Primera parte del artículo que detalla la historia de los magazines victorianos, entre los que destaca, tanto por su longevidad como por su marcado papel en la historia de la literatura, el célebre The Strand Magazine.

Sobre su pasado y su evolución actual bajo la acertada dirección de Andrew Gulli, que ha conseguido que perdure el espíritu de la antigua publicación, nos habla Juan Mari Barasorda en exclusiva para Revista MoonMagazine.

I. La era de los magazines y el relato criminal

La era victoriana se inició en la historia con la llegada al poder de la reina Victoria en 1837. Fue un periodo estable en lo político, próspero en la economía y fértil en la literatura. Fue la era de los magazines literarios, muchos de los cuales dedicaron una parte importante de su contenido a la literatura, incorporando criticas y reseñas literarias (The Athenaeum y The Examiner fueron los primeros, a principios de siglo). La literatura criminal comenzaría pronto a tener cabida en estos magazines: precisamente, fue el escocés y longevo (1817-1980) Blackwood’s Magazine el que empezó a incluir con asiduidad, además de relatos macabros, la narrativa criminal como el ensayo titulado Del asesinato considerado como una de las bellas artes  —publicado en 1827—, de Thomas de Quincey. Incluso E. A. Poe escribió en 1838 un articulo titulado Cómo escribir un artículo para el Blackwood’s , uno de los primeros ejemplos del relato corto «sensacionalista».

Pronto los magazines se convertirían en el medio en el que nació la literatura criminal. Los crímenes de la rue Morgue de E. A. Poe se publicó en el Graham’s Magazine en 1841. El magazine de Filadelfia, propiedad de George R. Graham, había heredado la linea editorial del Burton’s Magazine, que fue, hasta su venta a Graham, de William E. Burton, quien además de tener como colaborador a Poe —que se convirtió en el editor del Graham’s— era un apasionado coleccionista de todos los magazines victorianos ingleses, pasión que inculcó en su amigo E. A. Poe.

La era victoriana fue la era de los magazines literarios, que pronto se convertirían en el medio en el que nació la literatura criminal. Juan Mari Barasorda nos habla sobre el más popular, un superviviente: @StrandMag. Clic para tuitear

Tras los relatos detectivescos de Dupin, nuevos detectives y relatos criminales aparecerán en los magazines. En 1849, el Chamber’s Edinburgh Magazine, propiedad de los hermanos William y Robert Chambers, incorporará de forma mensual los relatos de Waters, el detective de la policia, escritos bajo la anónima autoría del propio Waters.

En noviembre de 1859 se publica en All the Year Round el magazine editado por Charles Dickens, la primera entrega de La dama de blanco, la sensation novel escrita por Wilkie Collins, y nuevamente será un magazine, Once a week, propiedad de Samuel Lucas, el que publique en noviembre de 1862 la primera entrega de la considerada como primera novela policíaca, El misterio de Notting Hill, también bajo anónima autoría. En 1862 también The Sixpenny Magazine serializó El secreto de Lady Audley, de Mary Elizabeth Braddon —editora a su vez del magazine Belgravia— la novela que compite con La dama de blanco de Wilkie Collins como la mejor novela sensacionalista de la era victoriana. Collins publicó en forma seriada La piedra lunar nuevamente en el All the year round en 1868, el mismo año en que Ellen Wood publicaba las aventuras de Johnny Ludlow en su propio magazine literario, The Argosy, creado en 1865.

En 1887 será un magazine de carácter anual, el Beeton’s Christmas Annual (39 números editados entre 1860 y 1898) el que publicará Un estudio en escarlata, de un joven médico y escritor llamado Arthur Conan Doyle. También fue un magazine el que acogió en el número de febrero de 1890 la segunda novela de Conan Doyle, El signo de los cuatro: fue en concreto en las ediciones inglesa y americana, que saldrían simultáneamente, del Lippincost’s Monthly Magazine.

