Dario Fo desde tres prismas distintos

MoonMagazine y Caffè Book desean rendir homenaje al Premio Nobel Dario Fo, y qué mejor manera que tres de nuestras colaboradoras nos hablen sobre él: Carmen Pinedo Herrero relata su experiencia vivida con el autor; Mavi Gómez expresa su admiración por Dario Fo como dramaturgo y Ainhoa Martínez Retenaga analiza la figura de Fo como «ferviente defensor del conocimiento».

En este enlace podéis acceder al artículo publicado en la revista italiana Caffè Book, traducido por nuestra colaboradora, Anna Calvanese:

Omaggio a Dario Fo

¡Feliz lectura, amigos!

Carmen Pinedo Herrero: “Un paseo con Dario Fo”

Después de una de sus actuaciones, le acompañamos a una cafetería próxima al teatro y luego paseamos por la ciudad. A la altura de la iglesia de San Martín dos chicos le reconocieron y expresaron, emocionados, su admiración. Él les firmó un autógrafo.

Ya ante la catedral, Dario Fo se dirigió a mí, la más joven del grupo, extrañado por mi silencio. Le di una respuesta huraña que le hizo sonreír. Y entonces le reñí: le dije que había sido muy distante con aquellos dos muchachos. Para matarme, ¿verdad? No me di cuenta de que con mi espontaneidad acababa de ganarme a aquel niño grande y, aunque os sorprenda saberlo, también tímido.

Se detuvo ante un cartel de toros pegado a un muro: me preguntó acerca de la tauromaquia y le conté lo poco que sabía. Saltamos a Creta, recorrimos el Mediterráneo, hablamos de la Commedia dellArte, recitamos fragmentos de obras de Juan del Enzina, hablamos de política y, cómo no, de teatro. Éramos dos niños que, entre risas, compartían con entusiasmo sus juguetes.

Me habló de Franca con un cariño y una admiración intensos. ¡Franca brillaba en los ojos y en la sonrisa de Dario cuando la nombraba!

De pronto nos dimos cuenta de que habíamos dejado atrás a los amigos. «No importa», dijo él. Ya cerca de su hotel, se detuvo, se llevó la mano al bolsillo y me mostró unas piedras. «Tengo más», me dijo. Le pregunté por qué las llevaba, se encogió de hombros y me respondió que no lo sabía: cuando veía una piedra que le gustaba, se la echaba al bolsillo. «¡Franca me riñe porque dice que destrozo la ropa!», exclamó con una carcajada de ogro tierno. ¿Se puede ser ogro y niño a la vez? Sí, cuando se es Dario Fo.

Carmen Pinedo Herrero

 

¿Se puede ser ogro y niño a la vez? Sí, cuando se es #DarioFo. @Arteyprecine Clic para tuitear

Mavi Gómez: “Addio all’ultimo trovatore: Dario Fo”

El pasado día 13 de octubre se fallaba el Premio Nobel de Literatura a favor del cantautor norteamericano Bob Dylan. Ese mismo día en Milán, fallecía Dario Fo a la edad de 90 años. Tras dedicarse durante más de 70 años al teatro, ha sido considerado como el mejor dramaturgo del siglo XX.  Fo dominó distintas disciplinas artísticas: escritor, actor, director, autor de canciones, pintor y ensayista, destacando en todas ellas.

Se consideraba ateo por convicción. Militó en el Partido Comunista Italiano, que abandonó por desavenencias. Fue autocrítico con la sociedad italiana, describiéndola como una «sociedad sin esperanza».

En 1997 se le otorgó el Premio Nobel por la importancia de sus obras teatrales y por el mensaje que transmitía en ellas. En Misterio Bufo hace una crítica al poder eclesiástico y a las injusticias sociales. Esta obra se representó por primera vez en Milán en 1969. En Muerte accidental de un anarquista, basado en un hecho real acontecido en Italia en 1969, Dario Fo mezcló su vis cómica con el surrealismo para satirizar los métodos que había utilizado la policía italiana en la resolución del caso.

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Se marchó de forma silenciosa el maestro que no concebía la vida sin la sátira: según él, el arma más poderosa que existe contra aquellos que ostentan el poder.

Addio trovatore, Dario.

Mavi Gómez

 

#DarioFo: la sátira, el arma más poderosa contra los que ostentan el poder. @mavigomez4 Clic para tuitear

 

Ainhoa Martínez Retenaga: “La risa en el alma de la batalla”

Decía que «la vida es una maravillosa y fugaz ocasión a atrapar», y su paso por ella fue un ejemplo de coherencia y compromiso con estas palabras. Una vida que vivió desde la más pura y absoluta vehemencia, en una escala cromática donde los colores neutros no tenían cabida para él.

Hombre de un carisma indiscutible sin dar lugar a la indiferencia, ferviente defensor de la difusión del conocimiento, devoto amante de la revolución, promulgaba con elocuente sátira, fecundidad mordaz y consciente irreverencia su ideal de lucha, en cuyo seno creció y se educó. Desde niño, la vida fue para él una fuente de inagotable inspiración, originada por el entorno de leyenda en el que nació, la bellísima localidad de Sangiano, en la región de Lombardía; una zona caracterizada por la multiculturalidad y su diversidad de lenguas, cuyo aprendizaje le fascinó. De ahí también, su defensa de la cultura y las tradiciones como identidad ineludible de los pueblos, a quienes, con su obra, en sus distintas expresiones artísticas, buscaba remover la conciencia e implicar, de algún modo, en la lucha social contra un poder que juzgaba mordaza. Trovador incansable, la libertad fue para él una de sus máximas, y la libertad bajo su prisma, no entendía de silenciar aquello que nos atañe directa o indirectamente, lo que supuso importantes consecuencias en su vida que, no obstante, jamás le hicieron callar ni cesar en sus ideales sociales y políticos. Para ello la risa fue, quizá, la más poderosa arma para su espíritu subversivo y transgresor; una risa que, como siempre defendió, «libera al hombre de sus miedos». La misma risa que le salvó de un mundo que quiso poner fronteras a su alma libre, un alma que jamás se doblegó.

Hasta siempre, Dario Fo.

Ainhoa Martínez Retenaga

 

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La risa libera al hombre de sus miedos #DarioFo @Ainhoa_Retenaga Clic para tuitear

 

Dario Fo desde tres prismas distintos. Homenaje en tres actos. Carmen Pinedo Herrero, Mavi Gómez, Ainhoa M. Retenaga

Traducción para Caffè Book de Anna Calvanese