicación neuronal que no tenía nada de interesante.

  • ¿Eras tú ese niño que miraba «más allá» de lo que podía ofrecerle la escuela o el día a día y, quizás, por eso eres lo que eres en la actualidad?

David Llorente: No tengo la sensación de que yo mirara más allá que los demás niños. Generalmente hacía lo mismo que ellos, con la única diferencia de que me reservaba mis momentos para leer y para estar solo, algo que sigo haciendo y que seguiré haciendo toda mi vida.

  • ¿Siempre fuiste tan valiente y sufriste por ello?

David Llorente: Hay una diferencia grande entre ser valiente (superar el miedo) y no ser cobarde (tener valor para enfrentarse al riesgo). La gente dice que soy valiente porque normalmente escribo lo que pienso y eso me da mucha pena porque significa que el escritor ha puesto el listón de su responsabilidad tan bajo, que podría saltarlo una oruga. Ser escritor significa no apartar la mirada y asumir tu ingrato papel de ser el cronista de la sociedad que hierve a tu alrededor, aunque te decantes por una narrativa experimental o por la mezcla de los géneros literarios. Pero actualmente el escritor prefiere esconder la cabeza debajo del ala y no llevarse mal con nadie, no vaya a ser que pierda la mitad de sus lectores y entonces solamente venda 200 ejemplares de cada libro, sin darse cuenta de lo estimulante que puede llegar a ser para tu creatividad el hecho de tener varios enemigos literarios, siempre que estén a tu altura, claro.

#Entrevista a @smrtelna: Ser escritor significa no apartar la mirada y asumir tu ingrato papel de ser el cronista de la sociedad. @ceciliaherreros conversa con el autor de @madridfrontera. Clic para tuitear
  • ¿Alguno de tus alumnos tiene el «don» de la escritura? ¿Les animas y les ayudas para que consigan su propósito o los apoyas en su sueño de ser escritor?

David Llorente: Por supuesto. A estos alumnos siempre les digo que el único propósito del escritor joven debe ser escribir. Les digo que tienen que leer diez veces más de lo que escriben y que deben romper diez veces más de lo que dan por bueno. Lo que pasa es que ellos, inmersos en la cultura del éxito y del escaparate social, quieren publicar lo antes posible, como si publicar un libro fuese sinónimo de calidad.

  • La situación en nuestro país es difícil, ¿estás en Praga por decisión propia o como muchos jóvenes —ya sabes que a mí me pilla de cerca— que no tienen oportunidades laborales?

David Llorente: Sucedieron dos cosas al mismo tiempo. Primero, terminé la carrera, el máster y los cursos del doctorado y no encontré ningún trabajo que mereciera a pena. Me cansé de meter currículums en sobres y de patearme las calles de Madrid para acabar delante de una puerta cerrada. Una de las alumnas de mi clase de español me ofreció un trabajo de profesor en una universidad de economía de Kuala Lumpur y yo acepté, pero antes de hacer las maletas (la incorporación estaba prevista al cabo de tres meses) me llamaron para trabajar inmediatamente en un instituto de Praga, que estaba más cerca. Y segundo: Mientras escribía mi segunda novela (El bufón) me di cuenta de que tenía que hacer un esfuerzo imaginativo para inventar personajes y situaciones narrativas porque mi cabeza estaba llena de lecturas y de teoría, pero me faltaba experiencia, me faltaba vivir, me faltaba crecer, y eso se consigue viajando y, a ser posible, viviendo en el extranjero, donde cada día es un desafío.

#Entrevista a @smrtelna: el único propósito del escritor joven debe ser escribir. @ceciliaherreros conversa con el autor de @madridfrontera. Clic para tuitear

Sobre docencia, premios y primeras obras

  • No sé si vives de la Literatura (de la venta de tus libros); si llegara el día en que pudieras hacerlo, ¿dejarías la docencia para dedicarte sólo a escribir?

David Llorente: Ya me dedico a escribir. Paso más horas creando literatura que enseñándola. Si viviera de las ventas de mis libros, dejaría la enseñanza teórica en los institutos y buscaría la forma de enseñar a la gente joven a desarrollar sus capacidades creativas en el ámbito de la literatura, sin caer en la ridícula pirueta de los talleres de escritura y otras carambolas por el estilo.

  • ¿Renunciarías a todo por el Nobel (ideas, manera de escribir, docencia)?

David Llorente: La obtención del Premio Nobel de Literatura me parece una ambición muy digna para cualquier escritor, pero, a la altura de la película en la que me encuentro, pensar en la conquista de Suecia me parece una estupidez y un andar a tientas.

De los premios literarios habría mucho que decir. Se han convertido en una manera de adocenamiento del escritor. En novela negra, solamente hay dos premios literarios que merezcan la pena, que son el Silverio Cañada y el Dashiell Hammett, que suponen, en ventas y en reconocimiento, un antes y un después para el autor. El resto de premios de semanas negras, de clubes de lectura o de blogs literarios son una manera de pasar el rato con los amigos.

  • ¿Te han hecho alguna proposición indecente, o lo que es lo mismo, te han propuesto escribir sobre algo que no entra en tus planes, para sacar el máximo partido y convertirte en un best seller?