Sin embargo sería otro el magazine en el que Conan Doyle cimentaría su fama, y que llegaría a convertirse en el más inolvidable de los magazines de la era victoriana: The Strand Magazine.

II. The Strand, Sherlock Holmes… y más

Para muchos, The Strand es conocido gracias a Sherlock Holmes. Fundado en 1891, The Strand era un magazine que ofrecía relatos para hombres (aventuras atrevidas en los rincones inexplorados del mundo), mujeres (amor y romance) y niños (cuentos de hadas de todo el mundo). Presentaba humor, historia, eventos actuales, sátira política, relatos biográficos de notables contemporáneos y de la realeza, y mucho más.

The Strand Magazine. Los magazines y la literatura criminal. Un siglo de detectives 7

No muchas revistas pueden incluir a la reina Victoria y a Winston Churchill entre sus antiguos colaboradores. En realidad The Strand, gracias a su contenido, estaba destinado a hombres y mujeres de toda edad y condición, pero además buscó a través de su imagen atraer al público londinense de todas las clases sociales.

Su editor George R. Newnes defendía que el nombre de una publicación periódica no era parte integral de su éxito:

El nombre de una publicación periódica realmente no importa tanto como la gente imagina. Si pones material en las páginas que atraiga al público, se acostumbrará tanto al nombre que después de un tiempo realmente significa muy poco si el título es bueno o malo.

En definitiva eran los contenidos los que debían atraer a los lectores. Sin embargo, Newnes rechazó muchos títulos antes de decidirse finalmente por The Strand. El nombre fue elegido a la vez que la imagen de la portada con un carácter estatífico. Si en Argosy la imagen de la portada, una goleta surcando el mar, representaba al magazine como portador de una rica carga en su interior, en la portada de The Strand —y su nombre—sería la imagen de una calle londinense, Strand Street, la calle comúnmente conocida como The Strand. La influencia de The Strand en la revista se ve en mucho más que en el título. Newnes pone el centro de la revista en su ubicación. En su primer número, un articulo titulado La historia de The Strand, se describe The Strand como «mucho más que la calle más antigua e histórica de Londres […]». El articulo continúa argumentando que «sería imposible encontrar una calle más representativa del desarrollo de Inglaterra que la larga y no muy hermosa Strand». Newnes buscaba sin duda atraer a una audiencia específica, la clase media británica.

George R. Newnes

El contenido era una mezcla de artículos, relatos breves y seriales, la mayoría ilustrados por los mejores ilustradores de la época. Newnes se propuso ofrecer al lector una imagen en cada una de sus paginas —un argumento de venta valioso en un momento en que las artes de la fotografía y el grabado de procesos estaban en su infancia—, apostando tanto por la fotografía como por la ilustración. «Una revista mensual que cuesta seis peniques pero vale un chelín» era el eslogan de Newnes.

El contenido de @StrandMag era una mezcla de artículos, relatos breves y seriales, la mayoría ilustrados por los mejores ilustradores de la época. «Una revista mensual que cuesta seis peniques pero vale un chelín» era su eslogan. Clic para tuitear

Durante sesenta años (1891-1950), The Strand Magazine ofreció a sus lectores las mejores obras de ficción, presentando las obras de algunos de los mejores autores del siglo XX, incluidos Graham Greene, Agatha Christie, Rudyard Kipling, G.K. Chesterton, León Tolstói, Georges Simenon y, por supuesto, Sir Arthur Conan Doyle.

The Strand Magazine. Los magazines y la literatura criminal. Un siglo de detectives 8

En diciembre de 1890 estaba en la calle la primera edición de The Strand, de la cual se vendieron 300.000 ejemplares.

