Zemo ya está aquí…
Falcon y el Soldado de Invierno avanza hacia lo más denso de la mitología Marvelita y lo hace con indudable elegancia. Para su tercer capítulo, no sólo cambia de escenario, sino que deja entrever las líneas que le unen a uno de los lugares más sofisticados e intrigantes del mundo de la casa de las Ideas. Madripoor, el principado ficticio casi tan mítico como Wakanda pero lejos de sus cristalinos ideales, hace su entrada al Universo cinematográfico de Marvel por la puerta grande.
#FalconyelSoldadodeInvierno. Se forma una alianza de la que Falcon y Bucky no están del todo seguros, pero ¿realmente quién lo está con el Barón #Zemo? @Aglaia_Berlutti #recap Episodio 3. #FalconAndTheWinterSoldier. Share on XEpisodio 3: Los reinos brillantes y Zemo, un villano exquisito
Zemo (Daniel Brühl) está libre. Luego de una espectacular y singularmente sencilla escena de escape, uno de los villanos más inquietantes y sofisticados del universo su reclusión para comenzar un trepidante recorrido que llevará a Falcon y el Soldado de Invierno a las dimensiones más oscuras del mundo Marvel. Que nadie lo olvide, Zemo es un reo pero no es uno cualquiera, es un hombre de poder e influencia, además de extraordinaria inteligencia que en la serie tiene el extraño papel de unir con una desconcertante fluidez varios fragmentos del MCU. Para comenzar, la noción sobre su contexto — esa Sokovia misteriosa y trágica — es de pronto más cercana que nunca. Y por si eso no fuera suficiente, Zemo parece el eslabón que une a varios de los lugares más extraños y poderosos de un universo poblado de nuevos territorios que recorrer.
La aparición de Zemo no es casual. Tanto Sam (Anthony Mackie) como Bucky (Sebastian Stan) necesitan encontrar quien sea esté detrás de la fabricación del suero capaz de crear supersoldados. Y la situación amerita medidas drásticas. Zemo, único capaz de unir líneas y elaborar un plan a gran escala con el único recurso de su capacidad para manipular, inteligencia e influencias en Capitan America: Civil War, es la elección inmediata para un plan desesperado. Tanto, que incluso John Walker (Wyatt Russell) también asume que es el camino inmediato e inevitable. El personaje del nuevo Capitan America tiene algo de pendenciero, del cinismo de una época que no cree en el heroísmo, pero necesita un héroe. De la misma forma que Sam y Bucky, está en la búsqueda del centro del enigma, pero lo hace con toda la fuerza del poder sobre sus hombros, con la soberbia del uniforme a rayas y estrellas, pero sin la necesidad de la bondad de Steve Rogers (Chris Evans).
De hecho, el capítulo está lleno de referencias a Steve e incluso, hay un guiño homenaje que sin duda los fanáticos reconoceran, con Sam y Bucky protagonizando una de las pequeñas escenas emblemáticas de la aventura que alguna vez, compartieron con el honorable Capitán Rogers. Pero se trata de algo más profundo: John Walker porta el escudo pero también encarna una desesperación mundana y casi siniestra por tomar el relevo de cualquier precio. Lo demuestra en medio de redadas, de su incapacidad para la estrategia y en especial, su evidente impaciencia por lograr el renombre. «Están desesperados, como nosotros», dice enfurecido, «pero yo ganaré».
Pero mientras el poder intenta comprender la anomalía de los grupos anárquicos que amenazan el mundo recién nacido de las cenizas, Bucky y Sam llevan la delantera. De la mano de Zemo y su capacidad para recabar información, el grupo vuela a otro lugar mítico del mundo Marvelita: el enigmático Principado de Madripoor, ubicado muy lejos de las luchas interinas de una norteamérica rota, llega al MCU con un brillo futurista y muy cercano al de Blade Runner. Ubicado en el estrecho de Malaca, entre Singapur y Sumatra, este espacio insular y paraíso del lado oscuro de un mundo de superhéroes en especial pulcro, sorprende por su aspecto decadente y sofisticado. Desde su primera aparición en New Mutants #32 (October 1985), Madripoor es la cuna del crimen, el pillaje y el desenfreno en el universo marvelita. O al menos, todo lo que puede permitirse en esta oportunidad una franquicia subsidiaria de Disney.
Pero por ahora es suficiente. Su aire desordenado, al margen de la ley y en especial al borde de todo lo que ocurre en el mundo más allá de sus aguas brillantes, le convierte en un enigma. En uno en que además, se esconde Selby (Imelda Corcoran), la única capaz de dar indicios sobre quién — o quiénes — fueron capaces de crear el suero del supersoldado, primer eslabón de un largo hilo de equívocos y enfrentamientos que convierten al capítulo en una larga sucesión de peleas y una tensión cada vez más adulta y poderosa. Madripoor también es el lugar en que Sharon Carter (Emily VanCamp) atraviesa un duro exilio. La historia de la exagente S.H.I.E.L.D. y la CIA deja claro que la ley funciona de manera distinta para todos los personajes del mundo marvelita. Para Carter, alejada de su familia, convertida en una criminal y sin posibilidades (por ahora) de redención, el regreso al mundo ha sido un trago amargo. Y es ella también, un eslabón en la trepidante investigación de Bucky y Sam, destinada al fracaso de origen por su alianza con Zemo. Pero quizás lo inevitable sea parte del riesgo: No hay dudas que este villano elegante, de hablar pausado y cruel hasta niveles inquietantes, está a punto de traicionarles. La gran pregunta es ¿cuándo lo hará? La cuestión gravita sobre Sam y Bucky como una espada de Damocles a punto de caer sobre ellos.
El capítulo finaliza con una pieza más en este complejo e impecable mecanismos de intrigas: la miembro élite de las Dora Milaje, Ayo (Florence Kasumba) llega para recordar a Bucky que Wakanda sigue vigilante, con todo su poder y señorial firmeza. ¿Llegó el momento de escuchar lo que sea que haya sucedido en Wakanda luego de la muerte de T’Challa? Solo nos resta esperar.
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