David Llorente: No existe la fórmula para convertir un libro en un best-seller. Además, relacionamos el best-seller con libros para leer en la playa y matar el tiempo, de poca calidad y de argumentos superficiales, pero olvidamos que Cien años de soledad o El nombre de la rosa (por ejemplo) son dos best-seller y son dos ejemplos de poderosa literatura. Pero, para contestar a tu pregunta, no, nunca me han ofrecido semejante cosa. Y si alguien me lo ofreciera, lo consideraría un irrisorio vendedor de humo.

  • Si gobernaras un país, ¿cuál sería la ley de «obligado cumplimiento» que promulgarías?

David Llorente: Potenciaría el estudio de las Humanidades, especialmente Literatura, Lengua, Comentario de Texto, Filosofía, Latín, Griego y Biblia.

  • El prólogo de Kira dice: «Es muy posible que las primeras novelas de todos los autores del mundo, más que los escritores que serían, las escribieran los lectores que fueron». (Recomiendo este prólogo como una obra de arte en sí mismo). ¿Qué diferencia hay entre el ayer y el hoy de tus escritos? ¿Estás satisfecho con el resultado?

David Llorente: Yo no pienso en esos términos. No miro mis novelas con una perspectiva de tiempo. Pienso en lo que quería contar y en lo que acabé contando y valoro (digámoslo así) el porcentaje de acierto. Dicho esto, creo que mi evolución literaria es coherente y me siento satisfecho por no haber dado a la imprenta un manuscrito por el mero hecho de tener otro libro publicado. Más allá de eso, la diferencia entre lo que escribí y lo que escribo es la misma para mí que para la mayoría de los autores, es decir, pierdes en frescura lo que ganas en experiencia. Las primeras novelas funcionan por el entusiasmo del autor (que está enfermo de literatura) y las siguientes novelas funcionan porque el autor ya conoce (aunque sea inconscientemente) la carpintería narrativa necesaria para sostener una historia y que no se venga abajo.

Me siento satisfecho por no haber dado a la imprenta un manuscrito por el mero hecho de tener otro libro publicado. @ceciliaherreros #entrevista a #DavidLlorente (@smrtelna). Clic para tuitear

David Llorente: «Las dos facetas conviven en mí»

  • Háblame de tu faceta de director de obras de teatro para el que no la conozca y sólo haya llegado a ti como autor de novelas.

David Llorente: Al mismo tiempo que soy novelista, soy autor y director de teatro. Ni soy un novelista que a veces hace teatro ni soy un dramaturgo que a veces escribe novelas. Las dos facetas conviven dentro de mí y por ahora puedo con ellas. Esto es importante porque hay una costumbre de pensar que no pueden caber dos ideas diferentes en una misma cabeza.

  • ¿Cuántas obras has dirigido?

David Llorente: He escrito y dirigido (creo) 17 obras de teatro. Lo que pasa es que solamente he actuado dos veces en Madrid y una en Granada (en la versión de otro director), el resto de ocasiones ha sido en diferentes países de Europa Central y del Este, concretamente República Checa, Polonia, Eslovaquia, Rusia, Eslovenia, Rumanía y una vez en Dinamarca (en la versión inglesa de una de las obras). Por eso, en España, se me conoce solo como novelista.

  • ¿Siempre son tus ideas originales o hay alguna adaptación?

David Llorente: Tengo algunas obras originales y algunas adaptaciones. Siempre me gusta partir de alguna referencia clásica, un cuento popular, un autor… En España he publicado Roja Caperucita, que es una revisión del cuento tradicional, y Los cisnes de Chernóbil, donde uno la tragedia nuclear con la estética de El lago de los cisnes. También hice Cocoliche (que es un personaje secundario de Lorca), Godot o la muerte no tiene la última palabra, Don Juan (versión 8.0), Catalepsia (inspirada a partir de una de las escenas de Luces de bohemia), El Gran Rodrigo (siguiendo algunas de las pautas de Francisco Nieva en Pelo de tormenta). En fin, que me gusta, cuando hago teatro, rodearme de buenas compañías.

  • ¿Qué esperas de tu estreno en Madrid?

David Llorente: Espero que el público disfrute de la obra lo que yo no podré disfrutar, ya que en los estrenos los nervios te revientan por dentro. Espero que la gente se emocione con el trabajo de los dos actores que encarnan a los personajes (Sherezade Atiénzar y Ramón Nausía) y con el de Josef Červený, el dramaturgo que se encarga de la escenografía. Y, por último, espero también que la obra sea un dedito más que vaya abriendo la puerta del género negro teatral en los festivales negrocriminales que proliferan en la geografía Española.

  • Por último, ¿hay alguna pregunta que te gustaría contestar y que nunca te han hecho?

David Llorente: No.

#GregorSamsa se estrena el 27 de septiembre en @intemperieteatr. @ceciliaherreros #entrevista a su autor, @smrtelna: Ni soy un novelista que a veces hace teatro ni soy un dramaturgo que a veces escribe novelas. #teatro #negrocriminal. Clic para tuitear

 

Para terminar, sólo desearte mucha suerte en el estreno de Madrid; y a nuestros lectores, comentaros que no hemos hablado sobre los premios literarios ganados por David —son muchos, muchísimos para ser justos—, porque el premio más importante, para él, es que leamos sus obras y, para nosotros, que él siga escribiendo.

Gracias, David, por tu tiempo.

Gracias a ti por elegirme el primero.

 

 

Mis conversaciones con…

Cecilia Herreros

Diseño de portada: David de la Torre