Pronto incorporó al magazine a un joven escritor, Arthur Conan Doyle, que ya había vendido una historia anónima a la revista. Doyle reconoció años mas tarde en su autobiografía, Memories and Adventures, publicada en 1924, que había escrito los cuentos de Holmes con miras a establecerse en el Strand. Recordó que «en ese momento estaban saliendo varias revistas mensuales, entre las que destaca The Strand, bajo la muy competente dirección de Greenhough Smith. Teniendo en cuenta estas diversas revistas con sus historias desconectadas, […] si un solo personaje a lo largo de una serie pudiera captar la atención del lector, vincularía a ese lector a esa revista en particular […] Buscando a mi personaje central, sentí que Sherlock Holmes, a quien ya había utilizado en dos novelas, se prestaría fácilmente a una sucesión de relatos que pudieran ser publicados en cada numero de la revista».

Doyle reconoció años mas tarde en su autobiografía publicada en 1924, que había escrito los cuentos de Holmes con miras a establecerse en #TheStrand. @StrandMag. Clic para tuitear

El primer relato de Sherlock Holmes en The Strand fue Un escándalo en Bohemia, en la edición de julio de 1891. Nadie hubiera vaticinado el enorme éxito y popularidad que Conan Doyle obtuvo gracias a su colaboración con The StrandThe Strand convirtió a Conan Doyle en uno de los autores más populares de la época. Cincuenta y seis historias de Holmes aparecieron en la revista de 1891 a 1927, muchas de ellas ilustradas por los ahora mundialmente famosos dibujos de Sidney Paget, adorados por millones de seguidores del autor.

Cincuenta y seis historias de Holmes aparecieron en @StrandMag de 1891 a 1927, muchas de ellas ilustradas por los ahora mundialmente famosos dibujos de Sidney Paget, adorados por millones de seguidores del autor. Clic para tuitear

Doyle no quería abandonar sus proyectos literarios mas personales, en concreto  la ficción histórica, y The Strand aceptó gustosamente incorporar a la revista sus novelas históricas como Rodney Stone, Las hazañas del brigadier Gerard o La tragedia de Korosko. En años posteriores incorporará también las obras de género fantástico de su autor y en 1902, la revista publicará por entregas su novela El mundo perdido. La aclamación popular provocará tras estas publicaciones el tan esperado regreso de Sherlock Holmes en 1904.

Conan Doyle fue en definitiva el colaborador más prolífico de The Strand. Desde mediados de 1891 hasta su muerte en 1930, apenas hubo un número que no contuviera al menos una de sus historias o artículos. Gracias a la publicación de El sabueso de los Baskerville entre 1901 y 1902, aumentó la circulación de la revista en 30.000 nuevos lectores.

Pero si bien Doyle puede ser el escritor que dio más éxitos y lectores a The Strand gracias a Sherlock Holmes, la revista encontró en los lectores de las novelas de detectives un público fiel al que no podía decepcionar cuando Holmes se ausentaba de sus páginas. The Strand cubrio la ausencia de Doyle  con las aventuras de detectives como Martin Hewitt y Dick Donovan y los relatos de misterio que una fantástica mujer, L.T. Meade, escribía en compañía del médico y escritor Clifford Halifax.

The Strand se convirtió en un magazine para los lectores de relatos y novelas detectivescas y de misterio y, continuando con la tradición iniciada por Doyle, The Strand también se convirtió en una fuente de nueva ficción detectivesca de autores como Agatha Christie, Margery Allingham, EC Bentley, Edgar Wallace —quien escribió una nueva novela de su serie Los cuatro hombres justos para la revista—, Dorothy L. Sayers, GK Chesterton, con sus misterios del padre Brown, y Georges Simenon.

Las consecuencias económicas de la guerra afectaron a la tirada de la revista. Los costes aumentaron, los lectores bajaron en número y la revista nunca se recuperó. En marzo de 1950 The Strand se dejó de publicar.

Sin embargo, casi medio siglo después, un joven editor americano apareció para rescatar a The Strand Magazine del olvido y devolverlo a los lectores.

Un joven editor, cuyo nombre es Andrew Gulli, y con el cual hablaremos en la siguiente entrega.

Hasta entonces, ¡feliz lectura!

Un artículo de Juan Mari Barasorda

Montaje de la portada: David de la Torre 


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